Los templarios en la Península Ibérica
Orden del Temple | Foto: Pinterest

La Orden del Temple se fundó en Jerusalén en 1.119. Su primera función fue la de proteger a los cristianos que peregrinaban a Jerusalén para adorar las reliquias. La ciudad había sido tomada por los cristianos tras la Primera Cruzada en 1.099 contra su eterno enemigo religioso: el musulmán. Por ello, los cristianos que peregrinaban hacia Jerusalén se veían a menudo atacados por los musulmanes, y de ahí este objetivo de protección que se había propuesto Hugo de Payns junto a otros compañeros caballeros.

La iniciativa de los “pobres caballeros de Cristo”, como se autodenominaban, pareció fascinar al rey Balduino II, quien cedió a los caballeros unas dependencias dentro del propio Templo de Salomón en Jerusalén. La razón del nombre “Orden del Temple” corresponde a la estancia de estos caballeros en dicho templo. 

Jamás se habría pensado que un monje fuera también soldado ya que las leyes de Dios, en primer lugar, negaban la violencia; y, en segundo lugar, los monjes tenían prohibido el uso armas. La solución a esta controversia tuvo lugar en el Concilio de Troyes en 1.129, donde se reconoció una Regla del Temple. La Orden solía depender de algún obispo y su influencia sobre la Orden no desaparecería hasta que Inocencio II concediera la bula Omne datum optimum en 1139, por la que la Orden pasaba a protección directa del papa.

En Aragón,  la orden comenzó su andadura en 1.131.  Alfonso I el Batallador y Ramón Berenguer III, conde de Barcelona, admiraban las labores que el temple venía realizando en Tierra Santa. Es en estos momentos cuando empiezan las donaciones a los templarios por parte de los altos estamentos, como la del Castillo de Granyena. Los nobles de Aragón comenzaron a legar al temple diversas plazas y territorios, lo cual explica cómo los caballeros fueron creando arraigo en la zona. Alfonso I de Aragón, a su muerte, legó su reino en tres partes a diversas órdenes. A saber, la del Hospital, la del Santo Sepulcro y la del Temple.  Finalmente, el reino terminó en manos de Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila de Aragón. Gracias a este matrimonio nace la llamada confederación catalano-aragonesa.

En este momento comienzan las grandes colaboraciones entre el Temple y la monarquía. La Orden, sin embargo, renuncia a su parte del testamento de Alfonso I. Esto se consiguió mediante la concesión de privilegios y dominios para la orden. El gran momento del temple en Aragón llegará durante el reinado de Pedro II. Su hijo, Jaime I, se educará con los monjes templarios. Jaime I será un “rey cruzado”, influido por las ideas del Temple de la lucha contra el infiel. Durante su reinado, los templarios tendrán una gran participación en las campañas de Mallorca o de Valencia. 

Tras la caída de San Juan de Acre en 1.291 y la debacle en las Cruzadas, la Orden se disuelve y se da caza a los templarios.  Destaca el caso de Roger de Flor, que tras ser defenestrado por el Temple terminaría dirigiendo a los almogávares en Oriente. 

Por otro lado, el papel de los templarios en el Reino de Castilla y León no ha sido especialmente destacado. Su convivencia con las órdenes militares hispánicas y la preferencia de los monarcas castellanos y leoneses por las órdenes autóctonas ha disminuido las actuaciones templarias en tierras castellanas y leonesas. Se realizaron algunas donaciones, pero nada en comparación a Aragón.

Fuentes

BARQUERO GOÑI, C., El proceso de los templarios en Europa y sus repercusiones en la Península Ibérica (1307-1314). Primera parte. Estudio, en Clío & Crimen: Revista del Centro de Historia del Crimen en Durango, nº6, 2009, pp. 294-343; El conflicto por los bienes templarios en Castilla y la Orden de San Juan, Revista En la España Medieval: Universidad Complutense, nº16, 1993, pp. 37-54. 

LEDESMA RUBIO, M. L., La colonización del maestrazgo turolense por los templarios, Revista Aragón en la Edad Media: Universidad de Zaragoza, nº5, 1983, pp. 69-94. 

MARTÍNEZ PEREIRA, X. C., Panorámica de la orden del Temple en la corona de Galicia-Castilla-León, Criterios, res publica fulget: Revista de pensamiento crítico y social, nº6, 2006, p. 173-204.  


MINCHIOTTI FÁBREGAS, J., Edición y contextualización de un texto medieval catalán sobre la destrucción de la Orden del Temple, Revista de Literatura Medieval: Universidad de Alcalá, nº18, 2006, pp. 189-198.


de MOXÓ MONTOLIU, F., Los templarios en la Corona de Aragón, Revista Aragón en la Edad Media: Universidad de Zaragoza, nº10-11, 1993, pp. 661-674. 

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