La Rosa de la Revolución
 Fotografía de 1915 de Rosa. Fuente: Wikicomons

Un 5 de marzo de 1871 nacía en Polonia una mujer que marcaría el destino de todo el movimiento marxista. Rosalía Luxemburgo, “el águila de la revolución” según la denominó Lenin, era una mujer menuda, bajita y que sufría de cojera pero cuyo carácter, valentía y sentido del deber la elevaron a la categoría de mito revolucionario.  Su familia era judía, su padre fue Elías de Luxemburgo, comerciante de madera; y su madre era Line Löwenstein. La cojera de Rosa viene de un defecto de crecimiento con el que nació y que la obligó a guardar cama durante mucho tiempo, acabando en una deformación de sus caderas.

Fotografía de una joven Rosa de Luxemburgo. Fuente: Wikicomons
Fotografía de una joven Rosa de Luxemburgo. Fuente: Wikicomons

El antisemitismo que sufría su familia comienza a guiar a Rosa por el camino de la izquierda socialista. Su familia se mudó a Varsovia, donde Rosa comenzó a asistir al liceo femenino Gymnasium. De este modo, comienza a relacionarse con las ideas marxistas y en 1886, con tan solo 15 años, se afilia al partido polaco “Proletariat”.

Esta formación política sería disuelta de manera violenta, pues intentaron organizar una huelga general y sus dirigentes condenados a muerte. En 1889 Rosa huye a Suiza para evitar ser capturada. Ingresó en la Universidad de Zúrich, donde tomó contacto con exponentes marxistas como Leo Jogiches. Es en este momento cuando su extensa obra teórica comienza a ser producida y se hace famosa por sus discursos su oratoria bien cuidada.

Su siguiente destino fue la recientemente unificada Alemania. Una ley emitida por el canciller Bismarck había legalizado los partidos socialdemócratas, por lo que Rosa viaja hasta allí. Rosa no era defensora de los nacionalismos, pues consideraba que todos los obreros se debían reunir bajo una misma bandera, la revolucionaria. Este postulado provocó amplios debates con Vladimir Lenin.

Por esta razón no vuelve a Polonia, pues considera que una revolución debe ser iniciada en Alemania, Austria y Rusia antes de comenzar en Polonia. Alemania era el país con más posibilidades para que triunfará la revolución. Se unión al partido socialdemócrata en el que ascendió rápidamente gracias a sus mítines y sus escritos. Obtuvo la nacionalidad alemana al casarse con Gustav Lübeck. Aunque este matrimonio es considerado de conveniencia.

Fuente: Wikicomons
Fuente: Wikicomons

Durante mucho tiempo, se ha discutido sobre la figura de Rosa como exponente del feminismo o como figura contraria al mismo. Ella no rechazaba la equiparación de hombre y mujer en derechos y consideraciones sociales, sin embargo, la concepción feminista no era la de Rosa. Para la teórica polaca, el mayor objetivo era conseguir esa igualdad eliminando al estado opresor que había generado la misma por medio de la revolución de todos los obreros y obreras.

Rosa viajó de nuevo a Polonia, donde quedó sorprendida al ver el amplio movimiento social entre su clase obrera. Junto a Leo Jogiches fundó el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia. No viviría más tiempo en Polonia pero allí es recordada como principal teórica del marxismo polaco. Debido a este viaje y a sus intentos de organizar una huelga general, sería encarcelada en repetidas ocasiones.

Fotografía de Rosa mientras leía. Fuente: Wikicomons
Fotografía de Rosa mientras leía. Fuente: Wikicomons

Sus relaciones con los socialistas alemanes se romperían cuando la revolución comenzó a triunfar en Rusia y Polonia pero no en Alemania. a gota que colmó el vaso fue en 1914, cuando el partido socialdemócrata voto a favor del presupuesto armamentístico para la guerra.

Rosa consideraba que la guerra que estaba a punto de ocurrir no era más que un enfrentamiento entre imperialistas que se desquitaban enviando a los trabajadores a la muerte. Su gran apoyo en este tiempo fue su amiga Clara Zedkin y su amigo Karl Liebknech. Este último era famoso por haber sido el único diputado socialdemócrata que había votado en contra de los presupuestos militares. Junto a Clara y a Karl, fundaría el famoso movimiento conocido como “Liga Espartaquista”. Este nombre trataba de emular la historia del gladiador Espartaco, que se sublevó contra el Imperio Romano.

Rosa y Clara paseando del brazo. Fuente: Wikicomons
Rosa y Clara paseando del brazo. Fuente: Wikicomons

Se movilizaron para convocar una gran huelga general que detuviera la guerra. Sin embargo, fueron detenidos y encarcelados por toda la Guerra. Rosa no dejaría de escribir en ningún momento y sus artículos eran publicados clandestinamente bajo el pseudónimo “Junius” como el fundador de la República romana. Con la derrota alemana, Rosa puede salir de la cárcel y organizar el periódico “Bandera Roja” junto a Karl. Reorganizaron su Liga y tras juntarse con otros grupos socialistas, fundaron el Partido comunista de Alemania. Nuevas propuestas agitaron las calles alemanas, y los líderes de la recién fundada República de Weimar temieron una sublevación.

Friedrich Ebert, líder socialdemócrata y antiguo alumno de Rosa, dio vía libre a los “Cuerpos libres”, una milicia de nacionalistas violentos. Estos capturaron a Rosa y a Karl un 15 de enero de 1919. Ese mismo día, torturaron y golpearon a Rosa hasta dejarla inconsciente. Tras esto, le pegaron un tiro en la cabeza y arrojaron su cadáver al río. A Karl le llevaron a un parque donde le ejecutaron a sangre fría. En los periódicos burgueses del día, figuraba que Rosa había muerto linchada por una masa de gente y Karl había sido muerto al intentar huir. Las investigaciones y testimonios posteriores demostraron que el propio gobierno de la República había planeado estos dos asesinaos de los líderes comunistas.

Aunque Rosa fuera asesinada, sus ideas y su lucha la sobrevivieron. Su legado alcanza la actualidad y gracias a ella y a sus teorías se han logrado avances sociales en la lucha por los derechos obreros. 

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