El propio Geoffrey de Monmouth y su Historia Regium Britanniae adelanta la identidad de los padres del monarca Artorius, conocido como Arturo. Su madre era Igerna, mientras que su padre era el rey Uther Pendragon. Este Uther sería hijo de Constantino, un militar romano que intentó sin éxito usurpar al emperador a comienzos del siglo V. Geoffrey se equivocó al describir al abuelo de Artorius como un rey británico, aunque sí acertó al emparentar a Arturo con la monarquía de Dumnonia, cuya cabeza visible, Constantino Corneu, era su primo.
Uther no fue el primer esposo de Igerna, pues previamente ella era la esposa del señor del castillo de Tintagel, el duque Gorlois de Cornubia. El buen Uther quedó irremediablemente prendado de Igerna, lo que desató la furia de Gorlois, que hizo sonar los tambores de guerra. Es aquí donde entra en escena Merlín, a quien Uther recurre para poder acercarse a su amada. En la citada obra de Geoffrey de Monmouth, el mago idea una treta para que su señor pueda yacer con Igerna. Aprovechando una salida del duque Gorlois, Merlín hace uso de su magia para cambiar la apariencia de Uther y hacerla idéntica a la de su rival. El resto no es difícil de imaginar.
Del encuentro furtivo de ambos amantes resulta el nacimiento de Artorius, no sin que previamente Gorlois muriera y Uther pudiera ver cumplido su sueño de hacer de Igerna su reina. Algunos especialistas opinan que este argumento sería otro de los errores en los que Geoffrey incurriría en su obra, ya que Uther y Gorlois serían exactamente la misma persona, realidad que se confundió en algún momento de la historia.
Si hacemos caso de un poema aparecido en el Libro de Taliesin, otro ejemplo de la rica literatura galesa, sería más fácil acogerse a esta hipótesis. En un momento determinado del poema, Uther se da a sí mismo el apodo de Gorlassar, que para los defensores de la teoría mencionada sería un derivado de Gorlois y, en consecuencia, otro de los nombres con los que el padre de Arturo era conocido.
De la propia familia de Arturo surgiría una enemiga muy poderosa para él. No sería otra que Morgana, su hermanastra e hija de Igerna y Gorlois. Como antítesis del cristianismo defendido por Arturo, Morgana surge como representante de las hechiceras paganas a cuyas creencias los predicadores que querían extender la cruz debieron hacer frente. En los momentos cumbres de la saga, Morgana se convertirá en un apoyo indispensable para su medio hermano, pues será ella quien logre que Arturo llegue a la isla de Ávalon.
Como dato importante a tener en cuenta es necesario decir que entre los hermanos hubo algo más que una simple relación fraterna antes de conocer su parentesco. Y es que Arturo no pudo resistir la tentación de mantener relaciones con su bella hermana, fruto de la cual vino al mundo Mordred, hijo del incesto. En otras fuentes se opta por un error de Morgana, quien confunde a su hermanastro con su propio marido, al igual que ocurrió con Igerna y Uther. Mordred traicionará a su padre y le suplantará en el trono de Camelot, llegando incluso a tomar por esposa a su madrastra, Ginebra. El conflicto paterno-filial acabó en la batalla de Camlann, el la que ambos contendientes acabaron dándose muerte el uno al otro.
La familia extensa de Arturo. Presentación de Ginebra
Ya hemos presentado a Merlín, quien era primeramente llamado Aurelio Ambrosio. Se trató del educador de Arturo, su protector y persona de confianza. Prácticamente otro padre para el rey. En la Historia Regium Britanniae se cuenta que vivió durante el siglo V, cosa curiosa, pues posteriormente el propio Geoffrey narra las andaduras del hechicero en pleno siglo VI en Vida de Merlín, en la que aquel Myrddhin de las leyendas de Stonehenge se relaciona con personajes históricos de aquella época.
Dado que existen varias crónicas en las que aparece, es posible que existiera alguien que inspirara este poderoso druida. Al igual que pasó con Artorius, Merlín sufrió una transformación tal que resulta imposible separar la realidad del mito.
La familia de Arturo era más extensa, teniendo Gawain un hueco destacado en ella. Sobrino del rey y guerrero valiente y fiel, era hijo del rey Lot – siendo su reino Lothian – y de Morcadés, otra de las hermanas del señor de Camelot. Con el tiempo, Gawain fue un destacado caballero de la Mesa Redonda, digno de elogio por su coraje. Merecedor de una mención es también Kay, senescal de Arturo y hermano de leche en algunas versiones, pues el padre de éste – un noble conocido como Héctor – fue responsable de la educación de ambos en su infancia.
Llega el momento de hablar de Ginebra, quien según la Historia de los Reyes de Bretaña era una noble romana, a pesar de que su nombre denota un claro origen celta. Según Thomas Mallory dejó escrito en La muerte del rey Arturo, Ginebra era hija del rey Leodegrance de Cameliard, aquel que regaló a Arturo la legendaria Mesa Redonda donde este y sus caballeros se reunían como iguales.
Y en esos concilios tenía un gran peso el protagonista de El caballero de la carreta, Lanzarote del Lago, incorporado a la saga por Chrétien de Troyes. Lanzarote era hijo del rey Ban de Benwick, quien según Chrétien era enemigo de Claudas, un monarca que se ha querido identificar como Clodoveo I, quien reinó en territorio franco durante el siglo V. Las hazañas de Lanzarote no pasaron desapercibidas en Camelot, donde pronto se granjeó gran fama de hombre intachable y aguerrido. Se le tenía en tan alta estima que se le colocó como la mano derecha de Arturo y el caballero más importante de cuantos formaban la Mesa Redonda.
Pero una vez más, la tentación pudo con otro personaje de la saga. Lanzarote y Ginebra entablaron una relación prohibida, fruto de la cual nació uno de los caballeros del Grial, cuya historia se contará en otro artículo...