París es probablemente la ciudad más conocida del mundo. Ya sea porque se tiene la suerte de viajar a París, de disfrutarla y de vivirla, o porque se conoce a través de las experiencias de familiares y amigos quienes, con sus palabras, nos han trasladado a la famosa ciudad de la luz.
La capital de Francia ha sido escenario de revoluciones sociales y políticas, como la Revolución Francesa o las protestas de mayo del 68 y de revoluciones artísticas en el ámbito de la pintura, la literatura, la música, el baile, etc. Caminar por sus calles, bulevares y avenidas es pasearse por la historia no solo de Francia, sino de Europa.
Uno de los barrios más famosos de París es, sin duda, Montmartre. El famoso barrio bohemio fue una población independiente hasta que, en 1860, fue anexionado por la creciente ciudad de París, convirtiéndose así en el XVIII distrito de la capital gala.
Como Montmartre se encontraba a las afueras de la ciudad, libre de impuestos de París, hacia finales del siglo XIX se convirtió en una de las principales zonas artísticas y de entretenimiento de la ciudad, junto con el barrio de Montparnasse, en la orilla izquierda del Sena.
Así, con la llegada del nuevo siglo, numerosos artistas comenzaron a vivir y a trabajar en Montmartre. Pintores como Van Gogh, Picasso, Matisse, Valadon o Renoir asistían habitualmente a cafés y cabarets, junto a escritores como Zola y Verlaine y compositores como Satie.
En lugares como Le Chat Noir, el primer cabaret moderno, se reunían los artistas para disfrutar de la gran variedad de shows, bailes y monólogos. Asimismo, famoso por su baile del Can-Can, el Moulin Rouge era otro de los establecimientos nocturnos donde los bohemios iban a disfrutar y a beber absenta. La bebida alcohólica más popular de la época. Por su alta gradación de alcohol estaba prohibida en casi toda Europa y Estados Unidos. Entre los artistas era conocida como La Fée Vert, "el hada verde", por su color.
Muchos de los artistas bohemios se ubicaron en un edificio del barrio de Montmarte llamado Bateau-Lavoir. No sólo vivían aquí, sino que escribían, pintaban o componían. Rodeado de la atmósfera bohemia, Picasso creó aquí su famosa obra Las señoritas de Aviñón en 1907 y, con ellas, el cubismo. Para Picasso, como para muchos otros artistas, todo empezó en Montmartre: “sólo en Montmartre fui feliz, allí era un pintor y no un bicho raro”.
De nuevo, ya sea de oídas, porque se conoce a alguien que ha vivido o visitado la capital de La France, o de huidas, porque una se haya ido a refugiar (a veces sin saberlo) a la conocida como “ciudad de la luz”, todo el mundo ha estado en París. Así, al igual que Picasso, todos hemos sido felices allí, porque en cierto modo, hemos sentido que pertenecemos a esa ciudad, incluso sin haber tenido la ocasión de visitarla.
Existe un refrán que dice: “ser parisino no es haber nacido en París, sino renacer allí”. Tal vez sea la capacidad que tiene esta ciudad de “renacer” a las personas lo que hace que París sea, probablemente, la ciudad más visitada del mundo.
FUENTES:
https://miencuentroconlaliteratura.wordpress.com/2015/12/12/paris-era-una-fiesta-ernest-hemingway/
https://theculturetrip.com/europe/france/paris/articles/tracing-the-legends-of-bohemian-paris-and-magical-montmartre/
https://www.abc.es/cultura/arte/20130614/abci-picasso-201306131825.html