Corría el año de 1542 cuando nacía en la ciudad de Guadix (Granada) Lope de Figueroa en el seno de una familia de noble cuna, siendo hijo del capitán Francisco Pérez de Barradas, alcaide de La Peza y de Leonor de Figueroa. A la edad de 16 años marchó a la ciudad de Milán, acudiendo al Virrey Fernández de Córdoba con la finalidad de solicitar el ingreso en el Tercio de Lombardía.
Entre los títulos nobiliarios y cargos que alcanzó a lo largo de su vida destacan el de Caballero de la Orden de Santiago, Comendador de la encomienda de los bastimentos del Campo de Montiel, Maestre de campo los Tercios de Infantería Española, Maestre de campo general de Portugal, Capitán General de la costa del Reino de Granada y General de las Islas Terceras, entre otros.
Asimismo, participó en la conquista de la isla de Gelves, donde fue hecho prisionero y llevado a Estambul. Tras ser rescatado por su padre, participó como capitán en el Tercio de Sicilia en la Toma del Peñón de Vélez de la Gomera. Igualmente, tomó parte en la conquista del castillo de Istria y en el socorro de la isla de Malta. Unido a Juan de Austria combatió en la Guerra de las Alpujarras entre 1568 y 1571.
El buen hacer de Lope como soldado le hizo destacar en numerosas batallas: Maatrich, Jemingen, Mons, especialmente reconocida es su participación para alcanzar la victoria en la Batalla de Lepanto contra los turcos (7 de octubre de 1571), de hecho, el fue el encargado de anunciar este triunfo al rey Felipe II. Su actuación en la batalla de la isla Terceira a las órdenes del granadino Álvaro de Bazán fue igualmente decisiva.
Desde 1572 sirvió en el tercio de Figueroa el ilustre escritor alcalaíno Miguel de Cervantes que tras la batalla de Lepanto recibió el nombre de Tercio de la Sacra Liga.
Lope de Figueroa murió el 28 de agosto de 1585 en el pueblo aragonés de Monzón cuando formaba parte del sequito real alojado allí para celebrar las Cortes del Reino de Aragón, a causa de unas fuertes calenturas. Había servido un total de 27 años a los tercios españoles.
Según había dispuesto en su testamento, sus restos mortales fueron enterrados en el Monasterio de San Francisco en Monzón, siendo llevados meses después a la ciudad accitana, para ser sepultados definitivamente junto al resto de su familia en la capilla mayor de la iglesia conventual de San Francisco.
Según el citado testamento, consta que tenía una hija llamada Jerónima, a la cual dejó un legado de 500 ducados para que ingresara en el monasterio de la Concepción de Guadix, en el de Santa Clara la Real de Murcia o en el de Madre de Dios de Madrid, fundados o dotados por la familia de Lope. Finalmente, su hija ingresó como novicia en el convento de la Concepción de Guadix.
La popularidad alcanzada por este valeroso soldado hizo que muchos escritores del Siglo de Oro lo convirtieran en personaje ilustre de sus obras, recreando sus hazañas. Entre las más conocidas, destacamos la de Lope de Vega en “El asalto de Mastrique”; “El Alcalde de Zalamea”, de Calderón de la Barca o las tituladas “El águila del agua” y “El cerco del Peñón” de Luis Vélez de Guevara, entre otras tantas.
Fuentes:
-Juan M. Ortí Pérez (2017). El maestre de campo Lope de Figueroa. Editorial: Círculo Rojo.
-J. Morillas García (2016). Don Lope de Figueroa. Maestre de campo de la infantería española. Ejercito: de tierra español. Nº. 905.
-Salvatore Leonardi (2013). Para una biografía de Lope de Figueroa: notas críticas y nuevas aportaciones. Parte primera: Hasta la jornada de Djerba y el final de su cautiverio por los turcos (1564). Revista de historia militar. Nº. 114.