El término suevo ha sido usado para nombrar a una gran variedad de pueblos, tantos que incluso pudo llegar a sustituir a la denominación “germanos”, cuyos rasgos más comunes eran la gran facilidad para trasladarse de un territorio a otro y su poca dependencia de la agricultura. Su cruce de las fronteras romanas viene provocado por la presión de los Hunos, pueblo estepario de carácter muy belicoso.
Al ser un grupo de muchos pobladores, los suevos se diseminaron por todo el Imperio, dando origen en algunos casos a regiones como la Suabia en Alemania. Un nutrido grupo se dirigió al sur, juntándose con los Alanos y Vándalos con quienes cruzarían en el año 411 D.C los Pirineos, derrumbando la estructura social y política creada por Roma en Hispania. En el caso que nos atañe, el de los suevos, estos se dirigieron a la zona de Galicia, donde se asentaron y crearon el Reino suevo, formalizado tras la firma de un foedus con el emperador Honorio. A pesar de este reconocimiento, no debemos pensar que el dominio suevo fue absoluto desde el principio, pues las propias poblaciones locales pusieron mucha resistencia aprovechándose del terreno escarpado para producir fuertes daños a las tropas suevas y del mismo modo, los mismos suevos tenían grandes divisiones entre ellos por lo que los enfrentamientos entre bandas de guerreros suevos no eran extrañas.
Uno de los principales rivales de los suevos eran los vándalos, antiguos aliados de los mismos y convertidos a rivales debido a las ambiciones territoriales. Acorralaron a los suevos y no pudieron acabar con ellos gracias a la intervención romana que con el apoyo suevo desterraron a los vándalos hacía el sur. Estos acontecimientos, los conocemos gracias a las crónicas de Hidacio, obispo galaico, cuyo testimonio es fundamental para entender el desarrollo social ocurrido en Hispania hasta el 469. Por ejemplo, Hidacio nos cuenta cómo los suevos fueron capaces de aprovechar las diferencias entre católicos y priscilianistas (seguidores del supuesto hereje Prisciliano de Ávila) para poder formar una brecha entre las tropas de resistencia galaicas.
El primer monarca suevo registrado es Hermerico (409-438/ 441) aunque muchos historiadores dudan de situar al mismo con el título de monarca (debido a los graves problemas internos del estado suevo en ese momento). De su vida solo caben destacar dos hechos fundamentales: debido a que contrajo una enfermedad que le dejó al borde de la muerte, decidió asociar a su hijo Requila (438/ 441-448) al trono (los visigodos imitarían este modelo en un futuro); Hermerico encuentra la muerte ahogándose en el Guadiana tras haber combatido al rey vándalo Genserico. Le sucede su hijo en el año 441, aunque antes de ser coronado monarca ya había estado llevando las riendas del poder. Algunos éxitos fueron las paces obtenidas con los romanos y los galaicos así como conquistas de ciudades tan icónicas como Emérita Augusta y Sevilla. Durante su reinado pudo incluso derrotar a las fuerzas visigóticas y vándalas que asolaron sus fronteras.
El siguiente en la lista de sucesión es Requiario (448-456) cuyos años de dominio significaron el final de la prosperidad del reino de los suevos (a pesar de sus ambiciones territoriales simbolizadas en la emisión de moneda propia) y la inclinación del Reino a la religión católica pues el monarca procesaba esta fe. Logró un matrimonio con la hija de Teodorico I, rey visigodo de gran importancia, de camino a buscar a su futura esposa, Requiario se dedicó a saquear toda la zona de la actual Cataluña y del País Vasco, agudizando el impacto de las revueltas bagáudicas. Una de las mayores amenazas a la que se tuvo que enfrentar fueron las incursiones de los piratas hérulos, cuyas expediciones de castigo dañaron profundamente a la estructura social de los suevos. Pero sin duda, lo que más marco su reinado, fue su derrota militar contra el visigodo Eparquio Avito en los márgenes del río Órbigo en el año 456. Esta derrota sumada a la captura el monarca suevo significó la pérdida de Oporto y Braga dos ciudades fundamentales para los suevos que vieron su poder completamente mermado y reducido.
A este monarca le suceden dos reyes diferentes: Maldrás y Frantán, enfrentados por el poder y dominio, provocan una guerra civil que finalizará con la reunificación por parte de Remismundo, supuesto hijo de Maldrás y el hombre que trae el arrianismo al reino. Remismundo tuvo otros conflictos internos con hombre como Frumario y Requimundo, quienes le disputaron el trono hasta que en el año 463, Remismundo asegura su corona. Tras este monarca, tenemos un período oscuro debido a la muerte del cronista Hidacio, aunque el resto de reyes suevos poco tuvieron que ver con los primeros, capaces de conquistar y saquear grandes zonas de la Península. Los reyes arrianos vivieron asfixiados por los visigodos hasta la derrota final del rey suevo Malarico en el año 586 a manos de Leovigildo, cuyo sueño era la unificación total de la Península.
El reino suevo de Galicia ha sido muy poco estudiado y referenciado a lo largo de estos años de revisionismo historiográfico de hoy en día. Es necesario un estudio más profundo, no solo de las fuentes escritas, también de las arqueológicas, para poder aclarar muchos aspectos que hoy siguen en la sombra. Una sociedad como la sueva, capaz de dominar sobre tan amplios territorios, bien merece un lugar destacado de la Historia española.
Fuentes:
- Cossue. (28 de Noviembre de 2005). Breve historia del Reino suevo de Gallaecia. Celtiberia. Celtiberia Recuperado de http://www.celtiberia.net/es/biblioteca/?id=1671
- García. J.B. (31 de Marzo de 2017). El Primer Estado de Europa. El reino suevo de Galicia. Turismo, Cultura, Historia de Galicia: Ourense y Pontevedra. Turismo, Cultura, Historia de Galicia: Ourense y Pontevedra Recuperado de http://www.porgaliciabaixo.com/es/historia/017/10/el-primer-estado-de-europa-el-reino-suevo-de-galicia.html
- Nubeluz. (15 de Mayo de 2017). Lista de los reyes suevos. Nubeluz. Nubeluz Recuperado de https://www.nubeluz.es/germanos/suevos.html#hermerico
- Palenzuela, V. (2011). Historia de España de la Edad media. España: Ariel