Estas declaraciones son meros ejemplos de la realidad a la que las mujeres se enfrentan hoy en día. Producto del neomachismo que caracteriza a la sociedad española en pleno siglo XXI. Este concepto se encuentra vinculado a una serie de prácticas y actitudes sexistas encubiertas y culturalmente aceptadas conocidas como micromachismos. Este término fue acuñado por el psicoterapeuta argentino Luis Bonino Méndez en el año 1990.
Los micromachismos son desapercibidos en multitud de ocasiones incluso por las propias mujeres, ya que se encuentran tremendamente arraigados en la sociedad. Su finalidad es anular a la mujer como sujeto, otorgándole un papel inferior al del hombre, apartándola de múltiples sectores de la vida pública. En definitiva, es un machismo subterráneo, que por su menor intensidad no mata y pasa desapercibido. Cotidiano y por lo tanto aceptado, que perpetúa el gran machismo que hace diferentes a unas de otros y genera una tremenda desigualdad.
Luis Bonino Méndez ha clasificado estos micromachismos en tres grandes grupos, aunque a veces se incluye un cuarto:
1.-Coercitivos o directos: aquellos en los que el hombre usa la fuerza moral, psíquica, económica o de su personalidad para intentar doblegar a las mujeres, así como limitar su libertad y convencerlas de que la razón la tiene él mismo. Pueden contemplarse cuando el hombre se sienta en el mejor sillón del salón de la casa, controla el mando del televisor u ocupa un mayor espacio en ciertos lugares públicos, como el metro.
2.-Encubiertos o indirectos: son muy sutiles, especialmente invisibles, que buscan la imposición de las “verdades” masculinas para hacer desaparecer la voluntad de la mujer, quien acaba limitando sus deseos y haciendo lo que el varón quiere. Emplean, en lugar de la fuerza, el afecto y la persuasión para disminuir el pensamiento y la acción eficaz de la mujer. Los silencios, usar una comunicación paternalista, ignorar despectivamente a una mujer por el mero hecho de serlo o emplear un humor denigrante hacia el género femenino son ejemplos sencillos de reconocer.
3.-De crisis: se reproducen cuando en una relación de pareja la mujer comienza a romper la balanza de la desigualdad. Se basa en un aumento de poder de la mujer producido por diferentes motivos. Algunas de las prácticas más comunes que dan lugar a este tipo de micromachismos son el hipercontrol, eludir la crítica y la negociación, victimismo, darse tiempo, dar lástima, engañarla, mentirle o no cumplir diversos acuerdos a los que se llega previamente.
4.-Utilitarios: afectan principalmente al ámbito doméstico. Se producen cuando los hombres tienden a responsabilizar de las tareas domésticas, así como de los cuidados, a las féminas. En este caso, podría considerarse un machismo evidente en lugar de un micromachismo, pero puede darse bajo formas muy perspicaces que prácticamente pasan desapercibidas.
Como conclusión, es importante mencionar la actuación que deberían seguir los hombres en un entorno que les favorece de manera evidente. Desde el momento en el que se posicionan a favor del feminismo, de la igualdad, deben llevar a cabo una autocrítica de la posición privilegiada que ostentan, así como de sus prácticas de dominio.
La solución no consiste en apoyar a las mujeres desde un paternalismo irritante, ni tampoco se trata de trabajar única y exclusivamente para transformar a los otros hombres, como si cada uno de ellos estuviera exento de las prácticas patriarcales.
El mundo se enfrenta a un proceso largo, en el que todas y cada una de las mujeres deberían involucrarse. Luchar, gritar, reivindicar. Solo así, se nos escuchará. Actualmente, una de las mayores lacras sociales presentes en la población española es la violencia de género. Aquella que impone, limita o restringe la libertad y dignidad de las mujeres. Pero, sobre todo, la que está acabando con una elevada cifra de féminas.
Esta clase de violencia sí es abordada por la legalidad, debido a su mayor visibilidad a nivel social. Sin embargo, todavía queda mucho camino por andar. Deben corregirse los distintos hábitos de violencia y dominación masculina que tienden a normalizarse, llegando incluso a ser invisibilizados y legitimados por un patriarcado imponente que preside nuestro mundo.
FUENTES
-Bonino, L. (1998, junio). Micromachismos: La violencia invisible en la pareja[archivo PDF].
–Campaña “No me llamo nena” (Madrid, 2014) [Imagen].
-eldiario.es. (2015, febrero, 15). Micromachismos: están ahí, aunque a veces no queramos verlos [Vídeo].
-Gómez, L. Micromachismos, un machismo silencioso y sutil [archivo PDF]. TintaLibre.
-La Tuerka. Los Neomachistas [Vídeo].
-Martínez, L. ¿Sabes reconocer un micromachismo?
-Regader, B. Micromachismos: 4 muestras sutiles de machismo cotidiano.