En 1848 varios colegios de Gran Bretaña se reunirían en la universidad de Cambridge para unificar el reglamento de un juego de pelota que se practicaba en muchas escuelas inglesas. Este reglamento fue el germen de las normas del fútbol tal y como lo conocemos hoy. Sin embargo, siglos antes de que se elaborase este código, ya tenemos constancia de numerosos deportes y juegos con planteamientos muy similares al fútbol actual.
Al buscar los orígenes del deporte rey en Europa la mayoría de los historiadores suelen torcer su mirada hacia el otro lado del mundo: América. Aquí existía desde el siglo XVI a. C. un juego llamado batú; un deporte de equipo en el que los rivales se enfrentaban para intentar meter la pelota por un aro de piedra tan solo golpeándola con la cadera y las rodillas. La pelota estaba hecha a base de goma natural y el juego era más complicado cuantas más vueltas de goma llevase.
Existen referencias a este juego en toda el área mesoamericana y en el Caribe, hasta el punto de ser considerado como un rasgo identificativo de los mayas y las culturas de esta zona. Se solía practicar en las plazas de las ciudades, que estaban preparadas para albergar los enfrentamientos.
Otras teorías han preferido buscar los orígenes del fútbol en Asia. En la antigua Persia, en China, la India o Japón encontramos juegos de pelota que guardan enormes similitudes con el fútbol. Una de las teorías más defendidas apunta a la China de finales del siglo III a. C., donde se instauró un deporte basado en golpear una pelota de cuero e introducirla en orificios que podrían ser vistos como antecedentes de las actuales porterías. Este juego se realizaba como un entrenamiento militar, y desde China se trasladó a otras regiones como Corea o Japón donde dio lugar a sus propias variantes.
Por el contrario, para muchos, los orígenes del futbol deben estar mucho más cerca de Europa. De este modo apuntan a juegos practicados en la Antigua Grecia y en Roma. En Roma, al igual que en Asia, se practicaban juegos a modo de entrenamiento militar entre los legionarios. Uno de los más populares consistía en un enfrentamiento entre dos equipos que debían conseguir colocar la pelota en el límite del campo del equipo rival. Destacaban por su violencia ya que podían usar toda la que fuese necesaria para conseguir su objetivo.
Asimismo, algunos argumentos en contra estiman que el origen de este deporte no puede estar tan lejos en el tiempo y prefieren buscar los inicios del mismo en juegos practicados en la Edad Media. Alguno de los más cercanos es el calcio, un juego que se sigue practicando en Florencia en el que se enfrentan equipos de dos ciudades rivales. En él, se puede usar la violencia con ciertos límites y la pelota se puede tocar con las manos.
Por otro lado, hay quienes recuerdan que el fútbol actual y la primera asociación que intentó regular y reglamentar este deporte nació en las Islas Británicas, por lo que prefieren poner su mirada en Inglaterra. Dentro de la Edad Media inglesa no solo encontramos referencias a los antiguos juegos de pelota romanos que se siguieron practicando hasta cinco siglos después de que los del Imperio abandonasen la isla, sino que aparecen otro tipo de juegos con técnicas y normas parecidas a las que hoy veríamos en un partido. En el sur de Gran Bretaña en el siglo XIV se practicaba un deporte que consistía en llevar una pelota a un lugar cercano muy concreto; participaban pueblos enteros y su popularidad hizo que no solo se extendiese por las islas sino también a partes del continente como Francia.
Además de estas tesis existen muchas otras que sitúan los orígenes del fútbol en lugares tan diferentes como Groenlandia o el Amazonas. De cualquier forma, seguirá siendo un misterio cuál fue el origen del fútbol e incluso puede que no sea uno solo; lo que está claro es que tiene una historia mucho más antigua que los 150 años que han pasado desde esos juegos de pelota que a mediados del siglo XIX estaban intentando unificar sus normas.