Mata Hari, cien años de la espía del amor
Foto: http://blog.lopezlinares.com

Con el primer trinar de los pájaros y un perezoso sol de mirada triste una ráfaga de disparos estalla sobre las primeras voces del ojo del alba en la prisión de Saint-Lazare, Vincennes, en las afueras de París. Un pelotón de fusilamiento acaba de cercenar la vida de la espía más sensual de la historia, que lanza al mundo sus últimas palabras: ¡Ramera sí, Traidora jamás! Una bala ha atravesado su corazón, la muerte es instantánea pero el oficial al mando se acerca al cuerpo ya inerte de Margaretha (Gretha) Zelle y certifica la pena capital con un disparo en la cabeza. Sobre el barro de la Ciudad de la Luz, del Amor, yace paradójicamente Mata Hari, la espía que hizo del amor un arma perfecta.

El día que nació el mito

Era la madrugada de un 15 de octubre de 2017, hace justo cien años; pocos segundos antes de la ejecución Mata Hari se había presentado maquillada, con aquella belleza natural y sensual que conservaba pese a sus 41 años, con un traje de dos piezas y una blusa escotada. Como aseguró el reportero que presenció la escena no perdió la dignidad en ningún momento, de hecho negó ser atada al poste y que vendaran sus ojos, quería ver el rostro de sus ejecutores hasta el último momento. Ese día una bala sedujo a su corazón partiéndolo en dos, murió la espía pero nació el mito. Aquella que abrió sus ojos en la ciudad holandesa de Leeuwarden un 7 de agosto de 1876, y sobre la que ni su entorno familiar ni sus orígenes apuntaban en la dirección que acabó tomando su tan mitificada como fascinante vida.

Su padre trabajaba como sombrerero y pasó unos comienzos de infancia feliz, en el seno de una familia acomodada hasta que se produjo la quiebra del negocio que la llevó a vivir a casa de sus tíos en La Haya. Aquella niña podría haber sido una holandesa más de no ser por la peculiaridad de su aspecto físico. Gretha era sorprendentemente morena, con una belleza exótica que llamó poderosamente la atención a todo el que se cruzó en vida con ella. Poseía una naturaleza especialmente dotada y destinada para brillar, sus rasgos muy lejanos a los del espacio geográfico en el que nació y mucho más cercanos a los del perfil euroasiático, la convirtieron en una mujer sobrecogedoramente sensual, algo que posteriormente utilizó para alimentar sus fantasías, su leyenda.

El arma de la seducción

Sus arrolladoras armas de seducción fueron tremendamente precoces, cuentan que fue expulsada de la escuela Lieden por seducir presuntamente al director Wibrandus Haanstra, aunque la realidad fuera ciertamente distinta, pues al parecer era el director el que acosaba a esa insólita morena holandesa. Desde muy joven sintió atracción por los uniformes militares y consideró que en el matrimonio conseguiría su pasaporte a la independencia y la libertad. En 1895, solo cuatro meses después de conocer en la sección de contactos del periódico Her Nieuws Van Der Dag a Rudolph MacLeod se casó con él. El anuncio decía así: "Oficial destinado en las Indias Orientales holandesas desearía encontrar señorita de buen carácter con fines matrimoniales" Rudolph MacLeod era 21 años mayor que ella y enmudeció ante los ojos profundos de Margarteha. 

En un primer momento el encuentro fue explosivo, se produjo a la puerta del Rijsmuseum de Amsterdam una mañana de marzo de 1895. Gretha quedó impresionada con la marcialidad, los galones y la compostura uniformada de aquel señor de 39 años, mientras que Rudolph creyó prácticamente que una diosa hindú de 18 años le acompañaría en su viaje.

Conviviendo en Java -según la versión de la joven- descubrió el carácter violento de un alcohólico que le dio mala vida y dos hijos, uno de los cuales falleció prematuramente por una extraña intoxicación alimentaria. Mientras que el oficial defendió una versión absolutamente contraria, trazando el perfil de una mujer fatal con una vida disoluta y absolutamente entregada al dinero. De un modo u otro Gretha se refugió en el estudio de la cultura javanesa, interiorizando especialmente su baile -que nunca dominó a la perfección- pero que fue el detonante de su fantasía. Cuando regresaron a Holanda en 1902, la unión marital saltó en pedazos con un divorcio que la dejó en precaria situación económica. Razón por la cual Rudolph se quedó con la custodia de la única hija que le quedaba.

El debut de Mata Hari

Foto: http://donhollway.com
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La joven quiso pasar página y eligió como modo de vida la danza, para ello se marchó a París, ciudad en la que comenzó a construir su propio mito, que emergió un 13 de marzo de 1905, día en el que hizo su debut como bailarina de cabaret con el sobrenombre de Mata Hari. Gretha poseía una fantasía desbordante y, para aportar un punto de exotismo e incentivar sus innatas armas de seducción se atribuyó orígenes hindúes. Margaretha se inventó una vida: "Mi madre, gloriosa bayadera del templo de Kanda Swany, murió a los catorce años, el día de mi nacimiento. Los sacerdotes me adoptaron y me pusieron Mata-Hari, que quiere decir `pupila de la aurora'."

Mata Hari salía al escenario a conquistar el mundo desde el Museo de Estudios Orientales de París. Lo hacía ataviada con un vestido de princesa de Java, cubierta de oro y unas medias de color carne, prendas de las que se iba desprendiendo sutilmente hasta prácticamente quedar tan solo cubierta con unas cúpulas de bronce sobre sus senos. El hipnótico efecto que causó aquella fantasía de Gretha fue devastador entre el público masculino, los hombres caían rendidos ante ella, que en aquellos inicios tenía especial predilección por la cartera de su interminable lista de amantes. De hecho en la crónica publicada el 18 de marzo de 1905 por el periódico La Presse, se puede percibir el efecto que generó su irrupción escénica entre los parisinos de la época: "Mata-Hari es Absaras, hermana de las ninfas,de las Ondinas, de las walkirias y de las náyades, creadas por Indra para la perdición de los hombres y de los sabios."

El arte del desnudo

Foto: http://blog.lopezlinares.com
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Paradójicamente Mata Hari no sabía prácticamente bailar, pero se desprendía de sus ropas con tal sensualidad que acabó convirtiendo aquello en un arte absolutamente irresistible.  Émile Guimet -coleccionista de obras de arte- era el mecenas que financiaba una función en la que el dios hindú Shiva recibía el homenaje de seis princesas, pero absolutamente todos se quedaban extasiados con la imagen de ella. De Gretha, de ese interminable cuerpo moreno y delgado, prácticamente desnudo sobre el escenario. En 1910 Mata Hari era ya la mejor pagada de Europa, aunque fue rechazada para bailar en el teatro Odeón de París y, encajó con enorme desencanto el desprecio del ruso Sergei Diaghilev, una de las personalidades más importantes en la historia del ballet de la época.

Pese a todo el fenómeno Mata Hari era imparable, hizo una gira  por Madrid, Montecarlo, Berlín, Viena, La Haya y El Cairo, en la que su leyenda, su osadía y su sensualidad, se abrieron camino entre la alta sociedad de la época, siendo una auténtica musa en El Olympo y El Teatro de los Campos Elíseos

La Primera Guerra Mundial

Foto: http;//donhollway.com
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Políticos, empresarios, militares y nobles cayeron a sus pies, de entre muchas de sus conquistas destacaron el diplomático francés Jules Cambon y el Príncipe heredero de Alemania. Pero cuando estaba en la cima del mundo, el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914 -que la sorprendió en Berlín- dio un vuelco a su existencia. Por aquellas fechas se dio también la circunstancia de que era la amante del jefe de la policía alemana -algo por lo que luego le pasaron factura los franceses-. Gretha huyó a su natal Holanda –que era un país neutral- pero la vida de Mata Hari no tenía marcha atrás. No tardó en volver a París para instalarse en el Grand Hotel de París, en el que vivía a todo tren, con todo tipo de lujos y comodidades. Su belleza y poder de atracción hacía estragos, por aquel hotel pasaba toda la flor y nata de los hombres uniformados, militares que eran su pasión y se convirtieron en su perdición. De hecho durante el juicio en el que fue condenada a muerte declaró: "Amo a los militares. Los he amado siempre y prefiero ser la amante de un oficial pobre que de un banquero rico"

Gretha dominaba con soltura varios idiomas y solo fue cuestión de tiempo que comenzara a conquistar a militares de varias nacionalidades, el primero Vadim Maslov, un capitán ruso que servía a Francia y al que con apenas 21 años le doblaba la edad pues ella ya rondaba los 40. En cualquier caso el amor que sentía Gretha por Vadim era verdadero y cuando el oficial resultó herido e internado en un hospital de campaña en Vittel, en la disputada región de Lorena, hizo todo lo posible por ir a visitarlo.

El giro de su vida

Mata Hari no había pasado desapercibida para los servicios de inteligencia, tanto franceses como alemanes. Su posibilidad para poder viajar libremente por Europa al proceder de un país neutral como Holanda, sumada a su innegable e irresistible belleza la convirtieron en el blanco perfecto. Siendo amante de Kraemer, cónsul alemán en Ámsterdam, recibió el ofrecimiento de trabajar como espía a cambio de una suma considerable de dinero. Con perfil bajo como informante y el pseudónimo de H-21 comenzó a trabajar, de tal modo que realizó varias misiones con su seducción y belleza como principal arma.

La ambición de Mata Hari no tenía fronteras por lo que cuando le ofrecieron que espiara al Príncipe heredero alemán, para aportar información a los franceses no dudó en aceptar. Fue el oficial de contra inteligencia, el capitán Ladoux, el que la reclutó como espía a cambio de otra considerable suma de dinero.

Foto: http://www.harpersbazaar.es / © Getty Images
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Sus viajes eran continuos, dando rodeos por países neutrales para acabar en territorio de dominio alemán. Mata Hari se movía con tanta fluidez y asiduidad por los países, que llegó a ser considerada sospechosa por varios servicios de inteligencia. Uno de ellos el británico, que la llegó a interrogar infructuosamente con motivo de una de sus estancias en Falmouth.

La trampa

Los servicios de inteligencia alemanes no tardaron en considerarla como un elemento altamente sospechoso de trabajar con ambos bandos, por lo que aprovechando sus escarceos la intoxicaron con informaciones falsas. En una de estas misiones -concretamente en Madrid- el mayor Arnold von Kalle, consejero militar alemán en la capital española cayó ‘presuntamente’ en sus redes de amor. Precisamente Kalle acabó desencadenando el fatal desenlace de la 'femme fatale', pues los servicios de contra espionaje francés -con Ladoux a la cabeza, que la vigilaba muy de cerca- interceptaron un telegrama en el que el oficial hablaba de las informaciones facilitadas por la agente H-21. En él se desgranaba una información sobre submarinos con rumbo a Marruecos y algunos planes militares británicos, subrayando que la citada agente se había vuelto útil.

La partida del amor

La trampa estaba en marcha y los franceses no tardaron en concluir que Mata Hari había jugado a dos bandas, considerándola como una agente alemana desde el comienzo, siendo condenada por tanto de alta traición. Sobre la acusación que la llevó al paredón siguen existiendo dudas, circunstancia que aumenta el grado de fascinación que rodea al personaje. De hecho aumenta la veracidad de la hipótesis sobre la posibilidad de que Mata Hari no fuera en realidad una agente doble, sino que fue un arma arrojadiza del amor entre los servicios secretos. La mujer que se inventó una vida y perdió la partida del amor en mitad de una guerra. 

Un mito que va más allá

Gretha sirvió de perfecto chivo expiatorio y simplemente se encontraba tanto en el momento como en el lugar equivocado. De hecho Mata Hari no sabía prácticamente nada sobre espionaje, ella siempre vivió en mitad de su fantasía, la aventura de su vida y posiblemente fue utilizada tanto por unos como por otros. Mata Hari vivió intensamente su gran mentira y el mundo acabó culpándola de ello. De tal modo que ajena a todo, aun enamorada del joven Vadim, regresó a París el 4 de enero de 1917, siendo apresada en el hotel Elysée Palace por el capitán Bouchardon. Pero el mito de Mata Hari siempre irá más allá, puesto que hasta para el momento de su arresto circula una historia –posiblemente legendaria- sobre que la hermosa Gretha salió desnuda de la bañera y tras vestirse ofreció a los policías franceses unos chocolates en el interior de un casco alemán.

Bouchardon en la hoy desaparecida y ya citada cárcel Saint-Lazare, fue el encargado de interrogarla y en todo momento negó las acusaciones que pesaban contra ella. Su juicio se llevó a cabo un 24 de julio de 1917, a puertas cerradas y en el Palacio de Justicia. Precisamente de aquel juicio, que fue desclasificado en 2001, han trascendido varias informaciones. Una de ellas y la que posiblemente más daño hizo a Gretha fue la declaración de ‘su amado’ Vadim Maslov, que la trató como una simple aventura. En cambio el diplomático Henri de Marguière, no dudó en defender con firmeza su inocencia. Desafortunadamente para ella el curso de la guerra jugó en su contra, y tras algunos reveses se convirtió en el blanco perfecto de la opinión pública para asestar un golpe de autoridad moral, pese a que en ningún momento se encontraron pruebas concluyentes sobre su delito.

El blanco perfecto

Foto: http://www.harpersbazaar.es
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En esencia Mata Hari era el modelo de mujer que todo hombre desea de puertas para adentro, muy en secreto, pero no encajaba con la moralidad de la época. Gretha reconoció haber recibido dinero por parte de oficiales alemanes por otro tipo de servicios -muy diferentes a los de información-, y en el juicio se leyó una interminable lista de amantes que no negó. Pero Mata Hari ya estaba sentenciada mucho antes por razones de Estado y de la opinión pública. Fuera de una forma u otra, fuera utilizada o no, fuera su vida una gran mentira o no, el hecho es que su historia es fascinante puesto que en su neceser encontraron ‘tinta simpática’. De lo que no cabe la menor duda es que una holandesa morena fue la más grande agente doble del amor jamás conocida. Aquella cuya desnudez inerte en el barro de la prisión de Saint-Lazare sigue seduciendo con un último beso a sus ejecutores y cien años después a todo aquel que se acerca a su historia. Nadie reclamó su bello cadáver pero la historia de la gran mentira de su vida nunca se olvidará...

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