En la primera mitad del siglo XVIII, en España ya reinaban los Borbones tras la Guerra de Sucesión que finalizó en 1713. Esta familia real provenía de Francia, donde las ciencias comenzaban a evolucionar y la Ilustración se desarrollaba cada vez más a lo largo del siglo. No era de extrañar, por tanto, que el avance científico llegara también a España de la mano de los nuevos reinantes franceses.

En este clima de evolución científica, nacía José Celestino Mutis, en 1732 en Cádiz. Decidió estudiar medicina y cirugía en el Colegio de Cirugía de Cádiz y trabajó en el hospital de esta misma ciudad. Dentro de esta etapa que vivió en Cádiz, estuvo bajo la tutoría de grandes científicos de la época. Esto hizo que aprendiera cada vez más y se trasladó al Hospital General de Madrid. Celestino Mutis adquirió muchos conocimientos prácticos y recibió una oferta que marcaría su destino: en 1760 viajaría a Nueva Granada para ser el médico del virrey Pedro Messía de la Cerda.

José Celestino Mutis propuso al virrey en dos ocasiones una expedición botánica por el Nuevo Reino de Granada. Sin embargo, esto fue imposible porque una gran parte del dinero de la Corona estaba destinada a la Guerra de los Siete Años. Por eso mismo comenzó a estudiar con más detenimiento la botánica y la minería, además de dedicarse al sacerdocio. En Santafé de Bogotá realizó un herbario de especies y disecó algunas de ellas, para continuar con sus estudios botánicos. Más tarde, se trasladó a Mariquita, cuando Calos III le dio luz verde a la expedición botánica de Mutis.

Esta expedición se inició en 1783, con Mutis a la cabeza y acompañado por otros científicos de gran renombre en este momento: Francisco José de Caldas, fray Diego García y Juan Eloy Valenzuela y Mantilla. Se dedicaron a recoger y estudiar una gran cantidad de especies botánicas y los usos de las mismas. Además, se creó una escuela de dibujo que llevó a plasmar algunas plantas a la perfección sobre el papel. Esto comenzó a contribuir a que la Revolución Científica que se originó en Europa llegara a Colombia. No es de extrañar, por tanto, que las ideas científicas e ilustradas comenzaran a esparcirse por el nuevo continente.

La acción de Mutis pasó por crear un herbario de especies autóctonas como la quina o el té de Bogotá. Además, estudió las propiedades del guaco o bejuco para aclimatar el canelo, anís y la nuez moscada. Otra de las medidas que inició fue la de separar los cementerios del interior de las ciudades como medida de higiene. Además, Mutis recopiló las gramáticas de las lenguas chibcha, mosca, saliba y achagua a petición de Catalina la Grande, zarina de Rusia. Sin embargo, Carlos III entendió el gran valor de estas gramáticas y decidió no darle esta ventaja a la gobernanta rusa.

La propagación de las ideas ilustradas entre los discípulos de Mutis hizo que se sostuviera la idea de una independencia de la Corona Hispánica. Precisamente, los colombianos que iniciaron el proceso de independencia señalaron la Expedición de Mutis como el génesis de la futura Colombia independiente. Por tanto, la influencia de Mutis en la historia de España y de América no solo pasa por los avances científicos, sino por los políticos a la hora de divulgar unas ideas que evolucionaron hacia la Ilustración y el entendimiento de la autodeterminación para la independencia.

FUENTES:

Gómez Hoyos, Rafael. "La revolución granadina de 1810: ideario de una generación y de una época, 1781-1821". Bogotá, 1972 (2 vols.)

Guerra, François-Xavier (dir.) Las revoluciones hispánicas: independencias americanas y liberalismo español. Madrid, Universidad Complutense, 1995.

Díaz Piedrahita, Santiago. «La expedición Botánica». Sociedad geográfica de Colombia. Academia de Ciencias geográficas.