Después de la primera guerra mundial, muchos soldados australianos se instalaron en tierras del interior del país, y a causa de la gran depresión de 1929 tuvieron que ampliar sus campos de trigo para poder obtener mayor producción y cubrir los posibles grandes gastos que supondría la crisis.

Problemas con los emús

Australia es el país autóctono de los emús, una especie muy similar al avestruz, la cual es muy grande y no puede volar.

Esta especie, sin sentir peligro, es inofensiva, pero a finales de los 30 y principios de los 40 la natalidad aumenta a unos niveles nunca vistos, lo que provoca un quebradero de cabeza a los agricultores, debido a que estas aves comenzaron a comerse las cosechas de principios de los 30 y prácticamente se convirtió en una plaga. En 1932, el gobierno australiano tomó cartas en el asunto y se dispuso a planificar el primer conflicto bélico entre animal salvaje y humano.

Desarrollo del conflicto

El entonces ministro George Pearce, el cual se autoproclama como el Ministro de la Guerra del Emú, decide reclutar a la Artillería Australiana para acabar con muchos de los emús. Los animales contaban con 20000 unidades que poco podían hacer salvo huir de los cañones o atacar a algunos soldados a picotazos.

George Peace

El conflicto se desarrolla entre el 2 de noviembre y el 10 de diciembre de 1932 en el cual murieron (según cifras oficiales) 3486 emús en combate y los demás se dispersaron por el país, aunque no tardarían en volver a las zonas de cosechas varios años después.

Soldados australianos usando rifles y RPG para atacar a los emús

Consecuencias

A pesar de la intervención militar, los emús seguían expandiéndose y atacando cosechas, así que los campesinos solicitaron varias veces una nueva intervención militar, pero el gobierno australiano se lo deniega por el alto costo que supone. Entonces varios grupos pequeños se movilizan con armas para comenzar un exterminio de los emús, asesinando a casi diez mil entre 1948 y 1960.

A partir de los años 60, el gobierno australiano procede a detener el armagedón construyendo reservas naturales para los emús. Algunos historiadores consideran esta guerra como "El genocidio de los emús".

Fuentes

Shuttlesworth, Dorothy Edwards (1967). The Wildlife of Australia and New Zealand. University of Michigan Press. p. 69.

Johnson, Murray (2006). 'Feathered foes': soldier settlers and Western Australia's 'Emu War' of 1932. Journal of Australian Studies (88): 147-157