Desde el inicio de la Guerra Civil española en julio de 1936 miles de personas atravesaron la frontera francesa buscando no solo refugio político sino huir de la destrucción y la guerra o de la miseria del hambre. Desde 1939, y especialmente con la posible caída del frente catalán, la actividad se intensifica y los exiliados, muchos de ellos vascos, catalanes o personas con ideales o cargos políticos cercanos a la II República comenzaron a huir en masa desde Cataluña. A finales del mismo año, cerca de 440.000 personas ya habían cruzado los Pirineos. Las autoridades e instituciones francesas intentaron regularlas y organizarlas pero estaban saturadas.

Al terminar la contienda casi la mitad de ellos volvieron a España quedando en el país galo cerca de 200.000 personas. Estas tuvieron un trato muy diferente, derivado de la imposibilidad de las autoridades por gestionar el exilio. En este momento ocurre un hecho fundamental: al terminar la guerra en España estalla la Guerra Mundial en Europa. Cuando Francia fue ocupada, los españoles estuvieron excluidos y marginados, en algunos casos fueron derivados a campos de concentración y obligados a realizar trabajos forzados. Este episodio marcó de manera importante a los republicanos españoles de manera que se fue forjando una nacionalidad en identidad propias.

La identidad, la represión política e incluso sus propios ideales fue lo que llevó a muchos de ellos a enrolarse en la Francia Combativa o las Fuerzas Francesas libres, en numerosas ocasiones combatiendo en guerrillas o en las operaciones de sabotaje dentro del país. La reorganización del ejército francés permitió que antiguos excombatientes o simplemente exiliados se introdujesen en él de manera más organizada, destacando la incorporación de altos cargos del Ejército Popular Republicano y de las milicias que se integraron en esta fuerza manteniendo sus cargos.

Otros muchos, entre los que también se sitúan algunos de los altos cargos militares exiliados, se enrolaron en la Legión de Extranjeros de la Francia Libre para luchar en las colonias y en el Frente del Norte de África, frente en el que llegaron a participar más de 7000 españoles. Con el desarrollo de la guerra, estos españoles se fueron moviendo en consonancia con el avance aliado, participaron en distintos frentes: en 1942 lucharon contra las posiciones nazis en Marruecos, Túnez y Chad; en 1944, 96 españoles desembarcaron en Normandía como parte del ejército francés y otros soldados participaron en la Toma del Nido del Águila, la residencia de Hitler en los Alpes.

Sin embargo, el acontecimiento más destacado de la participación de los republicanos españoles en la II Guerra Mundial llega en 1944 cuando una división española encabezó la Liberación de París. La Nueve, la 9ª compañía de la División Lecrerc, que estaba compuesta eminentemente republicanos españoles (unos 2000), se convierte en el primer ejército aliado que entra en la capital francesa. Tanques con nombres como Guernica, Teruel o Madrid en recuerdo de los frentes republicanos de la Guerra Civil, ondeaban las banderas de la II República Española junto las francesas

La Nueve había estado dirigida por Joseph Putz, un soldado de origen belga que había participado en las Brigadas Internacionales, y por Amado Granell, entonces convertido en teniente del ejército de tierra. Este último fue portada del diario francés Libération, periódico que afirmaba que el antiguo militar español se había reunido con dirigentes militares y políticos franceses como Georges-Augustin Bidault.

Por otra parte, aunque la participación española en la Segunda Guerra Mundial se dio sobre todo unida al ejército francés, existió participación en otros frentes. Participaron en la liberación y defensa de los Países Bajos o lucharon junto los ingleses conformando la Spanish Company number one. En la Unión Soviética, donde se exiliaron las familias de integrantes del PCE, también se sumaron a filas, como es el caso de Rubén Ruiz Ibárruri, hijo de la Pasionaria que murió en la Batalla de Stalingrado.

Durante sus batallas y especialmente tras el final de la Segunda Guerra Mundial muchos de ellos recibieron condecoraciones militares y otra serie de homenajes (desfilaron en París o se les “bañó” con vino francés tirándoselo por la cabeza para celebrar su victoria sobre el Reich). En algunas ocasiones se integraron en el ejército francés, aunque prefirieron desempeñar otras profesiones (en el caso de los altos cargos militares, para poder ascender a ciertos puestos de mando debían tener la nacionalidad francesa) Asimismo, cabe destacar que muchos defendieron la entrada en España para restaurar la democracia en el país durante y después de la Guerra Mundial. De cualquier modo, se trata de un importante hecho histórico, no debemos olvidar su participación y compromiso con los aliados y defender su importancia en la gran contienda que representó la Segunda Guerra Mundial.

 

Fuentes:

La Nueve, disponible en:http://www.la9.es/

En qué consistió la hazaña de La Nueve, la compañía de españoles que liberó París de los nazis, Disponible en: https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/en-que-consistio-la-hazana-de-la-nueve-la-compania-a-la-que-hoy-homenajea-felipe-vi-en-paris

La verdad sobre la resistencia francesa, ni tan masiva ni tan francesa. Disponible en: https://elpais.com/cultura/2016/10/07/actualidad/1475858612_013991.html