Un 27 de abril del año 1822 nacía en Point Pleasant un pequeño bebé bautizado como Hyram Ulysses Grant. Su padre fue Jesse Grant y su madre Hannah Simpson. El padre de Grant fue un exitoso comerciante y su madre una devota demócrata. Fue el mayor de tres hermanas y dos hermanos.
Aunque nació en Point Pleasant, su padre decidió trasladar a la familia a Georgetown, ya que ofrecía muchos más recursos y una frontera más amplia de comercio. Hyram estudió en diferentes escuelas, desde Georgetown pasando por Kentucky hasta Ripley. Nunca fue un estudiante devoto, se le daban mejor los trabajos en el campo. Todos los estudiosos de Grant destacan la gran afinidad que mantuvo con los caballos. Era capaz de domar, montar y manejar a cualquier caballo por muy salvaje que fuera. El mismo Grant deja constancia de ello en sus propias memorias narrando los diferentes viajes a caballo que realizaba como mensajero de sus vecinos contando con solo ocho años.
A los 17 años logaría ingresar en la reputada academia de West Point. En esta academia se han forjado las grandes leyendas militares de EEUU. Grant no sería una excepción a esta regla. La plaza le fue otorgada gracias a la mediación de Thomas Hacker, amigo del padre de Grant.
Este hombre cometió un error al escribir el nombre de Grant y formuló por primera vez el futuro nombre del general Ulysses S Grant. La S. venía supuestamente por el apellido Simpson de su madre. En la academia, Grant se dedicó a leer todo lo que pudo y a intentar destacar en aquellas materias donde podía lograr buenos ascensos, por ejemplo en hípica.
Durante su estancia en West Point hizo muy buenas migas con el futuro comandante confederado Longstreet. Grant logró graduarse y aplicó a varios regimientos hasta acabar en el 4º regimiento situado en Jefferson Barracks. En las memorias del general unionista se destaca que, al recibir su primer uniforme militar, Grant salió a la calle paseando a caballo para presumir del mismo, pero fueron tales las burlas que recibió, que nunca volvería a vestir el uniforme completo excepto en ocasiones muy especiales.
Grant se unió a su regimiento cobrando por año de servicio unos 779 dólares. Su principal preocupación era lograr dar clases de matemáticas con la ayuda de su profesor Church, ya que era un trabajo más estable y seguro que el de militar. Se dedicó a visitar a la familia de su antiguo compañero de habitación, Fred Dent.
Siempre era muy bien recibido en su hacienda situada en White Heaven, a tan solo cinco millas de su zona de acuartelamiento. Con el tiempo, se ganó el favor de la hija mayor del matrimonio, Julia, quién sería su gran amor y futura esposa.
El 26 de Junio de 1845 se declaró la Guerra de EEUU contra México, debido a la posible unión de la República Texana (independizada de México) al sistema gubernamental de EEUU. Grant participó activamente en esta campaña, batallando a las órdenes del General Taylor, modelo de mando para Grant.
Durante la guerra, Grant demostró tener buenas dotes como organizador de los trenes de recursos y víveres, siendo esta tarea fundamental en la futura Guerra civil de EEUU. Finalmente un 2 de febrero, los mexicanos se rindieron a EEUU y perdieron grandes territorios que fueron a parar a la nación victoriosa. Las fuentes indican que Grant sentía gran apego por el país mexicano y por ello decidió permanecer en él tras la rendición mexicana.
Tras esta breve estancia en el país de los aztecas, Grant retornaría con su mujer Julia y su primer hijo Frederick Dent Grant. Sin embargo, el deber volvió a llamar al joven Grant y tuvo que marchar a California, separándose de su mujer e hijo que eran fundamentales en su vida. Fue tal el impacto que tuvo esto en la vida de Grant que empezó a beber más de la cuenta.
Aunque el alcohol era un buen recurso para matar el tiempo en la vida de todo oficial, en el caso de Grant se dio un abuso y por ello acabaría siendo obligado a renunciar a su posición en el ejército comenzando siete largos años de decadencia y miseria. Para mantener a su familia, Grant vendió todos sus tesoros familiares y se dedicó a trabajar de leñador, mensajero y tendero hasta acabar de dependiente en la tienda de su hermano, donde pudo obtener cierta estabilidad.
Con el estallido de la Guerra civil, un 12 de abril de 1861, la vida de Grant daría un vuelco al poder volver al ejército como unionista convencido. Comenzó poco a poco a formar a las milicias de su ciudad, voluntarios sin ninguna experiencia militar ni disciplina alguna. Grant supo entenderlos y los instruyó de tal modo que formó un grupo bien organizado y preparado para la guerra. La primera batalla donde Grant demostró su actitud militar fue en Shiloh, donde las tropas unionistas fueron llevadas al límite de la derrota al recibir una sorpresiva carga de las tropas confederadas. Sin embargo, Grant no renunció a batallar y lanzó un contraataque que acabaría con las tropas confederadas rendidas. Empezó a destacar como un oficial de respeto.
Tras varias batallas más, Grant dirigió su mirada a Vicksburg, principal bastión del frente oeste. Durante siete largos meses fue completamente derrotado por los confederados, que conocían mucho mejor el terreno donde luchaban. Sin embargo, Grant era perseverante y su ideal de “Inconditional surrender” o rendición incondicional siempre le guiaron en la Guerra.
Separó a sus tropas y las dispersó de tal modo que los confederados no pudieran saber por dónde iba a atacar, mientras Grant junto con su amigo y subordinado Sherman, cruzaba el Mississippi, comenzando una serie de exitosas batallas que llevaron al ejército unionista a sitiar la ciudad de Vicksburg, al mando del general confederado Pemberton.
Grant ansiaba la rendición completa de la ciudad y no midió las consecuencias de un asalto frontal. En este primer ataque, perdería 3.000 hombres frente a 500 confederados. El siguiente paso de Grant fue cavar trincheras y preparar una serie de asaltos contra Vicksburg mientras se aislaba a la ciudad de suministros.
Pemberton mantendría la ciudad hasta que sus propios soldados le rogaron, por agotamiento de reservas, que rindiera la misma. Pemberton decidió hacer caso a sus hombres y envió al general Bowen a reunirse con Grant con una serie de términos que fueron rechazados por este último, que solo buscaba la rendición total. Finalmente, se permitió a los confederados retirarse con ciertos honores y la bandera unionista ondeó sobre Vicksburg un 4 de Julio de 1863.
Grant recibió cumplidos del propio presidente Lincoln, con el que pronto trabaría buena amistad. Se mostró como el general perfecto para dirigir a todo el ejército unionista. Otras campañas a destacar de Grant son la defensa de Chattanooga y su campaña contra Robert E. Lee, principal general del ejército Confederado y una leyenda dentro del mundo militar estadounidense. Las tácticas de Grant se basaban en dos puntos básicos: ataques frontales aprovechando la superioridad numérica sobre los confederados, donde llegaba a perder miles de hombres frente a unos pocos cientos.
Sin embargo, era tal su superioridad numérica, que los confederados adolecían más esos cientos de hombres muertos. El segundo punto era el agotamiento del enemigo al no dejar que se pudiera reabastecer, de tal modo que la asfixia era tal, que con el tiempo se rendían. Es por esto que a Grant se le suele denominar como un militar con tácticas de “Martillo pilón”, pues iba diezmando a su enemigo poco a poco y con consistencia.
Tras varios meses persiguiendo al ejército de Lee y tras haberlo diezmado duramente, ambos generales se reunieron en una casa situada en Appomatox. Su encuentro fue cordial, remarcando Grant que sintió una gran pena por la rendición de unos hombres que habían luchado con tanta valentía.
Tanto Lee como Grant mostraron gran respeto uno por el otro y más cuando Grant favoreció a los confederados con unas condiciones de rendición bastante comprensivas. Lee abandonó la casa, con todos los oficiales unionistas saludándolo con respeto.
Grant se reuniría al día siguiente con él para charlar como si de dos viejos amigos se tratara. De este modo, y con la futura rendición del otro gran ejército confederado del general Johnson a manos de Sherman, la Guerra Civil americana terminó un 9 de abril de 1865.
Tras el asesinato de Lincoln, descrito por el propio Grant como “uno de los días más oscuros de mi vida”, subió al poder el presidente Johnson. Un sureño favorable a la causa unionista, pero que se mostró muy laxo con el derrotado sur y por lo tanto se granjeó el odio de todos los republicanos radicales que tan duro habían peleado por la igualdad entre hombres de color y blancos.
Por ello, en las siguientes elecciones escogieron presentar al heroico Grant como candidato a la presidencia, quien ganó sin problemas, ya que todo el pueblo americano adoraba al héroe de la Guerra Civil. La presidencia de Grant siempre ha estado marcada por su excesiva adicción al alcohol y a los grandes casos de corrupción que se dieron dentro de su gobierno, aunque nunca le implicaran a él personalmente.
Se acusó a Grant de haber favorecido estos escándalos y de haber sacado beneficio de ellos, aunque el presidente hubiera perdido casi toda su fortuna por culpa de los mismos. Para empezar, en el año 69 dos especuladores, Jay Gould y James Fisk Jr., ambos cercanos al cuñado de Grant, provocaron el denominado Viernes Negro de 1869. Estos hombres se aprovecharon de los billetes emitidos durante la Guerra (que no poseían un valor en oro real) para jugar con el precio del oro. Convencieron a Grant de que comprara oro en vez de venderlo, provocando un aumento de los precios sin igual.
Grant intentó solucionar este problema pero ya era tarde y la crisis estaba provocada. Jones destaca la importancia de estos billetes “falsos” durante la presidencia de Grant.
La reputación de Grant quedó muy dañada y, aunque fue reelegido en 1872, el resto de su mandato vendría marcado por varios tipos de escándalos monetarios. No supo actuar en la Gran depresión de 1873; tampoco pudo prever que muchos de sus hombres fuertes usaran su posición e influencias en su favor.
Casos sonados son el de Crédit Mobilier, donde la construcción de un ferrocarril costó el doble, de modo que los empresarios se llevaron gran beneficio. Cargos como el secretario del tesoro, el secretario de guerra e incluso el secretario de interior se vieron implicados en escándalos del Whisky, sobornos para obtener subvenciones e incluso privilegios concedidos al comercio a cambio de dinero (caso del comercio con las reservas de Indias).
Sin embargo, no se debe olvidar que durante su mandato se mantuvo la paz entre EEUU y otras potencias rivales como la Francia de Napoleón III, se intentaron establecer unos derechos civiles básicos y se aprobó la decimocuarta Enmienda que igualaba a todos los ciudadanos estadounidenses sin importar su raza o religión.
Grant nunca obtuvo beneficio alguno de las corrupciones de su gobierno y una vez abandonó la Casa Blanca en 1877, solo pudo mantener a su familia por medio de la redacción de sus memorias, las mejores escritas por un comandante según muchos críticos. Grant viajaría por todo el mundo y acabaría muriendo un 23 de julio de 1885 a los 73 años de vida.
Fuentes:
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-CHERNOW R., Grant (New York, Penguin, 2017).
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