La palabra monstruo tiene su origen en la lengua latina, monstrum, que deriva del verbo monere y cuyo significado es advertir. En este sentido, un monstruo era un aviso o advertencia que los dioses enviaban. Generalmente, se trataba de algún portento de la naturaleza y, especialmente, se relacionaba con el  nacimiento de un ser deforme, ya fuera en la presencia de un niño o animal.

Estos sucesos solían anticiparse a un acontecimiento terrible; terremotos, inundaciones, plagas, etc. Estas supersticiones surgidas en el mundo griego y romano se mantuvieron durante la Edad Media y hasta bien entrada la Edad Moderna. De hecho, existen dos monstruos que adquirieron gran repercusión en Europa a finales del siglo XVI. De un lado, el aparecido en Holanda en 1566 y de otro, el que nació en Lombardía en 1578,  a través de la figura de un niño que tenía siete cabezas, siete brazos, dos piernas de buey y un solo ojo en medio de la cabeza.

El tercer monstruo con más trascendencia de la época fue el que nació en un pueblo de la comarca de Guadix, concretamente en Ferreira (Granada). Los pormenores de la historia de este ser deforme aparecen recogidos en un romance compuesto por cuatro partes y titulado “Retrato de un monstruo, que se engendró en un cuerpo de un hombre, que se dize Hernando de la Haba, vezino del lugar de Fereyra, Marquesado del Cenete, de unos hechizos que le dieron. Parteole Francisca de León, comadre de parir, en veynte y uno de Junio, de 1606 por la parte tras ordinaria”, escrito por Pedro Manchego.

Fue publicado en Barcelona en el año 1606 y tuvo diferentes reimpresiones, en Rouen ese mismo año, en Madrid y en París en 1622. Uno de estos ejemplares se conserva actualmente en la Biblioteca General de la Universidad de Granada.

Recoge la historia de una hechicera que engendró un monstruo en el cuerpo de un hombre natural de Ferreira, llamado Hernando de la Haba. Este dio a luz por vía anal a un ser con  pierna y pantorrilla de hombre,  con un pie que albergaba cuatro uñas largas,  medio cuerpo de ganso,  de puerco espino la espalda, de galápago la cola, pescuezo y orejas de caballo con grandes ojos de buey.

El hecho fue descubierto por un mercader llamado Bartolomé de Mestança que había ido a cobrar unas deudas que tenía pendientes con algunos vecinos de la Alpujarra y fue testigo del asombroso nacimiento. Según relata el romance, aunque el monstruo fue alimentado nada más nacer, falleció a las pocas horas.

Esta maldición tiene su origen en la venganza de una primera novia de Hernando, que celosa tras el casamiento de este con otra, contrató a una hechicera para que le diese un  brebaje que le provocaría la gestación de la horrible criatura.  Tras confesar lo sucedido a la Inquisición, la hechicera fue quemada en Granada y la antigua novia fue desterrada.

En la época en la que se sucedieron tales hechos, solían dedicarse romances que recogían este tipo de acontecimientos extraños, que normalmente, partían de un hecho real sobre el cual se construía un  relato ilusorio.

El contexto histórico del relato es de gran interés para su comprensión, ya que tiene lugar al tiempo que se produce la expulsión de los moriscos. El romance asocia hábilmente la hechicería y lo monstruoso a la cultura morisca, convirtiéndose esta en un elemento de repulsión por parte de la comunidad de cristianos viejos, que sentía en los moriscos el origen de parte de sus males.

BIBLIOGRAFÍA.

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CARO BAROJA, JULIO, Ensayo sobre la literatura de cordel, Madrid, 1990.

GONZÁLEZ ALCANTUD, JOSÉ ANTONIO: « Monstruos, imaginación  e historia. A propósito de un romance». Gaceta de antropología, 8 (1991), pp. 1-14.

KAPPLER, CLAUDE: Monstruos, demonios y maravillas a fines de la Edad Media. Madrid, 1986.

MANCHEGO PEDRO: Retrato de un monstruo, que se engendro en vn cuerpo de vn hombre, que se dize Hernando de la Haba, vecino del lugar de Fereyra, Marquesado de Cenete, de vnos hechizos que le dieron: parteole Francisca de Leô, comadre de parir, en veynte y vno de Iunio, de 1606 por la parte tras ordinaria, compuestas por Pedro Manchego, vezino de Granada.