Gavrilo Princip nació en 1894 en Obljaj, actual Bosnia Herzegovina, en el seno de una familia muy humilde. Su padre era funcionario del imperio austrohúngaro, cartero, y de su sueldo vivían Gavrilo, sus ocho hermanos y sus padres. Pese a la vinculación entre su padre y las autoridades imperiales, el joven pronto se inclinó del bando nacionalista paneslavo.
Debido a su radicalismo antiaustriaco, Gavrilo fue expulsado de su ciudad natal. Hubo de marcharse a Belgrado para proseguir con sus estudios. Allí entró en contacto con una oscura sociedad secreta que llevaba una década operando, La mano negra. Su ideología, paneslava, incluía entre sus objetivos lograr la integración de Bosnia en una Gran Serbia.
Es ahí donde entra Gavrilo Princip, entusiasta con la idea de un gran estado eslavo al sur del Imperio austrohúngaro. Por ello se integra en la división regional bosnia de la organización.
Guerra balcánica
En 1912 estalló una virulenta contienda entre el Imperio Otomano y una coalición formada por Grecia, Serbia, Montenegro y Bulgaria. La guerra fue ganada por la Liga Balcánica, pero pronto surgieron rivalidades entre ellos. Serbia recelaba del poderío búlgaro tras sus ganancias territoriales. Por ello, nuevamente surgieron las hostilidades entre serbios y búlgaros.
Gavrilo Princip quiso alistarse en el ejército serbio, pero fue rechazado por sus problemas de salud y su poca talla. Pese a ello celebró la victoria de su país de acogida, que logró casi todo el norte de Macedonia. El joven quería pasar a la acción y tomar parte en la lucha de la organización contra el Imperio austrohúngaro. Para su decepción se encontró con el rechazo de La mano negra, que le desaconsejó participar en atentados.
Gavrilo Princip no quería ser un simple simpatizante del grupo Gavrilo Princip se mostró desairado con el grupo y no aceptó la negativa de la sociedad secreta. Se movió por todo Belgrado, insistiendo a los líderes que quería ser un militante activo. Por aquel entonces se dio a conocer una noticia. El archiduque Francisco Fernando, heredero al trono austrohúngaro, iría en visita oficial con su esposa a Sarajevo. Austria había quitado cualquier autonomía a Bosnia en 1908, por lo que era un viaje peligroso para la real pareja. El grupo ya había escogido víctima.
Para llevar a cabo sus sangrientos propósitos, La mano negra reclutó tres asesinos en Belgrado y tres en Sarajevo. Entre los escogidos en la capital serbia se encontraba Princip, cuyas gestiones para ser tenido en cuenta habían resultado. Uno de los líderes de la organización, el mayor Bojislav Tankosic, les proporcionó las armas. Entre ellas seis granadas, cuatro pistolas automáticas, munición y una cápsula de cianuro para suicidarse. Los tres tomaron falsas identidades para entrar en Bosnia.
El plan
El 27 se distribuyó a los terroristas las armas con las que llevarían a cabo el ataque. Los seis se colocarían en distintos puntos por los que pasaría la comitiva. El 28 de junio actuaron. Desde el comienzo hubo errores en la seguridad del archiduque. Por error, tres agentes de la policía local se montaron en el coche con el jefe de escolta del heredero. Atrás quedaron los oficiales del servicio secreto, entrenados para defender a Francisco Fernando.
Los dos primeros terroristas, Mehmedbasic y Cubrilovic, no consiguieron actuar. El siguiente, Cabrinovic, sí pudo lanzar su bomba, pero esta rebotó contra la capota del coche. El resultado: el artefacto explosionó bajo el siguiente coche de la comitiva y produjo 20 heridos.
Puestos sobre aviso, la comitiva imperial se trasladó a toda velocidad hasta el ayuntamiento. Allí, Francisco Fernando dio un discurso agradeciendo al pueblo de Sarajevo “su alegría con el fracaso del intento de asesinato”. Conmovido, el archiduque quiso ir a visitar a los heridos. El gobernador de Bosnia, Oskar Potiorek, decidió que el vehículo evitase la zona central. Sin embargo, ahí se produjo el gran error que provocaría la I Guerra Mundial. Al político se le olvidó avisar al conductor de la pareja real que viajase por los embarcaderos evitando el centro.
Infografía de Benjamín Núñez González
La casualidad quiso que Princip, decepcionado por el fracaso, viese el coche cruzando un puente. El bosnio atajó camino y logró adelantar al vehículo, cuyo motor se paró. Aprovechando eso, el joven desenfundó su pistola y disparó dos tiros. El primero alcanzó al archiduque en la yugular, el segundo a la condesa en el abdomen. Los dos murieron poco después.
“Mi cuerpo en llamas será una antorcha que guíe a mi pueblo por el camino de la libertad"
Gavrilo Princip tras ser arrestado
Mientras la pareja agonizaba, el terrorista se intentó suicidar, pero el mal estado de la cápsula lo impidió. La multitud quiso lincharle, pero la policía logró detenerle y protegerle. Fue juzgado en Viena, pero como aún no tenía 20 años no pudo imponérsele la pena capital. Fue condenado a 20 años de prisión en Terezin, República Checa. Sin embargo, su maltrecha salud no pudo soportar los rigores de la cárcel. Murió de tuberculosis un 28 de abril de 1918, apenas siete meses antes de que acabara la I Guerra Mundial.