“Cada vez que abrazo al zar y a la Madre, y a las muchachas y al hijo primogénito del zar, mi espalda es recorrida por un escalofrío de terror. Es como si entre los brazos estrechara a cadáveres. Y entonces, ruego por esta gente, porque siento que en ésta, nuestra Rusia, es la que tiene más necesidad. Y ruego por toda la familia Romanov, porque sobre ella está calando la sombra de un largo eclipse”.
Con estas escalofriantes palabras, Grigori Rasputín se refería al cruel destino que le esperaba a la dinastía reinante en la Rusia Imperial. Sus proféticos párrafos se harían realidad años después con el estallido de la Revolución Rusa en 1917. Son solo una prueba de la extraña y curiosa habilidad de este personaje sobre el que han circulado numerosas leyendas acerca de sus “malignos” poderes.
Unos inicios oscuros
Y es que este famoso místico ruso nacido el 22 de enero de 1869 en el pequeño pueblo de Pokróvskoye, ya mostró desde su infancia un extraño comportamiento que se acrecentaría con el devenir de los años. Poco sociable e introvertido, comenzó desde muy temprana edad a robar y beber, lo que provocó que en su aldea se le marginase y diese la espalda. Quizás fue este uno de los motivos que le impulsó a marcharse de su pueblo con apenas 18 años y recalar durante algún tiempo en el monasterio Verjoturye, donde se dedicó a meditar y practicar vida ascética.
Sería durante esta estancia en el monasterio donde experimentaría una visión de la Virgen María que lo haría darse cuenta de su propia naturaleza mística. De esta manera comenzaría un largo periodo confuso y espiritual en el que Rasputín se uniría a la secta de los khlysty, cuyo significado quiere decir “flagelantes o azotados”. Este grupo considerado hereje por la Iglesia ortodoxa rusa, creen que para llegar a Dios se necesita una fe basada en el dolor y el pecado. Por ello celebran ceremonias en las que se fustigan con ramas o telas entorchadas para después tener un largo encuentro sexual con frenéticas orgias.
Pero Rasputín se debió cansar de estos encuentros en la secta y decidió emprender en los años sucesivos una vida de peregrinación en la cual recorrería grandes distancias de la vasta tierra de Siberia, conociendo a gentes de todo tipo, sobre todo campesinos. Pero sin duda lo más importante de estos años de peregrinación fue la misteriosa búsqueda de todo aquello relacionado con espiritismo, magia, teosofía y antiguas religiones. Sus perquirías fueron de gran magnitud al igual que los conocimientos que adquirió en esta época. Ya comenzaba a forjarse una nueva personalidad en torno a Rasputín. No era el místico licencioso de antaño. Ahora se le empezaba a apreciar como un personaje con extraños “poderes”, capaz de adivinar el futuro y de curar enfermedades.
El misterio como bandera
Tras un largo paso por tierras alejadas de su Rusia natal, Rasputín decide volver a su patria en el año 1903, alternando estancias en su aldea con la capital de la época, San Petersburgo. Será en esta ciudad cuando su fama empieza a adquirir un gran calibre. Seguramente esto no se debía tanto a sus ya citados “poderes” de los que hacía alarde, sino a su espectacular don de gentes. Se dice de él que era capaz de hipnotizar con la mirada, unos ojos penetrantes y seguros hacían de Rasputín un personaje extraño capaz de convencer con su sola presencia. Del mismo modo sus palabras y frases siempre ocultaban algo más de lo convencional, embaucando más si cabe a las personas que tenía delante.
Se le atribuían innegables poderes de adivinación y curaciónEstas innegables cualidades personales se acrecentaban aún más cuando estaba en presencia de mujeres que según dicen no podían resistir los encantos de ese extraño personaje de gran porte y penetrante mirada. Así Rasputín pronto será conocido por sus múltiples aventuras con mujeres de todo tipo. Su insaciable afición al sexo será siempre por todos conocida, trayéndole posteriormente problemas graves al ser asociado en una relación con la zarina de la época, Alejandra Fiódorovna.
El terrible secreto de la dinastía Romanov
Será justamente su relación con los zares de la dinastía Romanov que gobernaban Rusia, cuando su poder y sobre todo papel en la historia cobren sentido. Para comprender la dependencia que llegó a tener la familia real rusa hacia este personaje hay que explicar el terrible secreto que escondían en el seno familiar. Una circunstancia de la que Rasputín se aprovecharía para convertirse en uno de los personajes más importantes de la época en Rusia.
La dinastía Romanov llevaba ostentando el poder en Rusia desde el año 1613. En la época que estamos tratando se encontraba en el trono Nicolás II, quien casado con la emperatriz Alejandra Fiódorovna intentaba hacer frente a los difíciles tiempos que se avecinaban. El problema de la familia se encontraba en la sucesión y por tanto supervivencia de la longeva dinastía. Bendecidos con cinco hijos, solo uno de ellos podía aspirar al trono al ser varón. Sin embargo, Alexéi Nikoláyevich sufría desde nacimiento una terrible enfermedad que hacía temer constantemente por su vida y por tanto complicaba la continuidad de la dinastía.
La hemofilia, una enfermedad que provoca un grave desorden en la sangre dándose terribles casos de hemorragias internas, era un trastorno difícilmente curable para la época. De esta forma, el débil niño y heredero al trono ruso no podía hacer vida normal, ya que cualquier mínimo golpe o caída podía ser fatal para él. Sus padres desesperados por la salud de su hijo y las evidentes consecuencias que esta traía a la dinastía, intentaban ocultar del mejor modo posible su oscuro secreto.
La enfermedad del heredero ruso fue la entrada de Rasputín en el círculo privado de la CorteEs en estas circunstancias cuando entra en escena la figura de Rasputín, el cual se pone en contacto con la familia real gracias a los consejos de Anna Výrubova, amiga y dama de honor de la zarina. En un primer encuentro con el matrimonio real, estos se encandilan desde el primer momento con la personalidad de Rasputín. Comentan que sería muy interesante forjar una relación más intensa con él. De esta manera, deciden invitarlo al Palacio Real de San Petersburgo. Será aquí donde Rasputín se entere de que el joven heredero al trono sufre de una terrible enfermedad, insistiendo a los zares que se lo presenten ya que él puede curarlo.
Poder en la corte
A día de hoy todavía es un misterio el cómo Rasputín consiguió desde el primer encuentro con Alexéi, curarle los terribles dolores. Hay quienes incluso hablan del poder hipnótico de sus ojos, aunque todas las disparatas explicaciones no hacen más que acrecentar la leyenda del personaje. La zarina se quedó totalmente prendada de esta habilidad, considerando a Rasputín un santo, algo que intentó justificar y demostrar toda su vida. El místico tenía ya a la familia real en sus manos, ya que a lo largo de los siguientes años serían sus “milagrosas” curaciones las que permitiesen seguir al joven vástago con vida. Curiosamente no sería la enfermedad la que acabaría con Alexéi, sino el estallido de la Revolución Rusa que tantas veces había predicho Rasputín.
Tradicionalmente se ha dicho que es a partir de entonces cuando Rasputín comienza a tener un verdadero poder de decisión acerca de todos los asuntos que conciernen a la monarquía rusa. Es decir, se ha pensado en Rasputín como un personaje que teniendo atrapados a los zares ha conseguido guiar al país bajo su voluntad. Sin embargo, esta hipótesis ha sido superada en los últimos tiempos. Al parecer el papel del místico era el de mero médico personal de Alexéi. Su verdadero poder radicaba una vez más en su extraordinaria habilidad para embaucar a la gente, haciéndose muy popular incluso entre las clases altas de la sociedad.
Su vida licenciosa se tornó cada vez más acentuada. Desde su apartamento de San Petersburgo recibía un sinfín de visitas femeninas que disfrutan de su consabida habilidad sexual. Alcohol, fiestas y prostitutas estaban en el menú habitual de un Rasputín que no tenía que justificarse ante los zares al ser el único que podía salvar de la muerte a su hijo.
Su vida fue de lo más licenciosa. Alcohol, fiestas y prostitutas estaban en el menú habitualEn una época cada vez más convulsa, como antesala a la Primera Guerra Mundial, la sociedad pronto empezó a desconfiar de este extraño personaje que a pesar de su vida de excesos no era castigado por los zares. Las especulaciones comenzaron sin saber que ello se debía a la delicada salud de Alexéi. Caricaturas, comentarios obscenos y miles de historias circulan en torno a la figura de Rasputín. Se decía que poseía extraños poderes, que era la mismísima encarnación del diablo. Se le empezó a conocer con el famoso sobrenombre de “monje loco”. Incluso se aludió a que no solo tenía atrapados con su magia negra a los zares, sino que la propia zarina era su amante y por ello le permitía todo lo que quisiese.
El “Diablo Santo”
Es seguramente en este contexto cuando se creó la imagen más extendida y sombría de un Rasputín, que a pesar de no llevar una vida nada “santa”, no tenía tanta importancia en el devenir del régimen como se le estaba atribuyendo. Los zares vivían la situación con extrema preocupación. Sin poder decir la verdadera razón de su amistad con el “monje loco”, trataban de defender su relación del mejor modo posible. La zarina incluso mandó unos pasajes hagiográficos a una amiga suya, en la que se señalaban aspectos nada correctos en la vida de los mismos, para señalar así que incluso los santos son humanos. Sería de esta forma cuando Rasputín añadiría un sobrenombre más a su extensa colección, el del “Diablo Santo”.
Con el comienzo de la Primera Guerra Mundial el 28 de julio de 1914, la vida de Rasputín cobraría un nuevo significado, expresado en su máximo poder dentro de la corte rusa. Él siempre se había mantenido contrario a la entrada de Rusia en la guerra, lanzando profecías de destrucción y muerte no solo para la nación, sino también para la dinastía. Debido a esta actitud se granjeó aún más enemigos, que lo acusaban incluso de ser un espía alemán.
Cumpliéndose los terribles designios negativos de Rasputín, Rusia comenzó a perder un ingente número de hombres en batalla, trasladándose de esta forma Nicolás II al frente de la batalla, y dejando en San Petersburgo a su mujer, que se encargaría de llevar las riendas del gobierno en ausencia de su marido. Esta sin embargo sí que se encontraba totalmente dominada por un Rasputín que en este momento empieza a influir en importantes decisiones de Estado. Su mayor obsesión era la salida de Rusia de una guerra que ciertamente le estaba costando muy cara.
Sus constantes negativas profecías sobre el devenir de la dinastía Romanov resultaron ser ciertasSeguramente esta fuera una de las razones de mayor peso que dieron lugar a uno de los episodios más famosos, pero a la vez ciertamente desconocido y envuelto en un halo de misterio y polémica: su asesinato. Este tiene lugar entre la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916. Tradicionalmente siempre se ha dicho que fue perpetrado por un grupo de conspiradores de estirpe noble entre los que destaca sin duda el príncipe Félix Yusúpov. Además de este se encontraban seguro en el momento de su muerte, el Gran Duque Demetrio Románov y el político Vladímir Purishkévich.
El rompecabezas de su muerte
Las razones que se han aludido para el homicidio tienen relación con el enorme poder que tenía por aquel entonces Rasputín sobre los asuntos de Rusia. La historia más extendida es que el “monje loco” se dejó convencer por Yusúpov para asistir a una fiesta en su casa, en donde primero se le intentó envenenar con dulces y vino, y luego al ver que el cianuro no le hacía efecto, se le disparó repetidamente (con persecución incluida) para luego arrojarle al gélido río Neva, donde al parecer acabó ahogado.
Esta versión cuenta con el respaldo oficial que se dio en la autopsia realizada días después al encontrar su cuerpo, y con la de los mismos conspiradores que años más tarde escribirían las memorias de su asesinato. Sin embargo, esta interpretación deja muchos interrogantes y cabos sueltos. Por ejemplo sabemos gracias a una carta de Marie Rasputín, hija del fallecido, al periódico El Tiempo de Colombia de 1929, que su padre nunca comía dulces, contradiciendo por tanto este punto de la versión de los conspiradores. Algunos aspectos más son contradichos, aunque en general ambas historias concuerdan bastante.
La historia que para nada coincide con la anteriormente vista, es la que señalaron hace apenas unos años un grupo de investigadores británicos, que se decidieron a publicar en 2004 un interesante documental para la cadena BBC. Reportaje que también sería reproducido por el programa “Expediente Misterio” de National Geographic. Según estas averiguaciones la muerte de Rasputín dista mucho de lo que tradicionalmente se ha contado.
Ahora se piensa que el Servicio de Inteligencia Británico tuvo algo que ver en su muerteEn primer lugar se asegura que la muerte del mismo a pesar de tener relación con el poder que este ejercía sobre el gobierno ruso, estaba más ligada a su constante interés de sacar a Rusia de la guerra. Algo que evidentemente no convenía a los británicos que veían como la lucha contra Alemania se tornaría complicadísima. De esta manera, las investigaciones aseguran que en el asesinato tuvo un papel muy destacado, casi fundamental, el Servicio Secreto Británico, que veía en Rasputín un potente enemigo para el devenir del conflicto bélico.
De esta manera, a través de cartas encontradas y de un minucioso análisis de la autopsia se ha concluido que en el homicidio del “monje loco” estaban presentes otros personajes importantes como los agentes británicos Oswald Rayner y John Scale, a los que además la investigación atribuye que fueron ellos los que asestaron el golpe mortal a Rasputín con un disparo en la cabeza, algo que dista de la argumentación oficial en la que se dice que murió por ahogamiento.
Carácter legendario
Ciertamente la muerte de Rasputín ha estado invadida siempre de un gran carácter misterioso y legendario. Es famoso incluso el “mito” por así llamarlo, de que tras su muerte le fue cortado su miembro viril. Las razones para ello son múltiples y disparatadas. Se habla desde que los asesinos pensaban que allí residía su oscuro poder, hasta que fue una campesina que atraída por el enorme tamaño del mismo se decidió aprovechar para guardarlo como reliquia. Sea como fuese, el famoso pene de Rasputín ha ido apareciendo en múltiples lugares a lo largo del pasado siglo, hasta recalar finalmente como objeto estrella en el Museo Erótico de San Petersburgo, donde su comprador Igor Kniazkin asegura que es auténtico, ya que pagó por él 8.000 dolores a un anticuario francés que lo tenía en su poder.
Sin embargo, el ya popular y visitado miembro de 28,5 cm, parece un símbolo más de la gran exageración y mitificación que existe en torno a la figura de Rasputín. Nadie puede negar su importancia, ni siquiera ese halo de misterio que le acompañó a lo largo de toda su vida, incluso después de su muerte. Seguramente fue su compleja personalidad lo que la he llevado a convertirse en legendario, en un personaje recurrente desde el punto de vista histórico. De esta manera “el monje loco”, el “Diablo Santo” o como se le prefiera llamar estará en el imaginario colectivo de todos aquellos que busquen una buena historia, al fin y al cabo su vida fue sin duda de leyenda.
Fotos
1:http://www.taringa.net/posts/offtopic/11625627/Rasputin_-el-monje-loco_.html
2:http://dinastiashistoricas.blogspot.it/2011/06/rasputin-y-los-romanov-5-parte.html
3:http://rayosc.blogspot.it/2010/08/rasputin-el-gran-enigma.html
4:http://dinastiashistoricas.blogspot.it/2011/06/rasputin-y-los-romanov-3-parte.htm
5:http://curiosidadesyporque.blogspot.it/2011/01/la-muerte-de-rasputin.html
6:http://arquehistoria.com/la-fabulosa-leyenda-del-pene-de-rasputin-3177
Fuentes:
1. Documental "Expediente Misterio: Rasputín"
2. Documental Rasputín del Canal Biography
4. http://www.telegraph.co.uk/
5. Wikipedia