La sombra del ciprés es alargada marcó el inicio de una trayectoria literaria brillante. Miguel Delibes se fraguó un lugar en el corazón de los lectores, convirtiéndose en uno de los escritores españoles más apreciados. Su sencillez, su honestidad y su singular forma de ser y estar hacen que, aún hoy, recordar al escritor vallisoletano cause una emoción especial.
La sombra del ciprés es alargada, a pesar de que Delibes no la considerase su mejor obra, es una novela con un encanto singular. La mera narración de las vivencias de un joven huérfano es aprovechada para mostrar con precisión la complejidad del ser humano, sus contradicciones y sus encantos.
Pedro, el protagonista de esta historia, es una de esas personas que perciben la realidad de un modo profundo. Su gran sensibilidad y el pesimismo inculcado por su maestro, el Señor Lesmes, le llevan a construir una coraza bajo la que resguardarse de todo aquello que pueda conllevar sufrimiento, temeroso de no ser capaz de sobreponerse a las duras pruebas de la vida y el apego. Ante la idea de vincularse con algo o alguien, decide tomar el camino opuesto y adoptar una postura de aparente indiferencia, un ensimismamiento que le causará inesperados descontentos.
Su vida en Ávila, el clima de esta ciudad, las personas con las que se relaciona y los acontecimientos allí vividos, marcarán su personalidad. Su amigo Alfredo es crucial en esta etapa en la que el amor, en forma de amistad, y la muerte, serán fuente de alegrías y sufrimientos. Así mismo, Fany, una simpática perrita, es para Pedro la primera prueba de que la vida conlleva estar listo para desasirse en cualquier momento de aquello que se tiene o se aprecia. Su presencia y compañía le muestran un lado amable de la vida, y se convertirá en un ejemplo de resiliencia para él.
A lo largo de su vida, Pedro se encuentra con personas que le intentan sacar de ese camino triste, vacío y seco que es una existencia evitando vínculos afectivos, huyendo del amor por miedo a no saber recomponerse ante un final trágico. Sin embargo, acaba descubriendo lo infundado de este miedo y su gran fortaleza interior. Conocer a Jane le revela que el amor es el propósito del ser humano, y le hace ceder y desprenderse de sus firmes ideas. Además, su fe en Dios se perfila en toda la obra como un pilar fundamental, que le sostiene y le permite mantener la cordura ante el sufrimiento.
A pesar de que la sombra de Pedro, como la del ciprés, es alargada, él admira y elogia a las personas acogedoras, alegres y de agradable compañía, con sombras redondeadas que cubren ampliamente y suavizan el calor o las dificultades de la vida. Al final, la esperanza se deja ver en la sonrisa de su ciudad.
