En un mundo totalmente ligado a la comunicación instantánea la influencia en redes se traduce en un poder y control social casi absoluto. El COVID-19 ha supuesto una ola de movimientos solidarios y una cita de aplausos diaria. Grandes firmas de lujo han puesto su granito de arena; Gucci, Chanel y Armani son algunas de las marcas que se han sumado a esta lucha.
Chanel ha convertido sus talleres en auténticas fábricas de material sanitario. Miles de mascarillas y trajes de protección ya están a disposición de los que se encuentran en primera línea de batalla. Armani y Ralhp Lauren, dos marcas de lujo, han hecho donaciones millonarias destinadas a sanidad.
Las redes sociales se han unido al campo de batalla. Al movimiento “yo me quedo en casa” se suman acciones de difusión de recomendaciones sanitarias y recaudación de fondos destinados a la investigación. El apoyo de cuentas con gran peso se ha vuelto una necesidad. Vivimos en una sociedad totalmente informatizada, la inmediatez en la difusión de mensajes sanitarios ante una situación de alarma es necesaria para hacer llegar información a un gran número de personas en un tiempo muy reducido, información que esconde el poder de salvar vidas. Gucci no ha dudado en colaborar y ha cedido sus redes sociales a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las cuentas de Facebook, Twitter e Instagram de la firma italiana cumplen ahora una función informativa centrada en la lucha contra el COVID-19. En Instagram la firma cuenta con más de cuarenta millones de seguidores. El alcance de sus publicaciones se traduce en un inteligente modo de emplear su influencia para difundir mensajes sanitarios, consejos básicos de higiene y protección e incluso algunos tips para combatir el aislamiento de un modo saludable.
La marca se ha convertido en una de las firmas de lujo más solidarias hasta el momento, ha donado dos millones de euros para combatir la pandemia y ha frenado su producción para fabricar material sanitario. Por si fuera poco, Gucci también ha creado dos campañas para recaudar donaciones a través de Fondo de Respuesta al COVID-19 creado por la OMS. Persiguen el objetivo de alcanzar los diez millones de dólares y hasta la fecha se han recaudado un poco más de 5.5 millones. Ejemplo de que la solidaridad se ha propuesto frenar la pandemia.