¿Por qué es tan peligroso el ​fast fashion​?
Fotografía: Inditex

Este fenómeno ocurre desde los años 80', junto con los valores de lo novedoso y rápido y se ha seguido perpetuando hasta hoy día. A pesar de que esto es a lo que se está acostumbrado, el público en general no ha sido consciente de las consecuencias que esto puede provocar en el medioambiente, llegando datos tan perturbadores como que el sector de la moda es el cuarto más contaminante del mundo.
 
Todo comienza en las fábricas donde comienza el proceso de fabricación de las prendas. Estas son elaboradas alrededor de un 60% de materiales sintéticos, siendo incapaces de descomponerse un 85%. Según el World Resource Institute, para producir una camiseta de algodón se necesitan 2.700 litros de agua, y se emiten entre 2,1 y 2,5 kilos de CO2. Además, la mayoría de prendas utilizan poliéster, un material proveniente del plástico, resultando ser el más contaminante, emitiendo 706 millones de toneladas de CO2 en 2015. Todos estos gases de efecto invernadero hacen engrandecer el agujero de la capa de ozono.

Estas prácticas del ​fast fashion son alentadas por las grandes franquicias de moda como son Inditex, H&M o Primark, donde a través de publicidad y marketing incitan al público a consumir sus productos, y que sea cada vez más y con mayor frecuencia. Con ello, provocan en los consumidores un sentimiento de querer llevar lo mas nuevo para así poder encajar en su realidad actual. Todo esto entra dentro de la tendencia consumista y capitalista, que es la corriente en la que está sumergida la sociedad actual.
 
Aunque se desconocen, existen múltiples caminos que se pueden seguir para poder combatir esto. La más importante es dejar de consumir en estas cadenas de ​fast fashion; es cierto que es muy fácil decirlo pero más difícil ejecutarlo, pero se pueden buscar otras alternativas como son el consumir productos de mayor calidad y por ello pagar un porcentaje más alto. A la larga sale más rentable, ya que es mejor pagar 60€ por unos vaqueros y que estos vayan a durar durante 30 años, que pagar 20€ cada dos años por unos de fast fashion de dudosa calidad. Otra alternativa a considerar es la compra de ropa de segunda mano o ​vintage.

En los últimos tiempos, ha habido un auge de la moda ​vintage influenciada, principalmente por la estética de los años 80' y 90'. Estas prendas muchas veces son tendencia en la actualidad, puesto que es bien conocido que toda tendencia pasada vuelve en algún momento. A esto hay que sumarle que en estas tiendas se obtienen prendas únicas que nadie tendrá en su armario y con las que poder crear ​outfits de ensueño. Por último, también queda la customización, en donde a partir de prendas que haya en el armario, se pueden transformar y crear prendas totalmente distintas a las originales.

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