El libro que hoy nos ocupa es Un cadáver en la biblioteca, por lo que no nos alejamos de nuestra aura literaria. Ágatha Christie publica esta obra en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Es en este periodo cuando la escritora goza de su apogeo literario, con obras tales como Maldad bajo el sol, El caso de los anónimos, Cinco cerditos y Diez negritos. Esta última llega a ser la novela de misterio más vendida de la historia.
Un cadáver en la biblioteca comienza cuando una criada anuncia alarmada al matrimonio Bantry que junto a la chimenea de la biblioteca se halla el cuerpo sin vida de una joven. Arturo y Dorotea Bantry, que aseguran no conocer a la muchacha, dan el aviso a la policía y se inicia toda la trama.
El coronel Melchett, el superintendente Harper y el inspector Slack se ocupan de la investigación oficial. No obstante (y a petición de su amiga Mrs. Bantry), Juana Marple inicia en paralelo sus propias pesquisas. Miss Marple es una anciana dada a resolver crímenes a partir de sus propias conclusiones lógicas. Se sirve y se jacta en reiteradas ocasiones de conocer bien la naturaleza humana, y en base a ello resuelve todos los misterios que se le presentan.
La víctima
Josita Turner, alma del Hotel Majestic, reconoce el cadáver y aclara que se trata de su prima, Rubí Keene. Rubí era una muchacha de clase social baja y descrita como alguien vulgar y ordinario. Su prima Josita, que daba actuaciones de baile en el Majestic, se tuerce el tobillo y lleva al hotel a Rubí para que baile mientras ella se está recuperando.
El cadáver hallado en la biblioteca había sido narcotizado y posteriormente estrangulado. Descubrir cómo había podido llegar hasta la casa de los Bantry es una de las encrucijadas de la historia.
Los principales sospechosos
Desde los comienzos de la obra, los integrantes de la familia Jefferson (amigos de los Bantry) se convierten en sospechosos. Conway Jefferson es un anciano inválido que perdió a su mujer y a sus hijos en un accidente, por lo que vive con su nuera y su yerno, Adelaida Jefferson y Marcos Gaskell.
El señor Jefferson se había encaprichado de la joven Rubí, proyectando quizás en ella la hija que había perdido. Tanto es así, que decide cambiar su testamento y adoptarla, por lo que ella heredaría cincuenta mil libras. Esto convierte en sospechosos a Adelaida y Marcos, que tendrían un móvil por el que asesinar a Rubí.
Jorge Barlett es otro de los principales sospechosos. Es el último en ver con vida a Rubí. El joven bailó con ella y la invitó a dar una vuelta con el coche, pero ella se negó. Se baraja la posibilidad de que, en un ataque de celos por los otros mozos que la cortejaban sumado al rechazo, pudiera acabar con la vida de la joven.
Basilio Blake, un hombre con una vida de excesos dedicado al mundo del cine que frecuentaba el Majestic; la propia Josita Turner; Raimundo Starr, tenista profesional y la pareja de baile de Rubí; Hugo McLean, amante de Adelaida Jefferson… Esta serie de nombres se suman a la lista de los que pudieron darle fin a la vida de la novata bailarina.
Todo parece complicarse cuando, en una cantera abandonada cerca del Hotel Majestic, aparece un coche calcinado con el cadáver de otra joven dentro, Pamela Reeves. ¿Están ambos asesinatos relacionados? Y de ser así, ¿con qué fin los había cometido el o los asesinos? Y lo más desconcertante, ¿cómo había llegado a parar aquel cadáver a la biblioteca?