Taylor Swift ha sido nombrada Artista de la Década en los American Music Awards de 2019 y por ello queremos hacer un recorrido por su carrera fijándonos en sus cambios de estilo desde 2006, que fue cuando la entonces llamada Princesa del Country entonó sus primeros acordes hasta hoy, con siete álbumes a la espalda.
Para quien no lo sepa, cada disco de Taylor Swift es un mundo paralelo y auto conclusivo en sí mismo. Cada álbum es una era. Cuentan con una estética, un fragmento de la vida de la cantante en concreto, una narrativa y una puesta en escena definida, y ninguno es similar al anterior. Esto hace que la cantante durante dieciséis años haya cambiado su imagen ajustándose a esa estética de cada disco, completando la esencia de esa era.
Partiendo de esta base, comprenderemos mejor porque, por ejemplo, Lover teniendo música Country, no tiene nada que ver con Fearless, o porque Reputation no tiene nada que ver con 1989, aunque sean de un mismo género musical. Cada uno es un universo definido al que Taylor Swift nos lleva, y que para ir a otro, no podemos coger un atajo.
TAYLOR SWIFT (2006)
Es la época de Our Song, de las canciones de puro Country. Con apenas dieciséis años ya se hizo un hueco en la industria musical y se coronó a sí misma Princesa del Country.
Con esta edad el estilo no está aún definido y muchos menos cuando te toca ir de concierto en concierto y a galas de premios. Sin embargo, la cantante ya adquirió ciertos atributos que la perseguirían en muchos años de su carrera. Hablamos de la melena larga y ondulada, que se mantendrá hasta cuatro años intacta y los vestidos. Vestidos de todo tipo, pero cuanto más vaporoso y angelical mejor. Taylor era la niña buena que nos iba a enamorar con su voz y su guitarra.
Un aspecto a destacar de los vestidos, es que la cantante descubrió lo impactante que resultaba que en ciertas partes de sus actuaciones hiciese un cambio de vestuario. Al empezar podía llevar cualquier prenda, que a mitad de concierto ya se habría convertido en un vestido increíble.
Por último, debemos decir que su maquillaje era muy sencillo, sin contar con el sutil eyeliner que también la acompañará durante muchos años.
FEERLESS (2008)
Dos años después, Taylor cambió de era. Ya tenía un hueco formado en la industria y muchos premios bajo el brazo. Es la época de Feerless, de ese Romeo y Julieta viviendo su Love Story. Con 18 años, Taylor Swift mantuvo su imagen de niña del Country. Sin duda fue de sus épocas más rompedoras ya que sus sencillos y todo el trabajo que llevaban detrás empezó a ser valorado.
Su imagen en esta era es muy similar a la anterior, maquillaje sencillo, melena cada vez más larga y rizada y vestidos inmaculados y vaporosos.
SPEAK NOW (2010)
En esta era, la cantante empezó a cambiar poco a poco su imagen, pero manteniendo su esencia. Vemos como la cantante cambia su melena larga y rizada, por una melena que cambia de forma: lisa, ondulada, recogidos, y un flequillo que se ha convertido en su seña de identidad con el paso de los años.
Dejó atrás el maquillaje natural para acentuar su mirada con un smokey eye. Por el contrario, los vestidos siguen siendo una constante en su estilo, como podemos ver en la portada de su disco y en los diferentes videoclips. En los conciertos mantenemos los cambios de vestuario, mostrando un vestido más deslumbrante que el anterior.
Aunque el cambio hasta ahora sea leve, Taylor va a cambiar mucho a lo largo de esta década.
RED (2012)
Llegamos a una de las eras que per se, tiene una de las estéticas más completas. En los anteriores discos, Taylor mostraba su faceta más Country, en una línea temporal donde aparecen los primeros amores, las amistades duraderas, ese cambio del mundo cuando eres niño y te conviertes en adulto. Sin embargo, este disco está dedicado a una de las relaciones más duras de la cantante. Estéticamente, vemos una metamorfosis más notable en la artista. La estética de este disco es mucho más vintage y rockera, vemos como el Country desaparece por momentos dando lugar a connotaciones de Pop y Rock en muchos de los sencillos como en I knew you were a trouble, 22 o Stay Stay Stay.
22 y We Are Never Ever Getting Back Together son los singles que mejor reflejan esta estética vintage, mucho más adulta que en los tres primeros discos.
Dentro de esta era de corte vintage, el color predominante es el que le da nombre al disco. El rojo. Vemos muchos sombreros de ala ancha, gafas de sol todos los estilos, shorts de corte alto, camisetas estampadas, sobre todo de estampado marinero; faldas plisadas… Además los vestidos que encontramos en este momento, son de estilo ochentero. En los conciertos este estilo se sigue reflejando, todo en una gama cromática de rojo, negro y blanco.
Seguimos manteniendo el flequillo, las ondas, los recogido y el pelo liso, pero con un aire más desenfadado. Y por último, la joya de la corona, unos labios rojos mate, y un ojo rasgado por eyeliner. Sin duda, es lo más característico de la cantante y lo que a día de hoy sigue siendo una constante.
1989 (2014)
Por cuestiones artísticas, Taylor Swift abandona la música Country acogiendo un ritmo Pop con notas ochenteras. Es el comienzo de la etapa más dura de su carrera con ese Bad Blood, y la crítica constante por su trabajo. Sin embargo, ella lo enfrenta con buena cara en su Shake it off.
En este disco vemos como la vida personal de la cantante cambia muchísimo, y eso se refleja en su estilo. Es el comienzo del declive, pero ella decide cortar por lo sano, y su larga melena desaparece, dando lugar a un look mucho más fresco. El flequillo, el eyeliner y el labio rojo son lo único que se mantiene a flote en este álbum.
En cuanto al vestuario, el look ochentero vintage también es agua pasada, y damos paso a los crop tops, que tanto se llevaron en esa época, con shorts y faldas de tiro alto. Estos atuendos estaban acompañados de colores muy vivos y mucho brillo tanto en sus videoclips, como en sus actuaciones.
REPUTATION (2017)
El hundimiento de Taylor Swift. Para aquellos que no la sigan, Taylor siempre sacaba disco en los años pares, pero tras mucha polémica de los anteriores años, la cantante se vio obligada a mantenerse en las sombras en las que surgió su disco más oscuro, donde le planta cara a todos los que algún día la criticaron o le hicieron daño.
La chica dulce que nos enamoraba con la guitarra, estaba muerta. "I'm sorry, the old Taylor can't come to the phone right now" "Why?" "Oh, 'cause she's dead!". Esta frase de Look What You Made Me Do ha dado la vuelta al mundo pregonando a los cuatro vientos que la Taylor que todos conocían ya no está y que en su lugar encontramos una Taylor Swift “oscura”. Sin embargo, no todo el disco es un dictado de odio, pues hay canciones como Delicate, Ready For It o Getaway Car, que hablan de una relación, que podría ser, pero no en ese momento.
Centrándonos en su estilo, el color se ha esfumado, dando paso a un negro perenne. Ya no hay vestidos, ni brillo; sino sudaderas, corsés, trajes, medias de rejilla, transparencias... Y como complemento, cualquier joya que hiciese referencia a la serpiente.
El cabello, siguió siendo corto, pero con un aspecto mucho más despeinado. El maquillaje también se oscureció. Allí donde solía haber una labial rojo mate, ahora hay tonos burdeos confundibles con el negro.
Todo esto también se vio reflejado en sus giras, donde el color había desaparecido. Toda esta era plasma ese momento de soledad y rencor ahogado que estaba viviendo la cantante y que como vía de escape, utilizó su música.
LOVER (2019)
Y llega la catarsis. La serpiente se convierte en mariposa. En esta nueva era, la antigua Taylor ha renacido ¿o nunca estuvo muerta? Si Reputation era un disco llevado por el odio y la soledad; Lover es un disco llevado por amor en todas sus facetas. Es un disco en el que Taylor se explaya mucho en todo aquello que ella ama, ya que, you are what you love, como dice en Dayligth.
Encontramos canciones de amor de pareja, como ME! O Lover, que le da nombre al disco; amistad ( It´s Nice To Have A Friend), familia (Soon You´ll Get Better); pero también encontramos temas con una corriente más política, como: Miss Americana and the Heartbreak Prince o You Need To Calm Down.
Este cambio en cuanto al registro musical también se manifiesta en su vestuario. Donde antes primaba el color negro, ahora presenciamos un arcoíris lleno de colores vivos, tonos pastel, vestidos vaporosos y bodies llenos de brillo. Todo muy dreamy, ya que este disco es la llave al mundo maravilloso y de fantasía de la artista. El peinado sigue siendo el mismo, un look desenfadado de ondas surferas algo despeinadas y con algunas mechas de color. En cuanto al make up, la cantante ha hecho una regresión y ha vuelto al ojo rasgado gracias al eyeliner y unos labios rojos mostrando que la Taylor que nosotros tanto queremos, ha vuelto para quedarse.
Y hasta aquí nuestro artista de hoy. Gracias a Taylor por ser tan maravillosa y habernos brindado dieciséis años llenos de músicas y conjuntos deslumbrantes. Gracias por una década inmejorable.