"Ni rápido ni despacio
Solo lento..."
Así comienza uno de los microcuentos más profundos de El tiempo. Todo.Locura. El último libro con el que Mónica Carrillo lanza un chute de metáforas y palabras que se inyectan en el corazón y producen múltiples sensaciones en nuestra mente.
Y es que precisamente el inicio de ese microcuento puede servir como perfecto manual de instrucciones para abarcar la lectura del libro. Sin prisa, sin pausa, pero sobre todo asimilando lentamente cada una de las letras que componen las cientos de historias que la autora relata página a página, suspiro a suspiro.
"A tu ida y a mi vuelta
Al llegarte y descubrir
Cuando el futuro era incierto
Y el porvenir, por venir"
Para transmitir y narrar las cosas importantes de la vida no hace falta extenderse en el tiempo ni en el número de palabras. Y es que no hace falta articular más de tres sílabas para lanzar un 'Te quiero' a otra persona. Así lo hace Mónica en su último trabajo, fácil y sencillo. Pero una vez que el lector encuentra la llave de este baúl con portada entelada y brillo áureo, ha caído en la trampa. Resulta muy complejo escapar del poso que deja cada uno de estos microrrelatos que hacen reflexionar y ralentizan el paso de página. Tanto que incluso apetece volver atrás para seguir encontrando matices, como si de un buen vino se tratase.
"Pude todo menos evitarlo"
Y sí, se hace muy complicado evitar caer en miles de recuerdos. Mónica Carrillo plantea y replantea temas y sentimientos que tocan de lleno a todos aunque no lleven el nombre de nadie. Un maremoto de sentimientos ordenados a través del uso de la palabra que se desencadena con estilo y se diluye en el tacto del papel.
"Tardé tanto en volver a colocarte en el lugar
que te correspondía que cuando lo conseguí
era yo la que había cambiado
Y me fui"
Quizás hayas acabado de leer El tiempo.Todo.Locura o tal vez estés corriendo a tu librería más cercana para hacerte con él. De lo que no hay dudas, es de que cuando des la vuelta a su última página, cuando suspires por última vez y lo coloques en la estantería, algo en ti habrá cambiado, y te irás. Pero si algo también es seguro, es que en tus mejores o peores momentos sentirás la necesidad de volver a cogerlo y saborearás de nuevo los diferentes matices del amor. Como el primer día.
