El pasado martes amaneció sombrío para la literatura lusa ante la ausencia de su célebre poeta. En medio del silencio falleció repentinamente Herberto Helder, en Cascais, en un balneario situado a 25 kilómetros de Lisboa, a la edad de 84 años. Reconocido como “el poeta oculto” por su rechazo al reconocimiento social y los medios de comunicación, es considerado el autor portugués más prestigioso de la segunda mitad del siglo XX –y sucesor, por tanto, del escritor Fernando Pessoa-.
Herberto Helder Luis Bernardes de Oliveira nació el 23 de noviembre de 1930 en Funchal, Madeira, en el seno de una familia de origen judío. Comenzó sus estudios universitarios de Derecho y Filología en Coimbra, pero no llegó a finalizarlos. En el ámbito laboral, el poeta se caracterizó por la disparidad de trabajos que realizó desde joven: publicista farmacéutico, meteorólogo, bibliotecario, cajero de banco, editor literario, corresponsal de guerra, etc.
Durante los años 50 fue un habitual en el Café Gelo, donde se relacionó con diversos personajes ilustres del momento: Luiz Pacheco, António José Forte, Mário Cesariny o João Vieira. Su prolífica carrera literaria comenzó en 1958, con la publicación de O amor em Visita, siendo su última creación la obra A norte sem mestre (la muerte sin maestro), publicado en 2014 y considerado el libro del año en Portugal. Porto Editora fue la encargada de publicar, junto A norte sem mestre, la colección completa de poemas bajo el título Poemas completos.
Desde sus inicios con O amor em Visita, Herberto Helder se consagra como autor de diversas obras de gran reconocimiento al estilo de A colher na boca, Poemacto, Lugar, Os passos em Volta y Apresentaçao do Rosto. En 1968, año en el que el autor decidió retirarse del contacto con los medios de comunicación, fue condenado durante la dictadura de Salazar por participar en la publicación de un libro sobre el Marqués de Sade. En consecuencia, el autor perdió su trabajo en la radiotelevisión púbica y su obra autobiográfica, Apresentaçao do Rosto, fue censurada por el régimen dictatorial.
En 1971, el autor se traslada a Angola, donde trabaja como corresponsal de guerra y, víctima de una catástrofe, cae hospitalizado durante tres meses. Posteriormente, en 1973, parte a Estados Unidos y compila Poesía Toda, para finalmente regresar a Portugal en 1974 con la reinstauración de la democracia en Portugal. Alguna de las obras que conocieron la luz durante este periodo fueron Cobra, O Corpo, o Luxo, a Obra y Photomaton & Vox. Según la crítica literaria, la poesía de Herberto Hélder utiliza un lenguaje de representación icónica que, remitiendo al surrealismo y el misticismo, marcó tendencia durante 1960 y dotó al autor de su prestigio actual.
En 1994, ajeno a la exposición pública, el escritor portugués rechazó el Premio Fernando Pessoa porque quería continuar siendo el “poeta oculto”, escribiendo en una lengua “al mismo tiempo plana y plena”.
“No digan nada a nadie y den el premio a otro”
En España, la difusión de la obra de Herberto Helder ha venido de la mano de editoriales como Hiperion o Pages.
A faça nao corta o fogo (la navaja no corta el fuego) fue publicada en 2008 a los 78 años del autor, significando la revolución de una nueva poesía portuguesa con el cambio de siglo. Posteriormente, el autor publicaría Servidores, una obra donde el misántropo poeta relata su infancia en Madeira, sin olvidar la siempre acechante sombra de la muerte que caracteriza la obra del autor.
Finalmente, hablamos de A morte sem mestre como la última publicación del autor. Con una portada escrita por el propio Herberto en papel rugoso, el libro incluye un CD con versos del autor.