Pedro Lemebel nació en el Zanjón de la Aguada, en las orillas que recorren Santiago de Chile, el 21 de noviembre de 1952. Formando parte de una familia de clase humilde, logró terminar estudios universitarios en la Universidad de Chile y formarse como profesor de Artes Plásticas.
El escritor, autor de Tengo Miedo Torero, Loco afán y Háblame de amores, siempre estuvo envuelto en polémica. Su costumbre de maquillarse para presentar ante el mundo su tendencia homosexual le costó el despido de dos liceos y el rechazo de la izquierda militante. La preferencia política de Lemebel era inconfundiblemente de izquierdas, sin embargo, sus formas radicales no fueron bien acogidas.
A finales de 1980, fundó Las Yeguas del Apocalipsis, una asociación artística que desarrolló espectáculos de carácter vanguardista combinados con una alta esencia política de izquierdas, aún en el epicentro de un país marcado por el régimen dictatorial de Pinochet.
En 1986, el autor recitó el famoso manifiesto, Hablo por mi diferencia, en la reunión política celebrada en la Estación Mapocho: “No soy un marica disfrazado de poeta; no me hable del proletariado, porque ser pobre y maricón es peor; mi hombría es aceptarme diferente; no voy a cambiar por el marxismo, que me rechazó tantas veces. Soy más subversivo que usted”.
En 2011, desde el centro cultural Estación Mapocho, el propio Lemebel informó sobre la noticia de su enfermedad a sus seguidores chilenos, para quienes era una verdadera figura popular.
“Cómo es la vida… Yo arrancando del sida y me agarra el cáncer”
A pesar de que no pudo formar parte de la última Feria del Libro de Santiago y se vio obligado a pasar el fin de año en el hospital, Pedro Lemebel tuvo la oportunidad de despedirse del pueblo chileno el pasado 7 de enero, en el Centro Cultural Gabriela Mistral. En esta última aparición pública, el autor fue el protagonista de un evento titulado Noche Macuca en homenaje a su trayectoria literaria.
Tras su fallecimiento, la ministra de cultura, Claudia Barattini, anunció su pesar por la triste despedida del autor: “Nos abrió un camino de libertad, rompió el doble estándar y nos obligó a reconocer un Chile complejo y diverso. Su aporte literario es enorme, pero sobre todo vino a cambiarnos la cabeza. Pedro nos ha permitido tener una mirada piadosa y limpia sobre territorios de la condición humana, que han sido maltratados y excluidos”.
El mismo 23 de enero, Héctor Núñez González, amigo y portavoz de Lemebel, anunció el velorio público que tuvo lugar en el Cementerio Metropolitano. A las 11:30, el autor fue despedido por última vez por cientos de personas que se congregaron para acompañar el féretro de la revolucionaria figura chilena.
