El Banco Nacional Suizo (SNB, Swiss National Bank) ha eliminado el tipo de cambio fijo que tenía el franco suizo en relación al euro. Esto quería decir que si alguien quería comprar un franco suizo debía pagar 0,83 euros, sin fluctuaciones, sin subidas, sin bajadas de precio (como sí que pasa, por ejemplo, en la relación euro/dólar). Cuando el precio de una moneda en relación a la otra es fijo, es decir, su precio está colocado por un banco central y no se puede mover, se denomina cambio fijo. Cuando hay fluctuación en el precio y en función de la demanda, la oferta y las políticas monetarias éste se mueve se dice que es variable. Suiza había adoptado el cambio fijo hace tres años, en plena crisis de la zona euro, cuando a causa de la recesión, las personas empezaron a cambiar euros por francos suizos, para evitar que el franco suizo se disparara, se optó por el tipo de cambio fijo con el euro.
¿Por qué no quiere un país que su moneda sea cara?
En el caso de Suiza, no es tan evidente como el caso japonés por ejemplo, pero para incentivar y aumentar las exportaciones, es mejor que el tipo de cambio sea más bien bajo para que así pueda vender más producto. Suiza, en pleno centro de Europa, y cuyos países compradores y vendedores de forma mayoritaria son los de la zona euro, quería evitar que de golpe bajaran mucho las exportaciones al resto de países colindantes por una depreciación del euro y una subida muy fuerte del franco suizo.
Suiza ha sorprendido a todo el mundo con la decisión de retirar el cambio fijo del franco suizo / euro. Los efectos llegan hasta Japón y Estados Unidos
Precisamente ha terminado pasando eso, pero por otros motivos. Los rumores sobre la compra de activos por parte del Banco Central Europeo han hecho que en los últimos meses el euro se depreciara (es decir, que baja su valor), porque una compra de activos no es más que insuflar liquidez y monedas a los estados (el Banco Central Europeo compra deuda o bonos de un país y le da un dinero inmediato a cambio de un tipo de interés, normalmente bajo en estos casos). Esto incrementa la cantidad de euros en circulación, con lo que baja el precio de la moneda. Una bajada de la moneda significa que a un tipo de cambio fijo se puede producir un desajuste en el mercado, y efectivamente al estar más barato que el precio de cambio fijo el banco central vendía muchos francos suizos a cambio de euros, produciéndose a su vez una depreciación del franco suizo frente a terceras monedas (como el dólar o la libra esterlina).
El SNB también ha situado el tipo de interés de los depósitos en el -0,75 % (es decir, hay que pagar por tener un depósito en Suiza), de forma que también se penaliza de alguna manera la fuga de euros a ese país.
El rublo, el yen y el yuan
No es el primer caso en que un banco central de un país toma decisiones que alteran los mercados de divisas. Con la devaluación del rublo por la bajada del precio del petróleo y la inestabilidad de la zona, el Banco Central de Rusia se ha visto obligado a comprar rublos a cambio de otras divisas. En muchas ocasiones Estados Unidos ha comprado dólares para evitar la devaluación (en el mercado de divisas o en forma de compra de activos a través de la Reserva Federal). Japón ha visto como el yen pasaba de una espiral de depreciación a causa de las políticas expansivas de su banco central a un momento de encarecimiento debido precisamente a las políticas de Suiza y a las de la India, que ha decidido bajar el tipo de interés de su banco central. Es conocido que China compra deuda pública de algunos países como Estados Unidos para evitar un desplome mucho mayor del dólar (en caso de quiebra la caída de la moneda es mayor que en caso de compra de deuda) y mantener su moneda a un nivel aceptable para poder exportar en mejores condiciones.
¿En que afecta al ciudadano?
Directamente no va a afectar a las actividades diarias de una persona que no opere con divisas o con bancos suizos. Si alguien compra habitualmente en dólares observará que el tipo de cambio con el euro se acerca al par. Eso unido a las políticas del BCE de compra de activos (y por lo tanto más euros en circulación) deja claro que quizás otras divisas sean más fuertes en un futuro próximo que el euro. Si a un país o zona (como el caso del euro, recordemos que ningún país de la zona euro puede tomar decisiones unilaterales en política monetaria) quiere revalorizar su moneda puede hacer como Suiza y cerrar el grifo de alguna manera (o situando un cambio fijo por encima de mercado, o como Suiza, retirando dicha medida), puede subir los tipos de interés o vender deuda pública (en vez de comprarla). En el caso particular de la zona euro, las dificultades económicas han hecho que hasta los partidarios de políticas restrictivas hayan tenido que ceder a la compra de deuda pública por parte del BCE, que sin embargo, sigue mostrando muchas dudas y ambigüedad a la hora de ejecutar dichas operaciones. Caso contrario es el de Japón y Estados Unidos por ejemplo, países caracterizados por grandes volúmenes de compra de activos por parte de sus bancos o reservas. Esto ha hecho que durante mucho tiempo el dólar y el yen estén en una posición débil frente a otras monedas, aunque una moneda "barata" no necesariamente es mala debido al aumento de las exportaciones, como a veces no es buena ya que la debilidad no es buena señal y a veces se produce un fenómeno de exprimir demasiado la devaluación de la divisa. Igual que una moneda cara no siempre es favorable ni desfavorable.
Queda claro que cada país ejerce sus políticas monetarias por su interés (totalmente legítimo) en perjuicio de otros (en el caso de Suiza, se debilita el euro claramente frente a casi todas las divisas, y se fortalece el franco suizo frente al euro). Este tipo de "guerras", conocidas como "guerras de divisas", son muy habituales y dejan claro que nunca llueve a gusto de todos.