Como ya anunciamos hace unos meses, antes de sacar a la luz el esperado final de la trilogía que ha cautivado a millones de personas en todo el mundo el escritor norteamericano se ha embarcado en otros proyectos entre los que se incluyen novelas cortas o relatos del mismo universo que Kvothe.
En el caso de La música del Silencio nos adentramos en la vida de Auri, esa misteriosa chica, rubia delgada y elegante, antigua alumna de la universidad y única habitante de la subrealidad. Un personaje peculiar ahora protagonista de una historia igual de peculiar.
Novela nada convencional
A pesar de que el autor lo ha avisado en múltiples ocasiones incluyendo en la propia contraportada y en el prólogo del libro, son muchos los lectores que critican esta obra por su rareza o por “no contar nada”. Y la verdad es que no: el libro no cuenta el pasado de Auri, ni su futuro, ni avanza nada en la historia, ni tan siquiera cuenta por qué es como es.
Sin embargo para otros muchos lectores no deja de ser una obra mágica, capaz de transportar, a quien la lee, a otra realidad, la realidad de alguien que conoce cómo debe ser el mundo, qué sienten los lugares, distingue entre los distintos tipos de días y pone todo su empeño en que las cosas estén donde y como tengan que estar.
Solo Patrick Rothfuss puede hacer que ocho páginas narrando cómo se fabrica una vela sean fascinantes
El libro cuenta una semana en la vida de Auri pero no cualquier semana, una semana en la que debe prepararse para una visita. No ocurre ningún diálogo tenaz ni hazaña trepidante, pero solo Patrick Rothfuss puede hacer que ocho páginas narrando cómo se fabrica una vela sean fascinantes y eso es muy digno de admirar.
