La leyenda de Bécquer
Plano detalle del retrato de Bécquer realizado por su hermano, Valeriano Domínguez Bécquer (www.siempreconectado.es)

No volverán a mecerse las azules campanillas del balcón, ni regresarán las oscuras golondrinas a colgar sus nidos. Atrás quedó la poesía sin poetas y el lamento de los ojos verdes.  Sin embargo, su presencia siempre permanecerá como una sombra en el patrimonio histórico español.

El  22 de diciembre se cumplen 144 años de la muerte del escritor sevillano, cuyo legado ha trascendido hasta nuestros días dejando huellas imborrables de riqueza y sensibilidad para todo espíritu romántico.  Desde Vavel España homenajeamos al autor recorriendo los senderos de la vida que marcaron las características de  su obra.

Gustavo Adolfo Domínguez Bastida –más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer- nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla. Desde pequeño, la labor como pintor costumbrista de su padre le apremió a adentrarse en el mundo artístico de lienzo y pincel, aunque estos nunca lograron imponerse sobre su pasión por el verso y la prosa. El temprano fallecimiento de sus padres le obligó a trasladarse con sus tías, incitando ya la temática literaria de la incertidumbre tras la muerte que marcará su obra poética–recordemos la rima LXVI y el célebre verso, “donde habite el olvido”-.

El génesis de su tendencia romántica se encuentra entre las paredes de la biblioteca de su madrina, sumergido en las profundidades de Lord Byron, Espronceda, Víctor Hugo y Balzac. Tras cumplir los  18 años y con un total de treinta duros, decide trasladarse a Madrid para probar suerte como escritor, aunque la mayor parte de sus ingresos procedieron de su empleo como periodista en El Contemporáneo.  En la capital madrileña, el poeta se enamora de Julia Espín, la joven que inspiró el concepto de amor platónico propio de su obra, así como la preferencia por este amor intangible e inaccesible, “vano fantasma de niebla y de luz”, que mantiene las mismas características que la poesía.

Para Bécquer, la poesía  no es un género literario que el poeta genere, sino una realidad inmaterial que envuelve la vida común y se despliega de los colores, los perfumes, el amor, la felicidad y el misterio. Sin embargo, esta realidad únicamente es visible para los poetas, a quienes se encomienda su traducción en verso a pesar de su carácter indescriptible.

“Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”

El escritor reconoce que “cuando siente, no escribe”, ya que debe guardar las emociones que experimenta para expresarlas racionalmente. A lo largo de sus “Rimas”, descubrimos que la inefabilidad es una temática recurrente.

El encasillamiento del autor en el movimiento literario del Romanticismo se evidencia tras la lectura de su poesía y sus relatos, las “Leyendas”, una serie de cuentos mágicos envueltos en belleza, horror y miedo ante lo desconocido. De este modo, nos encontramos con el enamoramiento de Jorge Manrique por un rayo de luna, la reencarnación de unas estatuas de mármol o la materialización de la creencia popular en la maldad de los ojos verdes.

El hombre que muestra un amor sincero es engañado por la mujer ingrata y egoísta que le utiliza para sus propios caprichos.

Otro motivo periódico en la obra becqueriana es la misoginia, puesto que, en repetidas ocasiones, observamos que la mujer es el mal del hombre –como en el caso de “Los ojos verdes” y “La aljorca de oro”-. 

Se sopesa que el origen histórico de esta peculiaridad es el matrimonio sin amor de Bécquer y Casta Esteban, la cual constantemente se quejaba de “la mucha poesía y el poco cocido” de su casa. El autor consideraba que su esposa frustraba los sueños de su alma y lo plasmó en la obra literaria que le lanzó a la fama póstuma.

El amor platónico que Bécquer relata es la etapa inicial de un enamoramiento imposible que, cuando acaba, destapa la venda del hombre para percatarse de los defectos de la mujer. Iniciando un proceso de abstracción, el poeta concluye que la felicidad es una vana ilusión intangible que le sume en la melancolía de no poder alcanzar aquello que desea.

El paso del célebre escritor ha sido homenajeando de diversas formas. En Soria, localización de la leyenda “El monte de las Ánimas”,  la Asociación Cultural Amigos de las Ánimas celebra cada 31 de octubre una velada literaria conocida como “La noche de las Ánimas”.

También se realizó un evento el pasado 19 de diciembre en la iglesia del convento de Santa Inés, donde las asociaciones “Con los Bécquer en Sevilla” y “Noches del Baratillo” organizaron la lectura teatralizada del relato becqueriano “Maese Pérez el organista”, así como la narración de un texto de Julia Bécquer en el que se relatan las navidades de la familia en Ávila, en 1865.

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