El Íbex-35 confirmó su escalada en las últimas semanas con un ascenso del 2,8 % durante el mes de noviembre, situándose en los 10.727 puntos, máximo en dos meses, y sumando el mejor mes desde mayo. Una vez olvidadas momentáneamente las tensiones geopolíticas en el Este de Europa y las indecisiones de Draghi, los inversores han visto con buenos ojos la bajada del precio del petróleo (ya en mínimos de 73 dólares), aplauden los datos de la tasa de paro de Alemania (mínima desde la reunificación) y celebran los datos macro españoles, con un crecimiento del 0,5 % del PIB. El índice bursátil cerró con beneficios en cuatro de los cinco días de la semana, liderados por FCC con un ascenso del 3,5 %, tras saberse que Carlos Slim será el nuevo máximo accionista de la compañía, tras llegar a un acuerdo con Esther Koplowitz. Los bancos se han visto beneficiados ligeramente al saber que la agencia de rating Standard & Poors iba a revisar al alza los componentes del sistema financiero español.
El bono a diez años por su parte está en el 1,89 % aproximadamente, mínimo históricos, situando la prima de riesgo en 120 puntos.
Las contradicciones de la bajada del precio del petróleo
Aparantemente, los inversores se han tomado bien el descenso del petróleo a mínimos de 73 dólares por barril de Brent. Esto ha ocurrido por varios factores, pero principalmente el exceso de oferta con respecto a la demanda (en especial Europa) y la mejora técnica de las extracciones en Estados Unidos han sido las claves. Hay que entender que Estados Unidos es un país tradicionalmente importador de petróleo, no exporta lo que extrae de los pozos de Texas y otros sitios, pero ahora lograron las mejoras técnicas suficientes para igualar a algunos países de la OPEP en barriles diarios y por lo tanto no tiene que importar esa diferencia (Estados Unidos guarda su petróleo en reservas en gran parte). Esto significa que Wall Street va como un tiro ya que el coste para las petroleras estadounidenses es menor, y bolsas como la japonesa y las europeas occidentales, tradicionalmente importadores de petróleo porque no poseen, siguen ascendiendo. Sin embargo, la bolsa noruega OBX de Oslo se ha derrumbado un 7 % la última semana (Noruega es país tradicional exportador de petróleo), y el DFMGI (mercado financiero de Dubai) se ha desplomado un 8 %. Como los bonos, las subidas y bajadas de la bolsa y del petróleo es un juego de suma cero. En este caso la bajada del precio del petróleo ha perjudicado a los países exportadores, mientras los países importadores se han visto beneficiados. Por otro lado hay dos formas de ver la bajada de precios: algunos apuntan a que la bajada de la demanda es mala y significa que no hay expectativas buenas de futuro para el crecimiento de la economía. Otros apuntan a que esta "liberalización" del petróleo puede ser un incentivo al consumo y a la inversión. De momento, los países importadores se benefician de ello y los exportadores sufren.