Detrás del glamour de las pasarelas y la industria billonaria, existe una realidad oscura, sucia y llena de amenazas que lentamente destruye los mantos acuíferos del planeta Tierra. Es un número considerable de compañías de ropa las que emplean químicos -de los cuales en ocasiones son cancerígenos- en sus cadenas de producción.
Dos tercios de las piezas de ropa que Greenpeace ha analizado poseen químicos que al ser lavadas expulsan dichas sustancias en ríos, lagos y mares del mundo. Han sido activistas, diseñadores, modelos y bloggers alrededor del mundo los que han salido a la calle para reivindicar una moda sin contaminación, una moda limpia y se han unido a la campaña global DETOX desde 2011.
Desde entonces dieciocho líderes de la moda han respondido a favor de la causa como Zara, Mango, H&M, Levis, Valentino, Benetton, Victoria's Secret o Nike entre otras. El año anterior, Greenpeace desafía a las grandes marcas con la campaña DETOX Catwalk para que estas junto con sus proveedores apuesten por una moda respetuosa eliminando así toda sustancia química de sus procesos de produccion. La campaña consiste en una pasarela que evalúa las medidas que han tomado las empresas sobre la desintoxicación y desvela que tanto Nike como Adidas, no habían podido cumplir sus promesas antitóxicos. A raíz de este proyecto, Greenpeace las cataloga de Greenwashers, son aquellas empresas con compromisos incumplidos que enmascaran sus acciones poco efectivas con promesas de poco peso.
Es momento de saber quienes están caminando sobre la pasarela por un futuro libre de tóxicos.