El caso de la deuda argentina sigue bloqueado
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Thomas Griesa, juez de Nueva York que se encarga del caso de los fondos de inversión de Estados Unidos contra el gobierno argentino, ha declarado ilegal la propuesta de Cristina Fernández de Kirschner, una ley para pagar sin tener que contar con el intermediario utilizado hasta ahora (el BONY, el Bank of New York Mellon) a los acreedores que aceptaron la reestructuración de la deuda contraída en 2005 y 2010. Por su parte, la presidenta argentina ha declarado que la intromisión del juez es un ataque a la soberanía argentina. Argentina afronta su segunda quiebra en trece años. Por el momento, las agencias de “rating” han declarado que el país se encuentra en “quiebra selectiva” desde el 1 de agosto. Esto quiere decir que con unos acreedores está en deuda y con otros no.

Quita o reestructuración, las soluciones a una deuda

Cuando un país, una persona jurídica o una persona física contrae una deuda que no puede pagar, hay dos opciones: o la quita o la reestructuración. La primera opción, la que aceptaron los bonistas de 2005 y 2010 por ejemplo, consiste en retirar parte de la deuda generada. Es decir, si A debe dinero a B por valor de 100 euros, pero no los puede pagar, B puede conformarse con cobrar 60 euros y perder al menos una parte tan sólo de lo que prestó. En un futuro, eso sí, B no volverá a prestar dinero a A por desconfianza (en este caso, el bono argentino se sitúa en cifras superiores al 13 %, es decir, Argentina debe pagar un 13 % de interés para financiarse). En la reestructuración normalmente se alarga el periodo de tiempo a pagar. Si A le debe a B 100 euros pagando diez euros al mes durante diez meses (y al final los intereses), se puede reestructurar pagando cinco euros durante 20 meses.

En el caso de Argentina, el país llegó a un acuerdo con el 93 % de los acreedores con una quita de la deuda, pero hubo un 7 % que no aceptó el acuerdo y apeló a los tribunales. Éstos fueron los llamados “fondos buitres” (nomenclatura del gobierno argentino). Éstos fondos compran bonos en el mercado secundario a un precio muy bajo y acuden a los tribunales a reclamar el 100 % del valor de su bono.

Según el gobierno argentino, éstos depositaron unos 600 millones de dólares en el Banco BONY de Nueva York para pagar sus deudas, pero el juez Griesa de Nueva York bloqueó el dinero, ya que entendía que antes se debía pagar la deuda a los que reclamaban la deuda completa (el 7 %, los fondos). Argentina no acepta la situación y crea una ley para pagar a los acreedores que aceptaron la quita a través de entidades argentinas, sin la intermediación del banco de Nueva York, para pagar la deuda que vence el día 30 de septiembre. El juez declaró ilegal esta ley al entender que va en contra de la sentencia dictada por el tribunal, y pidió a las partes que llegaran a un acuerdo. Argentina dice que la intromisión del juez atenta a la soberanía nacional.

La cláusula RUFO

Right Upon Future Offers, esas palabras, cuyas iniciales son RUFO, es una cláusula por la cuál un acreedor no puede ser tratado diferente a otros. Por decirlo llanamente, si los fondos (los del 7 % que reclamaron al juez cobrar la totalidad de la deuda) consiguen cobrar todo, el resto de acreedores también tienen derecho. Para retirar esta cláusula y desbloquear parte del caso, deben votar a favor al menos el 85 % de los afectados. Dicha cláusula expira el 31 de diciembre de 2014, lo que abre a la especulación de si Argentina tratará de alargar el caso más allá de dicha fecha para no tener que pagar todo al resto de acreedores.

Las consecuencias no se pueden saber si Argentina declara la quiebra completa. En 2001 ya declaró una suspensión de pagos de más de 100.000 millones de dólares. Las consecuencias fueron que Argentina tuvo que retirarse de los mercados internacionales (de deuda, de divisas etc.), y llevó al país al llamado “corralito”, el cierre de instituciones bancarias durante un tiempo, impidiendo al ciudadano disponer de líquido. La quiebra coincidió con el problema de conversión de divisas entre el dólar y el peso. La deuda argentina sobre el PIB apenas supera el 45,6 %, pero la falta de recursos del país, y sobre todo la falta de líquido disponible hace que sea complicado el caso. No ayudan los precedentes, que ayudan a que los prestamistas de Argentina sean empresas que se dedican al alto riesgo, es decir, los famosos fondos de inversión de Estados Unidos. Mientras la inflación casi alcanza el 11 %, y los salarios aumentan un 3 % aproximadamente.

Foto 1: Tradingeconomics.com
CaptionEvolución de la deuda argentina con respecto al PIB

Las claves del caso:

1. Argentina entra en quiebra en 2001. Esto provocará, entre otras cosas, que el país no pueda acudir a los mercados internacionales a financiarse, y traerá como una de las consecuencias el "corralito". Argentina queda fuera de los mercados internacionales y se le hace muy difícil financiarse, atrayendo empresas inversoras que se dedican al alto riesgo.

2. El país llega a un acuerdo con el 93 % de los acreedores de deuda pública que canjearon en 2005 y 2010 de la quiebra de 2001. El 7 % restante, los denominados "fondos buitres", por el gobierno argentino, no aceptan la reestructuración y acuden a los tribunales. Éstos fondos habían comprado los bonos en el mercado secundario a un precio más bajo.

3. El juez de Nueva York Thomas Griesa sentencia que Argentina debe pagar el 100 % de su deuda al precio que se emitió. Argentina deposita 600 millones de dólares en el banco de Nueva York, que ejerce de intermediario, para pagar a los que habían aceptado la reestructuración, pero el juez bloquea el dinero (siempre según el gobierno argentino) al entender que antes deben pagar los más de 1.000 millones que deben al 7 % que no estuvo de acuerdo con la reestructuración.

4. El gobierno argentino prepara una ley por la cuál puede pagar a los acreedores que estén de acuerdo con la reestructuración a través de instituciones argentinas (debido al bloqueo de los 600 millones de dólares en Nueva York). El juez Griesa se manifiesta en contra, y Argentina dice que la intromisión del juez es una violación a la soberanía del país.

5. La cláusula RUFO, hasta el 31 de diciembre de 2014, dice que todos los acreedores de bonos de 2005 y 2010 (que eran bonos que arrastran desde la quiebra de 2001) deben recibir el mismo trato. Es decir, si uno cobra el 100 %, todos tienen derecho, salvo que el 85 % de los afectados vote para revocar esa cláusula. Si no se llegara a un acuerdo, por lo tanto, la deuda argentina sería mucho mayor a la actual, al quedar invalidados los acuerdos para reestructurar la deuda.

6. Caen las importaciones y aumenta la inflación. Al tener dificultades para pagar, en un año las importaciones descienden un 18 %. La inflación aumenta en casi un 11 % mientras los salarios suben un 3 %. El paro aumenta del 6,4 % a principios de 2014 al 7,5 % actual.

Foto 1: Tradingeconomics.com

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