El conflicto que comenzó hace más de un mes en países como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos sigue agravándose. Las medidas impuestas por algunos gobiernos como el francés a Amazon, han aumentado la tensión en el ambiente. Autores como Tom Wolf, Donna Kart o Paul Auster han mostrado su irritación en una carta abierta acusando a Amazon de “ tomar los libros como rehenes”.
Ante la situación, la compañía cibernética ha propuesto a los autores que publican en Hachette livres, que forma parte del grupo francés Lagárdere, a cobrar el 100% del importe por cada libro que vendan. La medida llevada a cabo será de forma temporal y en el caso de aceptarse, solo estaría en vigor hasta que se resuelva el conflicto. "(...) Tanto Amazon como Hachette renunciarán a todos los ingresos y beneficios hasta que se llegue a un acuerdo. Si vendemos un libro a 9,99$, el autor recibirá 9,99$, mucho más de lo que normalmente consigue (…)", muestra la carta según los datos facilitados por un portavoz de Amazon.
Por el momento, la asociación de escritores de Estados Unidos ha rechazado la oferta. Richard Russo, el vicepresidente de esta, ha sido duro en su respuesta: critica a la compañía de Seattle por dañar y poner gravemente en peligro las compañías libreras en lugar de intentar convivir en el ecosistema. El escritor también ha sido tajante con las editoriales y las acusa de “no haber sido justos con los beneficios de los e-books”, afirma que “eso tiene que cambiar”.
Nadie se beneficia cuando los libros son tomados como rehenes
Por su parte, algunos escritores de manera independiente han tomado en forma de protesta, para que Jeff Bezos, fundador de Amazon, cambie de estrategia. "Hemos hecho ganar a Amazon muchos millones de dólares y en los últimos años hemos colaborado de forma gratuita con la empresa. Esta no es manera de tratar a un socio comercial. Tampoco es la forma correcta de tratar a tus amigos. Sin tomar partido en la disputa contractual entre Hachette y Amazon, pedimos a Amazon en los términos más rotundos posibles que ponga fin a un enfrentamiento que daña el sustento de los autores con los que ha construido su negocio. Ninguno de nosotros, ni los lectores ni los autores, se beneficia cuando los libros son tomados como rehenes".
La problématica afecta a nivel mundial
The Bookseller, una revista británica especialista en este sector, criticó a finales de junio el cambio en algunas de las cláusulas que había establecido con editoriales independientes. Si el editor se queda sin ejemplares de una determinada obra, Amazon tiene la posibilidad de enviarlo en un sistema de impresión a medida (print of demand). En Estados Unidos, el desacuerdo entre la filial del grupo Lagárdere y esta acerca del reparto de porcentajes que se llevan los vendedores y editores en los libros han propiciado la toma de medidas como: retrasar el envío, subir el precio o retirar el botón que permite pedir libros por adelantado.
Expertos en la industria del libro postulan que la estrategia de Amazon es reducir de forma gradual el papel de las editoriales en el sector. Propuestas como la de pagar el 100% del importe en una disputa comercial, o imprimir directamente los libros que no tenga en las librerías, forman parte de esta estrategia.
Algunos portavoces de varios países, han recalcado en los medios de comunicación que entre sus objetivos está crear acuerdos con sus proveedores y establecer lazos comerciales. También afirman preocuparse por las repercusiones que están teniendo estas disputas tanto en los autores como en los clientes.
Entre toda esta Guerra Fría Amazon ya se ha hecho con el 60% del mercado del libro en EE.UU y alrededor del 25% en Alemania. Un pantagruélico dominio del mercado que poco a poco va eliminando los pequeños peces.
