Los inicios de la moda estuvieron marcados por una clara diferenciación entre el corte masculino y el femenino. Los vestidos y las faldas eran territorio de mujer, para la cual el pantalón era un artículo prohibido. El hombre lucía sus trajes, sus sombreros o sus corbatas siguiendo un estilo muy gentleman.
En la actualidad, todo ha cambiado. Los hombres se atreven con los estampados florales, lucen pañuelos al cuello o se acompañan del mejor amigo de una mujer, el bolso.
No existen tantos prejuicios a la hora de vestir y estar en un lado u otro de la tienda y no es motivo para avergonzarse. Las mujeres también se han atrevido a dejar los corpiños a un lado y crearon un nuevo estilo, tomboy. Las camisas masculinas, las corbatas o los esmoquin se introdujeron en el armario femenino desde hace unos años. Modelos como Alba Galocha han sido el mejor referente de esta corriente. Escaso maquillaje, zapato plano, pelo recogido y camisetas flojas son los puntos clave de esta tendencia.
Tras años con grandes separaciones en los patrones, los colores para chicas y para chicos o las prendas restringidas para unos y otros, la moda ha decidido que el estilo unisex sea el que triunfe en la actualidad. Sin prejuicios, sin normas.
