Si Liklider, impulsor de Arpanet, resucitara y viese como su proyecto ha revolucionado el mundo, probablemente volvería a morir. Y, es que internet, que fue creado como un sistema alternativo de comunicación en caso de otra Guerra Mundial, ha revolucionado el mundo: acceder a cualquier contenido, poder hablar con personas que están en la otra punta de planeta, hacer compras, etc. Un ecosistema que ofrece oportunidades, pero a la vez, afecta a algunos sectores económicos. En particular, el de los libros y más en concreto, Amazon - librerías.
La multinacional estadounidense de comercio electrónico, Amazon, fundada en 1994, está en pleno enfrentamiento con las editoriales de EE.UU y Alemania. El gigante cibernético, que ya controla más del 60% y 25% del mercado del libro en estos respectivos países no proporciona datos sobre las ventas anuales, la diferencia con sus competidores, ni prácticamente sobre nada, ¿Miedo? ¿Interés personal?. No obstante, según The New Yorker, su cuota de mercado a nivel mundial es del 7%.
El mercado del libro electrónico cuenta con dos estrategias para fijar los precios: “agente” el editor fija el precio y se lo reparte con el vendedor en un 70% para el primero y un 30% para este último; y el reseller, en el que el editor pacta el precio al que vende el libro y luego, el vendedor pacta el que crea conveniente. El problema radica en que las editoriales estipulan precios bajos con los que hacer frente a la competencia, llegando a tener pérdidas. Es en esas ocasiones cuando Amazon penaliza a las editoriales retrasando los envíos, disparando los precios…
En un mercado especial, donde los costes fijos son muy elevados (labores de edición, traducción, etc.) y los costes marginales de producción crecientes (hacer un ejemplar más de un libro es insignificante, en términos económicos), provoca que cualquier reducción de precio altere todo el mecanismo del sector. Ante esto, los libros que circulan por la red van en ventaja con respecto a los libros impresos, en los que cambiar de edición no les supone apenas coste. Cosa que hacen para seguir en el ranking de ventas.
"Nuesto comercio es más complementario que competidor"
En Francia, la ministra de cultura y comunicación, Aurelie Filippetti, ha cargado represalias contra Amazon, prohibiéndole aplicar el 5% de descuento por la gratuidad de los gastos de envío. El parlamento francés aprobó por unanimidad esta enmienda, derivada de la “Ley Lang” de 1981, cuando el ministro de cultura del momento, estableció una rebaja máxima en el precio del 5%, no acumulables a otros descuentos. “Nuestro comercio es más complementario que competidor de las librerías, puesto que de nuestros almacenes salen obras que están en catálogo desde hace meses o años.” Sostiene la compañía.
En España se mira a este fenómeno de cara al futuro y la problemática que podría desencadenar. Una empresa que solo busca el lucro bajo el lema “cuanto más barato, más se vende. Esto unido a su estrategia fiscal, con sede en Luxemburgo, donde el I.V.A es del 3%, definen su exitosa política comercial con ventas en masa y escasos costes de producción y bajos impuestos. Aunque hay un problema al que no pueden hacer frente: la piratería. Se venden muchos lectores electrónicos pero muy pocos libros.
La conclusión aquí está clara: obtener el máximo de beneficios bajando en la medida de lo posible los precios. A simple vista es un fenómeno poco alarmante, pero que inquieta tanto a escritores como a editoriales pequeñas y que ponen al filo de una cuerda el valor que se le da a la cultura.