La RAE ha declarado día de luto oficial. La escritora Ana María Matute Asenjo (1925-2014) ha muerto esta mañana en el Hospital de Barcelona, según ha confirmado La Real Academia Española, donde ocupaba la silla k. La causa ha sido una crisis cardiorespiratoria detectada hace varios días.
Fuentes cercanas informan que la capilla ardiente con los restos de la escritora se abrirá mañana, 26 de junio, a las 15:00 horas en el Tanatorio Les Corts de Barcelona, y al día siguiente se celebrará el funeral allí mismo.
Meses atrás comunicó en un viaje a Jeréz en la Fundación Caballero Bonald, la noticia de una novela terminada que vería la luz en septiembre. El libro será publicado póstumamente.
Coetánea de Carmen Laforet, son varias las similitudes que comparten: una guerra civil que marcó profundamente sus vidas, el ansia de libertad y el afán por criticar las injusticias sociales y que plasmaron en sus obras, especialmente en “Nada” de Laforet y “Los Abel”. Ambos ganadores del Premio Nadal.
"Me gustaría ser recordada como una mujer que amó mucho la vida"
El hada madrina española, combinaba esa crítica social junto con la fábula y los cuentos infantiles. Dos mundos contrapuestos, realidad y fantasía en medio de los problemas que le atormentaban. La separación de su primer marido y la retirada de la custodia de su hijo a quien solo podía ver los sábados, le embaucaron en una profunda depresión que duró más de 20 años; apartándose de la vida social. No obstante, en 1996, ya recuperada y con ganas de seguir, publica “olvidado Rey Gudú”. Una mezcla de caballeros andantes, brujos y reyes medievales.
Su primera obra data a las edad de 17 años, “Pequeño teatro”.Desde entonces, podemos contar una larga lista: “Fiesta al noroeste” (1952), “Los hijos muertos” (1958) o “Luciérnagas” (1993).
Esa admiradora de Tolkien, Proust y de las vanguardias de principios de siglo, hacen de Matute una mujer peculiar y con gran personalidad, pero sobre todo, muy querida entre sus compatriotas. “Su muerte es un descalabro en la intimidad”, afirmaba José Caballero Bonald tras enterarse de la noticia.
