El Gobierno y su Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se han encargado de pregonar la modificación en el IRPF. El motivo es que favorecerá a las clases medias y bajas, con lo que de este modo se tratará de calmar los ánimos de la población más descontenta con medidas anteriores llevadas a cabo por el ejecutivo.
Según informa El Mundo, el Gobierno seguirá los pasos recomendados por el comité de expertos y fijará el 48% como tipo máximo. Siguiendo con las aproximaciones a las palabras de dicho comité, se espera que se reduzcan los tramos a cinco frente a los siete actuales. A pesar de ello, las recomendaciones de los expertos es de simplificar a cuatro los plazos. Según dicho periódico, la intención es modificar el quinto plazo para que se aplique antes de los 300.000 euros para evitar de esta forma que entre en acción el 52% actual.
Los consejos es situar en el 19 y 20% el tipo mínimo de interés. En la actualidad es del 24,75%
Continuando con la información de dicho periódico, afirma que esta modificación no supondrá grandes pérdidas para el Estado en cuanto a recaudación se refiere, pues tan solo existen 75.000 contribuyentes, o lo que es lo mismo, un 0,4% del total, con rentas que superan los 150.000 euros.
Por otra parte, el mensaje que ha recibido el beneplácito de las clases menos acomodadas fue el que dio el Presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy. En él adelantó que las personas con ingresos menores a los 12.000 euros anuales no pagarán IRPF. A esta medida se le suma el aumento significativo de los mínimos personales por hijos, así como los ascendentes y personas con discapacidad que convivan con el contribuyente.
El 21% presente en los últimos 3 años -incluido 2014- descenderá hasta el 19% el próximo año
Las nóminas familiares también se verán favorecidas. A partir del próximo mes de enero de 2015 se disminuirán los porcentajes de las retenciones en las nóminas, lo que a buen seguro tendrá una repercusión favorable en el consumo de los ciudadanos, tal y como afirmó esta semana Cristóbal Montoro.
Por último, la contemplación de la reforma de que las indemnizaciones por despido tributen en el IRPF está por decidir. Lo que sí parece claro es que en caso de ser así, la intención del Gobierno es la de establecer un mínimo exento.
