Alice Gould, según dice ella misma, es una detective privada que para resolver un caso decide autoingresarse en un hospital psiquiátrico. Es una encantadora y culta mujer que asombra a toda la institución, médicos y pacientes por encontrarse allí. Diversos matices hacen pensar que no todo su comportamiento es fingido, incluso hay un profesional que afirma que padece una patología psiquiátrica en absoluto fingida. Los acontecimientos que vive Alice en el hospital podrían hacer enloquecer a cualquiera pero su carácter y la acusación que recibe hace dividirse al cuerpo médico creando una auténtica guerra interna.
Discernir quién miente y quién dice la verdad, qué ocultan los diversos personajes, qué sucede realmente y qué es fruto de la mente enferma de muy distintos personajes se convierte en una casi compulsiva lectura. Este libro enseña que nada es lo que parece, todo el mundo oculta algo y que nunca hay que dar por sentado todo lo que se dice. Es una historias increíblemente intrigante, que hace a quien la lee hacer una lectura activa, pensando qué es lo que hay detrás de cada párrafo y, a pesar de todo, la historia siempre sorprende.
La atmósfera de esta obra también es muy interesante, muestra un mundo muy pocas veces representado. Los manicomios, qué tipo de gente los habita, cuántos tipos de los denominados "locos" existe, cómo reacciona el entorno de una persona cuando es ingresada... todo queda fielmente representado. También surge el debate y el dilema de cómo estas instituciones han acabado siendo lugares de tortura más que de curación. No obstante, Los renglones torcidos de Dios, los seres humanos que no nacieron con todas sus capacidades suponen en ocasiones un peligro para sí mismos y para los demás. Es necesaria la comprensión y humanidad junto con la vigilancia y tratamiento.
El autor
Torcuato Luca de Tena Brunet, nacido el 9 de junio de 1923, fue miembro de la histórica familia de periodistas monárquicos Luca de Tena que fundó el diario ABC. Estudió periodismo y derecho y fue corresponsal en Londres durante la Segunda Guerra Mundial y llegó a ser director del periódico ABC. Sus discusiones con algunos minitros del régimen le obligaron a dimitir, presentó su propia canditadura pero no obtuvo el beneplácito de Franco. Actuó como corresponsal en distintos destinos como Latinoamérica donde se impregnó de la pujante literatura de la época y comenzó a escribir obras literarias.
Volvió a ser director del periódico familiar y fue nombrado procurador del Régimen si bien con cierto distanciamiento. Cuando se creó, formó parte del Consejo nacional donde destacó por votar negativamente el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como sucesor del caudillo pues era contrario al saltarse el orden sucesorio. Fue uno de los primeros miembros de la Real Academia Española, al ser expulsado del ABC se fue a vivir a Méjico y consagró definitivamente su vida a la literatura.
Es en los años 70 y en Méjico donde escribe sus grandes obras como Los renglones torcidos de Dios, para que fuera fiel a la realidad incluso pasó una temporada viviendo en un hospital psiquiátrico. Su estilo es muy pulcro y directo sin grandes descripciones físicas pero sí mentales, centrándose en un único gran protagonista en el que el resto de personajes existen por cómo afectan a la historia del primero.
Adaptación cinematográfica
El libro fue llevado a la gran pantalla por el director Tulio Demicheli en 1983 (cuatro años después de su publicación) con el propio Luca de Tena como guionista. La cinta fue rodada íntegramente en Méjico y portagonizada por Lucía Mendez. Es una fiel representación de la novela y aplaudida por la crítica, tiene marcadas influencias de películas como La naranja mecánica o La mujer pantera.