Andy Riley, que ha trabajado como guionista en cine y televisión, deja claro que cuando se trata de humor, el suyo es bastante negro. Con “El libro de los conejitos suicidas” el lector quedará impactado por las cómicas situaciones en las que los pequeños mamíferos de cuatro patas dejan este mundo. El humor irónico del inglés queda reflejado en cada tira, en la que queda claro que existen miles de maneras de suicidarte, algunas mucho más cómicas que otras.
Se trata de un pequeño libro, con apenas letras -alguna para aclarar la situación cuando es necesario- pero con unos dibujos muy básicos que dejan clara la idea. No se trata de un cómic con una historia, ni si quiera se da una razón por la que el animal se quiera suicidar y eso es lo que hace que el surrealismo de la situación haga gracia al lector.
Los diversos instrumentos que utilizan estos animales para su suicidio- jabalinas, sacacorchos, DVD´s o la furia de Darth Vader, entre otros- desencadenan una risa floja en el lector que incluso puede llegar a sentirse culpable con las condiciones en las que muere el conejito.
¿Qué razones hacen que un tierno conejito blanco quiera perder la vida? Si alguien quiere acabar el libro respondiéndose esta cuestión, no ha elegido bien. Si por otro lado, lo que quiere contemplar un centenar de formas de suicidarse, cada una más absurda que la anterior, y pasar un buen rato, este es su libro. Y es que los motivos de que ellos quieran perder su vida no son nada trascendentes para admirar la gran imaginación del autor y también su mala leche.
"Es el libro más hilarante y aconejante que he leído nunca" Elton John
Andy Riley no sorprende por unos dibujos logrados-dos puntos negros como ojos y una raya como nariz-, sino por una idea original que sorprenderá en el momento en el que el lector vea la portada del cómic en la librería. Además en la mayoría de situaciones al autor le basta con una sola imagen para captar el momento en el que el conejito pierde la vida.
Quizá “El libro de los conejitos suicidas” no es el regalo perfecto para un niño pequeño o para alguien que carezca de ironía, pero sí para aquellos que se rían de la vida y que quieran pasar un buen rato viendo como estos animales quieren perderla.
Si el lector se ha quedado con ganas de ver más suicidios de estos tiernos animales, pueden leer “El regreso de los conejitos suicidas” con otro centenar de tiras en la misma línea. Además el fenómeno de este autor ha sido tal, que muchas de sus ilustraciones se encuentran en camisetas, tazas o libretas, por lo que habrá conejitos suicidas para rato.
