Fagor ha perdido la batalla. La histórica empresa vasca de electrodomésticos ha anunciado este miércoles que solicitará próximamente el temido concurso de acreedores. Tras pasar los últimos meses luchando contra viento y marea para poder encontrar un acuerdo de financiación que le permitiese seguir con la actividad, la casa perteneciente al grupo de cooperativas Mondragón se ha visto obligada a declararse en suspensión de pagos.
La empresa viene acumulando una deuda que sobrepasa los 800 millones y en los últimos cuatro ejercicios lo único que ha hecho es sumar más deudas en su balance. Según han comentado fuentes de la compañía a varios medios, las necesidades financieras se cifraron en unos 120 millones de euros, pese a que el pasado mes de mayo ya recibió una inyección de liquidez de 70 millones. Sin embargo, esa cantidad no fue suficiente y el grupo se ha visto abocado al concurso.
De este modo, el empleo de los 5.700 trabajadores con los que cuenta la casa se ve seriamente amenazado. Fagor tiene 13 plantas en cinco países, pero la mayoría de ellas se encuentra en el País Vasco. De hecho, unos 1.600 empleados tienen su centro de actividad en la región, por lo que no sorprende que distintos cargos del Gobierno de Euskadi hayan expresado su disgusto ante esta noticia.
Para la firma la crisis ha sido bastante dura. En 2009 comenzaron las pérdidas y el pasado año cerró con unos números rojos de 89 millones. Sin embargo, la situación no ha ido a mejor en lo que va de año, pues en el primer semestre las cuentas desvelaron un agujero de más de 66 millones, con lo que los 89 del pasado año llevaban camino de verse ampliamente superados por las pérdidas de 2013.
Así, y a pesar de que en los últimos años la empresa ha intentado abrirse a mercados como el chino o el ruso ante la atonía del europeo, la suspensión de pagos ha terminado llegando a Fagor. En los próximos días, la marca comunicará a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el plan que seguirá de aquí en adelante.