En los últimos años la industria cárnica china ha intentado competir sin mucho éxito en el mercado de los embutidos contra productores europeos. Sus productos, de una calidad notablemente inferior, no han estado a la altura y han sido rechazados por los consumidores. Ante la falta del saber hacer chino, sus empresas se han lanzado a la compra de empresas con gran tradición pero con una situación financiera delicada. Aprovechando el momento de crisis presente en la Unión Europea y especialmente en España, la empresa china Shuanghui ha llegado a un acuerdo con los actuales accionistas del grupo Campofrio para llevar a cabo la adquisición del grupo por 4.700 millones de dólares. A esta cifra hay que sumarle el traspaso de la deuda de Campofrio, valorada en 5.264 millones de euros. El pago final realizado por el grupo chino Shuanghui será de 7.100 millones de dólares al grupo estadounidense Smithfield Foods.
Estas prácticas por parte de empresas chinas ya se han visto en otros sectores como el de las conservas. Hace algún tiempo otra empresa del Lejano Oriente intentó comprar la conservera gallega Calvo, conocida por sus conservas de atún claro. Sin embargo, este proceso de adquisición se vio paralizado por la movilización de trabajadores y administraciones locales y regionales. En el caso de Campofrio, al ser un grupo contralado por capital extranjero, la presión local no ha sido suficiente y se ha ejecutado su venta. De esta forma, la industria china adquiere el conocimiento necesario para poder mejorar la calidad de sus embutidos y así poder competir en el mercado mundial con los productores europeos.