La crisis económica, iniciada en 2008, parece estar llegando a su fin, de acuerdo a los diferentes datos macroeconómicos y previsiones realizadas por el Gobierno Central y otros organismos independientes. Uno de los indicadores más positivos en los últimos años ha sido el de la evolución de las exportaciones, como ya hemos tratado en VAVEL con anterioridad (balanza comercial positiva y Las exportaciones como posible solución a la crisis de España). El sector aeroportuario español se ha beneficiado de este aumento para llevar sus cifras de transporte de carga a máximos de la serie histórica realizada por AENA desde el año 1999 (672.411.414 kg. en el año 2011).
Fuente: AENA
Por otra parte, la evolución de los pasajeros obedece a varios factores. Entre los factores contractivos podemos resaltar el aumento del paro en la Unión Europea, la reducción del crédito para fines vacacionales y el aumento de las tasas aeroportuarias, que ha encarecido el precio de los billetes. Entre los factores expansivos podemos destacar el aumento de los turistas procedentes de países más ricos (países escandinavos, EEUU y Japón) y, sobre todo, el papel de España como receptor del turismo que antes se dirigía a los países del Norte de África (Túnez, Libia y Egipto), donde se ha producido la llamada “Primavera Árabe”.
Fuente: AENA
El efecto de las dos variables expansivas nombradas anteriormente se observa en los cambios que se están efectuando en las diferentes rutas aéreas. En el caso de la compañía de bandera irlandesa, Ryanair, está transformando muchas de sus rutas en rutas de temporada alta (los meses de primavera y verano) y cancelando muchas otras. En el caso de Iberia, inmersa en un proceso de reestructuración, también se están observando una reconfiguración de sus rutas. Al mismo tiempo, se observa la aparición de nuevas compañías en diferentes aeropuertos y la ampliación de frecuencias en otras rutas preexistentes. Sin embargo, estos cambios tendrán que volver a producirse cuando la situación en el Norte de África se normalice y el flujo de turistas abandone España para dirigirse de nuevo a estos destinos.
En conclusión, mientras el mercado de pasajeros se adapta a los cambios en el perfil de sus usuarios, la red de aeropuertos suple esta caída en sus ingresos mediante un aumento del uso del transporte aéreo de mercancías, dando un balón de oxígeno a AENA.