Judío, de clase trabajadora y con estudios de medicina, los personajes de sus obras se centran en lo esencial, alcanzando complejidades que otros autores como Michael Crichton o Ken Follet no logran. Tal vez el motivo sea que es uno de los escritores de que, a día de hoy, utiliza más sus vivencias personales y cercanas para dar forma a los protagonistas de sus historias, aunque también se deba a que suele tomarse mucho tiempo para documentarse de cara a las mismas –hasta cuatro años-. Se puede decir que si sus temas recurrentes son la religión, la medicina y la novela histórica, en todos ellos subyace un tema mucho más profundo como es el sentido de la existencia o sentido de la vida que suele analizar mediante las creencias y experiencias de sus personajes.
El soldado que se alegró de no entrar en conflicto
Se crió en un barrio obrero y se alistó durante la Segunda Guerra Mundial, sin embargo el conflicto estaba ya en su última fase y mientras, tras ser adiestrado, fue enviado a un destino secundario de apoyo, la guerra de facto finalizó con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, lo que hizo que consumara sus días de soldado en un trabajo administrativo en San Francisco. Siempre ha dado gracias por no haber tenido que disparar contra otro ser humano.
Estudió un semestre de medicina por insistencia familiar, pero lo abandonó para centrarse en el periodismo que fue en lo que finalmente se graduó en la Universidad de Boston. Su tiempo en medicina lo aprovechó trabajando como columnista para varias publicaciones médicas y científicas como el “Psychiatric Opinion” y como editor del “Journal of Abdominal Surgery” llegando a ser muy respetado por la comunidad médica. Además, ha trabajado como colaborador en numerosas publicaciones ámbito general de diversos países, incluida España.
El 11 de septiembre de 2001 se hallaba en España y vivió en directo con su familia y amigos la debacle de aquel día en su país. Una sobrina suya y el cuñado de un sobrino se libraron aquel día por causalidad de formar parte del terrible acontecimiento.
Sus vivencias y las de los que le rodean son fuente de inspiración para él. Su primera novela, “El rabino” (Rabbi), está basada en sus propias experiencias familiares como hijo de una típica familia judía americana. A diferencia de Gordon, que se hace periodista y escritor, la profunda herencia judaica lleva la protagonista de la historia a convertirse en rabino y muestra todo el camino de dificultades por las que tiene que atravesar cuando se enamora de la hija de un reverendo protestante, analizando toda la casuística de cambios sociales del momento, como la mezcla de culturas, que le lleva a plantearse cual es el sentido de la vida.
El cronista que no quiso ser médico
Aunque quizá el ejemplo más claro de hasta donde llega la necesidad de Gordon de explorar el leitmotiv humano sea la conocida como Trilogía de Cole, una serie de novela histórica que incluye la temática religiosa, social y médica a través de la historia de una saga familiar de médicos que va desde el siglo XI hasta nuestros días. “El médico” (The Physician) es la primera de las tres, y narra las vicisitudes de un joven cristiano londinense de familia humilde que quiere ser médico pero que quiere estudiar con los mejores y estos son los médicos judíos y musulmanes, pues los cristianos tienen unas técnicas muy arcaicas. Debido a los constantes conflictos bélicos y religiosos, existe la prohibición por ambas partes, cristianos por una parte y judíos y musulmanes por otra, de enseñar a la parte contraria. El protagonista, Rob J. Cole, se hace pasar por judío para poder ser admitido en la escuela de Avicena, el mejor médico de la época.
La segunda parte de esta trilogía, “Chamán” (Shaman), llevará siglos más tarde a un descendiente suyo hasta los Estados Unidos, mostrando los choques culturales de la cultura judeocristiana con la de los nativos americanos. En la tercera parte, “La doctora Cole” (Matters of Choice), ya en la época actual, la última de los Cole, doctora y divorciada se haya ante los conflictos que generan los avances científicos y la conciencia social, las ventajas de vivir en las grandes urbes frente a la tranquilidad y la sencillez de las zonas rurales con todos inconvenientes que también comportan y las dificultades que implica ser mujer y reclamar sus derechos en un mundo chapado a la antigua donde los hombres todavía pretenden tener la última palabra.
De este modo, se puede concluir que Noah Gordon, a pesar de no tener una extensa producción novelística, es un cronista social que, en todas sus obras, hace balance de la evolución social a través de los conflictos culturales y religiosos que la humanidad todavía sigue experimentando.
