Con solo 23 años fundó una de las redes sociales más importantes entre los jóvenes españoles, Tuenti. Ahora, seis años después, lanza al mercado la historia de cómo triunfó y las numerosas caídas que sufrió para llegar hasta donde está. Aunque en un primer momento tuvo dudas sobre si escribir el libro recordó el camino que había hecho y sintió que sería bueno compartirlo con el público y "motivar a más gente a crear empresas como Tuenti y controlar su propia formación". En la presentación de ‘El futuro lo decides tú’ animó a todos los jóvenes con buenas ideas a llevarlas a cabo, al principio él y sus amigos fueron tachados de locos y hoy han conseguido una plataforma con más de 10 millones de usuarios y una plantilla de 250 trabajadores.
"He escrito este libro para motivar a más gente"
El libro no solo muestra su experiencia como emprendedor sino que va más allá y desmitifica aquello de que “fracasar es algo negativo”, él mismo se hizo a base de ellos y crear una empresa consiste fundamentalmente en trabajar, aprender idiomas y tener conocimientos en informática. Zaryn Dentzel recuerda que en España “te suelen decir que es mejor no arriesgar”, para él uno de los grandes problemas culturales de nuestro país.
"En España te suelen decir que es mejor no arriesgar"
‘El futuro lo decides tú’ revela el éxito de una de las empresas más prósperas y emprendedoras de la red, Dentzel recalca la importancia de contar con un buen equipo y trabajar con la premisa de que aún está todo por hacer. El ahínco por mejorar es lo que ha llevado a Tuenti a crecer y hoy en día sus dos grandes proyectos de “Tuenti Social Messenger” y “Tuenti Móvil” suponen una de las plataformas más innovadoras en las redes sociales. La toma decisiones es casi tan importante como el atreverse a realizarlas.
El creador de Tuenti no presenta este libro como otro manual para el éxito puesto que no existen fórmulas milagrosas para lograrlo pero sí anima a todos los jóvenes a aprovechar su edad y emprender en su futuro. El título ya es una inyección de optimismo pero no basta con quedarse en la primera página y, al igual que requiere un esfuerzo mucho mayor leerlo hasta el final, se hace imprescindible dar otros muchos pasos para imprimir algo real.