La novela nos traslada al periodo de entreguerras. Nuevos poderes están emergiendo en Europa y las tensiones entre los gobiernos se van acentuando; y el III Reich se consolida con Hitler al frente. Asimismo, los judíos empiezan a ser víctimas de represiones a pequeña escala, y comienzan a huir.
Una de las primeras en exiliarse a otro país es Gerta Pohoryll, ciudadana alemana, de origen judío, que por un encontronazo con la policía, decide marchar a Francia en busca de nuevas oportunidades. Es en el país galo donde conocerá a André Friedman. Un chico, de origen húngaro, amante de la fotografía, que se convierte en el maestro de Gerta.
Juntos emprenderán un camino lleno de un romance apasionado y sobre todo una época llena de retratos de los momentos más destacados. Es en este momento en el que se convierten en Gerda Taró y Robert Capa.
Los dos jóvenes se convertirán en unos de los primeros reporteros de guerra, siendo se primer destino España, lo que da buena cuenta de su compromiso con el antifascismo. De esta forma, la novela nos desplaza a la Guerra Civil española. Aquí empezarán a codearse con grandes intelectuales entregados, también, por la causa republicana. Y es en España donde Capa empieza a consagrarse como fotógrafo de guerra con su famosa foto “Muerte de un miliciano”.
La idea de una novela dedicada a unos de los primeros reporteros de guerra nace con el hallazgo de unos negativos de Ropert Capa. Fundamentalmente una imagen, Gerda Taro en una cama estrecha mientras duerme. Es una narración con un fuerte componente documental y que describe de forma fantástica los pasajes de la Guerra Civil, en la que se encuentra varias batallas o las reuniones de intelectuales.