Según los datos oficiales que hasta ahora se conservan, Pablo Neruda falleció en la clínica Santa María en Chile, el 23 de septiembre de 1973 a las 10:30h. En la biografías aparece como culpable de la muerte del poeta un cáncer, aunque curiosamente, el certificado de defunción de la clínica donde permació sus últimas horas, se extravió por algún motivo.
Tanto Matilde Urrutia, esposa del poeta, como su chófer, siempre pensaron que había un extraño halo de mentiras en torno a la muerte del chileno, pues en esta historia nos encontramos con un médico fantasma, documentos traspapelados y un fallecimiento aún sin esclarecer, un caso realmente digno de las novelas de Agatha Christie. Por estas sospechas, el Partido Comunista Chileno interpuso una querella para descubrir la verdad sobre la muerte del que probablemente fuera su militante más conocido.
A raíz de la denuncia del Partido, el juez mandó la exhumación de los restos del poeta, el pasado 8 de abril en Isla Negra (Chile), donde descansaba junto a su tercera esposa.
Pues bien, la declaración del chófer fue la siguiente: "Tras el golpe de Estado contra Salvador Allende, Neruda iba a coger un avión, dispuesto a ejercer la oposición contra Pinochet e incluso derrocarle. Tenía pensado pedir ayuda al mundo para echarle del poder, pero aprovechando su estancia en la clínica, fue asesinado mediante una inyección letal en el estómago".
A priori esta declaración puede parecer un tanto descabellada y salida de la cabeza de un niño. Lo curioso llega cuando el juez manda investigar el paradero y origen del médico que pasó junto al poeta sus últimas horas de vida. Los únicos datos que se tienen es que se trataba de un hombre de ojos claros, que tenía 27 años y muy buenos modales. Es sabido que algunos de los que entonces eran trabajadores de la clínica, le conocían por doctor Price, pero en los historiales no aparece ningún médico con este nombre que ejerciese en dicha clínica.
"Aquí lo central es determinar si fue asesinado por medio de una inyección letal"
Tras los primeros análisis a los restos del poeta, se sabe que Neruda padecía en sus últimas horas un cáncer de próstata con metástasis, pero esto no descarta que pudiera ser asesinado por hombres afines a Pinochet, pues los forenses continúan trabajando en el caso. "Más allá de que se haya establecido que Neruda tenía un cáncer de próstata, aquí lo central es determinar si él fue realmente asesinado por medio de una inyección letal mientras permanecía internado en la Clínica Santa María", añadía Eduardo Contreras, abogado de esta causa.
De todos modos, las muestras óseas del Nobel de Literatura han sido enviadas a EEUU, donde serán sometidas de nuevo a análisis que determinarán si la muerte del gran Pablo Neruda fue causada por su enfermedad, o hubo terceras personas que intervinieron en ella.
