En tiempos de crisis se tiende a comprar el producto más barato, y no podría ser de otra manera cuando hablamos de bebidas alcohólicas. Las botellas de ron, ginebra o whisky de las marcas más conocidas oscilan entre los 12€ y los 15 €, por lo que los estantes donde se encuentran cada día están más llenos. Los carritos de la compra se atiborran ahora de marcas menos conocidas, pero más asequibles a nuestros bolsillos.
Los jóvenes, y en general la gente de clase media y clase media-baja, compran alcohol por un precio medio que no supera los 7 u 8 euros por envase. A parte de la dudosa calidad del líquido con el que se hacen cócteles cada fin de semana, lo más preocupante es que comprar alcohol sea más accesible que comprar un libro.
Libros de bolsillo, libros de pasta dura, libros digitales… Como sabemos, los libros de bolsillo son los más económicos, pero aun así no son tan asequibles como comprar una botella de ron, por ejemplo. El precio medio de un libro de los más baratos oscila entre los 7€ y los 10€. Es alarmante, cuando menos, que esté al alcance de casi todos comprar una botella de alcohol pero no un libro, a lo que hay que sumar que por lo general nunca se compran las botellas individualmente, sino que son varias personas las que se agrupan y el total de la compra es más barato.
La dura realidad
Esto es en un gran problema que parece que nadie quiere ver. Si el alcohol es más barato que la cultura, ¿quién comprará un libro? Desde luego que aquellos lectores empedernidos no dudarán ni un instante en comprarlo aunque les reste dinero del que dedican al ocio, pero todos aquellas personas con pocos recursos generalmente se decantan por una botella que no les cuesta más de 7 €.
Los últimos años vienen mostrando la continuidad del fracaso escolar, la cual aumenta y aumenta anualmente. Aunque no sea un factor determinante, que los adolescentes vean más a su alcance hacer botellón que leer es impresionante. Los políticos de turno hacen reformas de esto y de aquello otro, pero nunca se preocupan en fomentar hábitos lectores en las escuelas y los institutos, aunque luego se sorprenden cuando el Informe PISA da unos datos verdaderamente escalofriantes.
En España se vendieron alrededor de 102 millones de libros en el año 2011, un 4% menos que en 2010, mientras que el 45% de accidentes de tráfico en el año 2011 fueron causados por la ingesta de alcohol, drogas o psicofármacos. Los análisis realizados a 969 fallecidos dieron positivo en alcohol en un 77,8 %. ¿Qué nos está pasando? Parece ser que en lugar de crecer como personas estamos encaminados hacia nuestra destrucción.