Toda mi vida amé el fútbol. Siempre disfruté al jugarlo, al verlo, al hablar de él. Todas las facetas de este juego me apasionaron. Bueno...todas no. El declive de la prensa deportiva de este país caía a pasos agigantados. Portadas amarillas. Tertulias groseras. Pero, sobre todo, una preocupante falta de conocimientos acerca del desarrollo del juego. Cuando buscaba información sobre fútbol, encontraba noticas que hablaban de todo menos del propio deporte. Claramente se había convertido en un negocio, pero para muchos como yo, la esencia del rectángulo verde, del once contra once y del balón, seguía intacta. "La pelota no se mancha", dijo Maradona. Desafortunadamente, gran parte de la prensa de este país la estaba ensuciando.
Recuerdo como, bastante tiempo antes de mi ingreso en VAVEL, un gran amigo me dijo que buscaban gente para escribir en la sección del Celta. Yo siempre le decía "buscarán periodistas o gente preparada, ¿como voy a escribir yo en un medio público?". La falta de confianza en mí mismo siempre me lastró. Por circunstancias de la vida, dejé de estudiar al acabar el instituto y empecé a trabajar muy joven. La mayoría de mis amigos fueron a la universidad y eso me fue acomplejando casi sin darme cuenta. A pesar de todo, siempre intenté leer, conocer y aprender todo lo que podía. Pero la incapacidad de creer en mí mismo me hacía pensar que era incapaz de ser aceptado en un medio de comunicación, así como de tantas otras cosas. Finalmente, hace cosa de tres meses, mi amigo volvió a insistirme para que enviase un e-mail, que en Celta VAVEL necesitaban redactores, incluso propuso mi nombre directamente en el twitter de la sección. No me quedo más remedio que intentarlo.
La premisa era sencilla: un artículo sobre lo que quisiera para evaluar mi capacidad. Recuerdo perfectamente que lo escribí en el hospital. Acababan de operar a mi madre y pase la noche con ella y con mi pequeño portátil. Era un texto sobre el Celta, sobre como veía al equipo y las claves para este año. Lo envié sin muchas esperanzas. Horas después estaba dentro. Alguién como yo, sin preparación, sin titulación, tenía la posibilidad de escribir sobre lo que más me gustaba en un medio que leerían miles de personas. Vértigo. Es en esos momentos (y en tantos otros), cuando tener a tu lado a alguien que cree en ti ciegamente facilita muchísimo las cosas. Yo la tenía. La tengo. El poder de creer mueve montañas. Ella creyó y cree en mí en todo momento y fue y es la fuerza que le falta a mi inseguridad. Gracias.
Perdonadme la palabra: cagao. Así es como estaba. Entré en el grupo de facebook y conocí a Bruno Pérez Alborés. No sabía qué tenía que hacer ni cómo hacerlo. Me leí el libro de estilo así como todas las actualizaciones del grupo de la redacción del Celta y el general. Al día siguiente, había que cubrir unas declaraciones de Natxo Insa, tras el partido del Valencia. Me atreví. ¡Mi primer artículo! Era un texto corto, con lo que había comentado el mediocentro alicantino después del choque de Mestalla. Estaba ahí, publicado. Mucha emoción. A partir de ahí: crecer. No ha pasado un día en el que no haya aprendido de todos mis compañeros de sección, que me acogieron con los brazos abiertos, como una familia. Poco a poco empecé a soltarme. No sin mi habitual vergüenza propuse un día hacer una sección semanal en la que analizásemos los rivales del Celta cada fin de semana en colaboración con compañeros de las secciones del equipo en cuestión. Había nacido "el scouting celeste". El Rayo Vallecano estrenaba la sección. Trabajando el artículo conocí a Mario Magro Sánchez, un auténtico fenómeno que me ayudó y ayuda siempre que lo necesito, para cualquier cosa.
La vida de una persona la marcan sus circunstancias, su entorno. Dos problemas son totalmente distintos para dos individuos distintos. No solo por la forma de ser de cada uno, sino por la gente que tengas a tu lado. Por quién pueda creer en ti. Mis circunstancias en VAVEL siempre fueron positivas. En todo momento hallé ayuda de todos los compañeros que necesité. Pero son personas como Mario y como Bruno las que te ayudan a crecer. Por personas como ellos es tan grande este medio y por personas como ellos, personas como yo tenemos la posibilidad de expresarnos en público.
Para mí VAVEL supone una afirmación como persona. Supone el decirme: "¿por qué no? puedo hacerlo". Supone la posibilidad de aprender de verdaderos profesionales del periodismo y de conocer a grandes personas. Supone crecer. Supone creer. Yo creo en VAVEL. Creed en VAVEL y entre todos lo haremos crecer todavía más.
