Sentimos la precisión de lo impreciso, queremos la perfección de lo imperfecto y soñamos con la gratitud en un mundo ingrato. Tendemos a creer en lo increíble y a sentir lo insensible. Queremos tocar lo inmaterial y fantasear con lo irreal. No queremos vivir como el prójimo sin valorar lo que somos.
El 2012 echa el telón, bastante dio de sí estos días marcados por una crisis social acuciante. Queremos ser lo que fuimos. Éstas líneas abogan por esos momentos que nos deja el año, aquellos que nos permiten sonreír. Aquellos con los que nos quedamos para sentirnos más vivos. Esos que consiguen hacer de este mundo algo menos cruel y despiadado.
Los meses han dado paso a un creciente sentimiento apesadumbrado y quejoso, cocinado con un ambiente negativo que apenas permite espacio para la sonrisa y la esperanza. Sin embargo, aquí estamos para salvaguardar aquellos instantes que consiguen elevarse como un géiser sobre ese mar de problemas que abundan en los tiempos que corren.
No somos quién para ahondar en las miserias, no somos los señalados para hacer de ésta vida una más complicada. Entendemos la situación, pero incapaces de lograr cambiarla toda en conjunto, aportamos un granito de arena en un desierto que acabará por rebosar. Solo estamos aquí para hacerte llegar aquello que te permite esbozar una sonrisa y con ella arrinconar en una esquina lo que no te deja disfrutar. Te llevamos lo banal, pero lo hacemos con la mejor de las intenciones. Te contamos un partido, te desmenuzamos una carrera y te hacemos llegar la mejor crónica. Te hablamos de fútbol, de música, de historia, de baloncesto, de cine y de tenis. Te escribimos a ti, que quieres saber.
En realidad, no queremos ser más de lo que tú nos permitas llegar a ser. Tan solo pretendemos que tú seas VAVEL y que cada día el sentimiento de pertenencia se expanda como anticuerpos en un organismo que pretender ser sano. Es por ello por lo que nos situamos enfrentados con la premisa de aquellos que creen ser, sin querer ser.
Séneca señaló el camino con su aseveración: “no nací en un rincón remoto: mi patria es el mundo entero”. VAVEL diseña ese camino. Este año que llega a su fin ha visto el alumbramiento de una pata más de este proyecto faraónico. Brasil ya forma parte del mundo VAVEL y con el trabajo incansable y ambicioso, otros rincones están por llegar. El objetivo final es desdibujar el punto de partida para entender ésta quimera como un todo global. Nuestro sueño es juntar letras para que disfrutes del mismo modo que disfrutamos nosotros haciéndote llegar aquello que estás deseando leer.
Gracias por estar ahí, a ti que lees. Gracias al que aún está por descubrir.
