Como una gota en el mar aquel que por vocación literaria siempre defendió que escribir, tiene siempre bastante de juego y poquísimo de deber, ese mismo que se hizo eco en varias ocasiones de la frase de Stevenson “to play at home with paper like a child” (“la literatura tiene mucho de jugar en casa como un niño, con papel”), ha vuelto a hacer de las suyas con su novela «Los enamoramientos» (Alfaguara). Una novela sobre la cara más oscura del amor en la que ha demostrado una vez más que jamás tuvo un plan trazado ni una meta, sino que basó su veta creativa en la improvisación de aquel que no tiene la certeza de que seguirá escribiendo. Pues el insigne Javier Marías, que en “Siete razones para no escribir novelas y una sola para escribirlas”, demostró todo ello, no ha perseguido otra cosa desde sus inicios, que jugar con aquellas maravillosas y traviesas letras que le conducen a las ideas, a la narración y quizás a la que será su próxima novela.
"Me parecería una sinvergonzonería"
Tras tantos años ocupándose de la irrealidad, de la novela (de la realidad se ocupa el cronista y el documentalista), pero demostrando estar muy dotado para la crítica y la reflexión literaria, se ha vestido de gota de agua en la inmensidad del mar para gritar a los cuatro vientos la realidad que se vive en España. Todo ello tras ser galardonado por su novela «Los enamoramientos» (Alfaguara) con el Premio Nacional de Narrativa 2012, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con un premio de 20.000 euros. Y ese grito mudo que hoy encuentra voz en la pluma de Javier Marías ha sido posible gracias a su renuncia al premio.
"Me parecería una sinvergonzonería" aceptar el galardón, dijo el escritor que aseguró que hace tiempo que no estima los premios oficiales españoles. El novelista expuso que la razón principal es su voluntad de no querer ser etiquetado como autor "favorecido por este o aquel Gobierno" ni ser involucrado en juegos políticos, por lo que defiende que se habría negado a aceptar el galardón, desvinculando su decisión del partido que estuviera en el poder. Además para Javier Marías muchos autores que fueron maestros suyos, se 'marcharon' sin recibir premio alguno, como fueron los casos de su padre, Julián Marías, Juan Benet, Juan García Ortelano y Eduardo Mendoza. Por lo que considera: '¿Por qué habría de merecerlo yo?".
Para Marías sería una “sinvergonzonería” aceptar galardones concedidos por Gobiernos que hacen un flaco favor y prestan nulo apoyo a la cultura, por tanto por pura coherencia intelectual debe emprender este acto de vanidad. Es más el escritor ha llegado a afirmar en la presentación de su libro: "No entiendo por qué los políticos influyen tanto, no me parecen muy respetables”.
"Los recortes en Cultura emparentan al PP con el franquismo"
Marías defiende que lo que esta pasando en la actualidad en lo referente a la cultura se asemeja mucho a lo sucedido durante los años de dictadura, en los que a las letras, el arte, el cine y por ende a la cultura, no se le daba ningún valor. "Los recortes en Cultura emparentan al PP con el franquismo" llegó a afirmar. Yendo más lejos para Marías el Gobierno de turno solo identifica en el arte y la cultura, meros intereses recaudatorios. Para el novelista un buen ejemplo de ello sería la subida indiscriminada del cine, que a diferencia del fútbol es considerado un espectáculo. Si a ello sumamos que el Ministerio de Cultura se ha lucido una vez más aportando cero euros de inversión para las Bibliotecas públicas españolas, el mapa de esta valiente y neuronal decisión queda absolutamente formado.
Bajo mi punto de vista Javier Marías, debe ser reconocido como un clásico, y representa el poder de la palabra al servicio de la inteligencia, aquel que con la ficción descansa de la realidad y la ignorancia en la que nada nuestra sociedad. Por la citada razón ha utilizado el rechazo del galardón, para demostrarnos que en algunos reductos de la razón, la neurona cultural aun sigue viva. Y aunque algunos puedan tacharlo de oportunista y poco solidario (podría haber aceptado el premio y destinarlo a fines sociales), en mi opinión no existe mayor solidaridad con un pueblo que defender su cultura por encima de cualquier interés político o individual, pues esta acabará redundando en la buena salud de todos los que lo componen.
Autor «Los dominios del lobo», «Travesía del horizonte», «El monarca del tiempo», «El siglo», «El hombre sentimental» (Premio Ennio Flaiano), «Todas las almas» (Premio Ciudad de Barcelona), «Corazón tan blanco» (Premio de la Crítica, Prix l'Oeil et la Lettre, IMPAC Dublin Literary Award), «Mañana en la batalla piensa en mí» (Premio Fastenrath, Premio Rómulo Gallegos, Prix Femina Étranger, Premio Mondello di Palermo), «Negra espalda del tiempo», de los tres volúmenes de «Tu rostro mañana» (Premio Salambó) y de «Los enamoramientos» (Premio Qué Leer)… es Javier Marías, un grano de arena en el reloj de arena del mundo, una gota en la inmensidad de los mares de nuestro planeta.