Blumhouse es un estudio que tiene gran ojo a la hora de crear productos que luego van a convertirse en sagas millonarias, como es el caso de “Paranormal Activity” o la más reciente “La Purga”. Mientras que la saga “Paranormal Activity” fue deteriorándose a medida que iban pasando las entregas, con “La Purga” parece pasar exactamente lo contrario. Con una primera entrega que no acababa de encontrar su camino, poco a poco “La Purga” ha ido construyendo su propio universo distópico, alzándose como un instrumento de sátira política y demostrando que tiene algo que contar. Tras una precuela que se salía del carácter ascendente que estaba tomando la franquicia, en “La Purga: Infinita”, el universo construido por James DeMonaco alcanza su máximo esplendor.
En “La Purga: Infinita”, un movimiento clandestino decide que no es suficiente una noche anual de anarquía y asesinatos, por lo que deciden devolver a Estados Unidos el caos y las máscaras sin fin, desatando un escenario en el que nadie estará a salvo. El filme sigue a Adela y su esposo Juan, quien trabaja en un rancho de la adinerada familia Tucker, que es brutalmente atacada por una banda de asesinos enmascarados. Tras este acontecimiento, la familia se unirá a Adela y a Juan para enfrentar a un país entero que está a punto de colapsar.
De las cinco entregas que conforman la saga, “La Purga: Infinita” es la que más clara tiene su tono: una sátira política gamberra y muy violenta con un amplio sentido del ritmo. Además de ofrecer entretenimiento de primer nivel, tiene un trasfondo y una intención de crítica social que hace que pongamos el foco en ella. Plantea un escenario de un mundo caótico con una situación de violencia extrema que podría darse en la vida real.
Everardo Gout se estrena en la franquicia con una dirección frenética que logra componer un thriller sólido al que le falta sutileza, pero al que le sobra energía. “La Purga: Infinita” es una historia de venganza, justicia y una clara advertencia de que las piezas que conforman el tablero de juego del mundo real están a punto de desmoronarse.
Valoración: 3,5/5
Lo mejor: Su ritmo trepidante y su claro tono de sátira política la convierten en la mejor entrega de la saga
Lo peor: Su falta de sutileza y el querer explotar demasiado el morbo le pasa factura en algunos momentos del metraje
