El 2020 está resultando ser un año que no deja indiferente a nadie. Todo empezó con los arrasadores incendios de Australia. Luego llegó a nuestras vidas el COVID-19, instaurando una “nueva normalidad” a nivel mundial basada en mascarillas y geles desinfectantes.
Sin embargo, no fue hasta el mes de julio cuando, inmersos en las protestas del movimiento Black Lives Matter, la comunidad de “hacktivistas” conocida con el nombre de Anonymous reapareció para volver a poner sobre la mesa cuestiones que parecían ya olvidadas. Entre ellas, el “Caso Epstein” o el “Pizzagate”. A pesar de esto, mucha gente sigue teniendo lagunas sobre lo sucedido. Empecemos por el principio.
• ¿Quién fue Jeffrey Epstein?
Jeffrey Edward Epstein fue un multimillonario financiero estadounidense muy conocido entre la élite de Nueva York. Guardaba estrechas relaciones con miembros de distintas casas reales, celebridades, políticos, etc. En resumen, podemos decir que el número de personas que formaban parte de su red de contactos era prácticamente inabarcable.
En 2005 comenzó a ser investigado por la policía de Florida, después de ser denunciado por el padre de una niña de 14 años a la que había acosado. Epstein se declaró culpable, y en 2008 fue condenado a 13 meses de cárcel por acusaciones que lo relacionaban con la prostitución de menores. En el tiempo en el que estuvo preso, un total de 36 adolescentes fueron identificadas como víctimas de abusos por parte del magnate.
Pero ese sólo era el principio, porque Epstein fue detenido de nuevo el 6 de Julio del pasado año 2019 por parte del gobierno Estadounidense. Los cargos que se le atribuyeron fueron trata de blancas, tráfico sexual de menores, pederastia, turismo sexual y conspiración para el tráfico de menores. Cabe destacar que las víctimas tenían entre 6 y 15 años. Por tanto, fue encarcelado en la conocida como “Guantánamo de Nueva York” por tejer una red de trata de menores y abuso sexual infantil. A las dos semanas se tuvieron noticias de su supuesto suicidio, aunque muchos piensan que realmente se trató de un asesinato por miedo a que Epstein inculpase a alguno de sus muchos contactos durante su encarcelamiento. Una de las evidencias que sustentan esta teoría es la de la desaparición de la cinta de las cámaras de seguridad que había en su celda donde estaría grabado el supuesto suicidio.
Sin embargo, no hizo todo esto solo. Nombres como los de Bill Clinton, Donald Trump o el Príncipe Andrés de la realeza británica se han visto salpicados con todo este asunto. Hablaremos de esto a continuación.
• ¿Dónde llevaba a cabo sus delitos?
Epstein tenía una casa en el condado de Palm Beach donde, junto a sus invitados, abusaba sexualmente de sus víctimas menores de edad. Tenían saunas y salas con camillas en las que realizaba estos delitos junto a su mujer y los miembros de su círculo de amistades y conocidos más cercanos. Las menores, hoy ya adultas, recuerdan aún las paredes en las que aparecían colgadas fotografías de niñas desnudas.
Según hemos podido conocer a través de las investigaciones que se han ido llevando a cabo, Jeffrey Epstein tenía una isla privada cerca del puerto de Santo Tomás, en el Caribe. En esta “isla de la pederastia”, como la llamaban los empleados de Epstein, daba fiestas en las que recibía a sus invitados más exclusivos, con el objetivo de abusar de las menores más vulnerables, a las que llevaba a la isla en su jet privado al que llamaban “Lolita Express”. A veces incluso las trasladaba de un país a otro.
Además de todo esto, el magnate poseía muchas otras propiedades en las que llevaba a cabo el mismo tipo de actividades. Sin ir más lejos, se dice que supuestamente el dueño de Victoria Secret, le vendió por la ridícula cantidad de 10 dólares una mansión frente a Central Park valorada en 77 millones de dólares, en “recompensa a sus servicios”.
• ¿Cómo captaba a las menores?
El método de Epstein consistía en captar a adolescentes de la zona más humilde de Palm Beach (en la costa oeste se encontraba la clase obrera y en la costa este se situaban las lujosas mansiones) a través de cuatro mujeres que trabajaban para él y entre las que se encontraba su pareja, la cual negó todas las acusaciones en su contra. Ghislaine Maxwell es una licenciada en Oxford acostumbrada a socializar con las élites, por lo que tenía el carisma necesario para atraer a las víctimas.
Les prometían a las menores 200 dólares por dar masajes en las mansiones de Palm Beach, y ahí empezaba la pesadilla para muchas de ellas. Si huían eran acosadas, y si insinuaban una denuncia, ellos las amenazaban con hacer daño a sus familias.
Los abusos sexuales llegaron a oídos de la policía gracias al testimonio de algunas víctimas como Courtney Wild, una joven con problemas familiares de quien Jeffrey y otros hombres se aprovecharon varias veces en la sala de masaje.
Otra de las víctimas explica cómo tenía que captar a nuevas menores que tenían la ilusión de ser modelos, para que asistieran a las fiestas de Epstein. Por tanto, la red se tejía de modo que las propias menores víctimas de los abusos, con el tiempo, debían captar a otras. Así vemos cómo, además de sufrir el calvario en el que Jeffrey Epstein las había hundido, éste mismo les exigía colaborar para la continuidad de sus fechorías.
• ¿Quiénes estaban en el "Little Black Book"?
El “Little Black Book” era una libreta de 92 páginas en la que Epstein guardaba contactos de interés, así como aquellos que podían tener relación con sus negocios. Se dice que los nombres que aparecen son los de aquellos que eran visitantes habituales en su isla. Además, también aparecían los nombres de los menores a los que habían prostituido o violado, tras la tapadera de “masajistas”. Algunos de los nombres más sonados son Bill Clinton, Donald Trump, Jose María Aznar, Naomi Campbell, Steve Forbes, Tom Ford, Woody Allen o Tony Blair.
Es verdaderamente impactante cómo, a pesar de la magnitud del asunto, no existe ninguna evidencia que nos permita acusar con total claridad a ninguno de los numerosos cómplices de Epstein. Esto nos hace pensar en la cantidad de personas implicadas en esta red de pederastia y abuso infantil a las que les convenía “tapar” o eliminar cualquier prueba que pudiera permitir tirar del hilo a nadie ni llegar a implicar con ello a ningún contacto del magnate estadounidense.
Lo único que podría servir como prueba serían los emails que se intercambiaba Epstein con los nombres más exclusivos de su “Little Black Book”. Sin embargo, en ellos los interlocutores hablan en clave, por lo que no servirían como pruebas incriminatorias de ningún delito. A pesar de esto, esos emails nos permiten ver cómo la red va desde Tailandia, a Australia, pasando por miembros de la realeza inglesa e incluyendo jueces y altos mandos de Wall Street.
A pesar de sus muchos “amigos”, ninguno de sus supuestos y célebres cómplices dieron la cara por Epstein cuando fue acusado de todas sus fechorías, sino todo lo contrario. Todos aquellos que podían verse vinculados mínimamente con Epstein se alejaron de él lo más pronto y rápido posible, renegando de cualquier relación que hubieran podido tener en el pasado.
Incluso aquellos viejos amigos con los que había sido fotografiado negaban cualquier tipo de relación a pesar de las evidencias. Algunos de estos fueron Bill Clinton, el Príncipe Andrés de Inglaterra, Kevin Spacey o Donald Trump. Este último fue amenazado por Anonymous, quienes expusieron a Trump como partícipe de la red de Jeffrey, además de acusarlo de los asesinatos de algunas personas que podrían haberlo sacado todo a la luz (insinuando que es responsable de la muerte de Epstein). Cabe destacar una declaración que Donald Trump hizo hace algunos años en la que asegura que Epstein “era un tipo genial que sabía que le gustaban tanto las mujeres como a él, incluso las más jóvenes”. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
• ¿Qué es el "Pizzagate"?
Para terminar, no podemos olvidar el “Pizzagate”, tema obligado cuando se habla del “Caso Epstein”. Según la teoría del “Pizzagate”, altos cargos del Partido Demócrata (cuando estaba liderado por Hilary Clinton) estaban involucrados en una historia de abuso sexual infantil y rituales satánicos.
Se trata de una teoría conspiratoria que se volvió viral durante las elecciones presidenciales de EEUU en 2016, en las que “casualmente” Trump fue elegido presidente. Sin embargo, esta teoría fue desmentida por numerosas organizaciones, incluido el lugar donde surgió, el Departamento de Policía Metropolitana del Distrito de Columbia en Washington, donde se terminó sacando a la luz el hecho de que la teoría había sido generada a partir de “fake news”.
El “Pizzagate” adquiere su nombre del tiroteo llevado a cabo por Edgar Maddison Welch, un hombre de 28 años, que llegó armado el 4 de diciembre de 2016 a un negocio de pizzas y disparó sin causar heridos, presuntamente con el objetivo de salvar a niños de una supuesta red de esclavitud sexual. Esto hizo que la teoría adquiriese una base mínimamente sólida. Los que creen en el “Pizzagate” hablan de las referencias a la pizza y al queso (cheese), palabras clave en correos infiltrados que fueron publicados por WikiLeaks.
De cualquier forma, Anonymous expuso que el “Pizzagate” se creó con el único objetivo de distraer la atención y desacreditar las investigaciones sobre la oscura red de Epstein, ya que Trump podría estar involucrado en el tráfico de humanos y la red de pederastia que estaba llevándose a cabo.
